En los setentas llegó el caos hecho banda: los Sex Pistols, una bomba de tiempo activada por Malcom McLaren, uno de los managers más grandes del rock. Un grupo de punk que marcaría la historia de la música y que también uniría las vidas de Sid Vicious y Nancy Spungen en un rito final que cumplió la sentencia de "vive rápido, muere joven".