Café Zorba es un lugar de ensayo permanente (como pedía Zorba El Griego, el de la película), al que se puede entrar en chanclas y con mascota. Uno de sus socios, que pide no ser identificado para no romper la filosofía no jerárquica del lugar, se apresura a aclarar que no se trata de un restaurante. “Somos relajados e informales”, dice. “Abrimos en 2010 y queríamos romper con los esquemas de las cadenas como Juan Valdez, para ser más personales, creativos e interesantes para todo el mundo.