Drogas nuevas y festivales activan las alarmas del autocuidado entre los consumidores

Hace unos días se supo que un joven perdió la conciencia durante el show de Steve Aoki en Tomorrowland y que falleció posteriormente cuando era trasladado al Hospital Universitario de Amberes (UZA) en Bélgica. El consumo de MDMA en altas dosis y las condiciones climáticas serían, según los médicos, las causas de la muerte del joven indio de 27 años.

Ante éste y otros casos similares que se presentaron en el festival, Stéphanie Chomé, vocera de la fiscalía belga, advirtió del peligro que corren los extranjeros que visitan el país, pues no son conscientes de la calidad de las drogas que se producen en él, haciendo referencia a los productos con dosis muy altas de principios activos. Estos productos, si no están ya acá, no tardan en llegar al país.

Ahora que los festivales de música electrónica comienzan su temporada en Colombia, las drogas y sustancias psicoactivas internacionales también emprenden su viaje a este lado del charco, llegando muchas veces antes que los artistas. Casos recientes de jóvenes fallecidos por consumo de sustancias psicoactivas prenden las alarmas sobre el consumo responsable y sobre el conocimiento de las sustancias y sus componentes.

Entre las estrategias de consumo responsable, sobre todo en escenarios como festivales de música, el testeo de drogas resulta una de las más efectivas. El análisis de la calidad de las sustancias y sus componentes puede, como aseguran los miembros del proyecto Échele Cabeza cuando se dé en la cabeza, salvar vidas, sobre todo en un momento en que no podemos confiar en la mezcla de las sustancias ni en el beneficio total de su pureza. Casos como el del MDMA o el 2C-B nos obligan a pensar de nuevo en las estrategias de autocuidado que se recomienda tener a la hora de consumir estas sustancias.

Según la información recopiladas por Échele Cabeza, en Colombia las muertes reportadas en los últimos meses relacionadas con el consumo de éxtasis [17]– MDMA están relacionadas con mezclas, sobredosificación, deshidratación, falta de información, incapacidad de respuesta a la intoxicación y otros factores que pueden ser prevenibles a partir de la información suministrada en las carpas informativas en los festivales y orientada a la reducción de riesgo y daño, así como el fortalecimiento de la capacidad de respuesta de las instituciones.

“Podemos saber que los porcentajes de MDMA que contienen las pastillas tienen entre 110 mg hasta 250 mg gracias a programas internacionales que se han especializado en la técnica de medición y porcentajes. Consideramos que después de 250 mg la dosis de MDMA puede ser muy riesgosa, y letal a partir de los 300 mg. También depende de la combinación que se haga con la sustancia y otros estimulantes (bebidas energizantes, otras sustancias), esto puede enfrentarnos a una situación de crisis, hasta un paro o una intoxicación derivada”, cuenta Vannesa Morris, coordinadora en Échele Cabeza.

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Un informe de la Policía Nacional y el Observatorio de Drogas del 2018 revela que al país ingresaron dos nuevas sustancias “2C-C” y “Pentilona” importadas desde China y países europeos, y que se comercializan en Colombia como éxtasis. Pruebas de laboratorio determinaron que estas nuevas drogas son más peligrosas y están mezcladas con otro tipo de sustancias.

El informe 'Los análisis de drogas en festivales salvan vidas' de Échele Cabeza da cuenta también de la mezcla con otro tipo de sustancias pues, de 100 muestras que se analizaron de supuestas pastillas de MDMA o 2C-B, el sistema de alertas tempranas encontró otras 16 sustancias, entre ellas Cafeína, Ketamina, Dibutilona, Acetaminofén, Metanfetamina, MDA, 2C-B, MDMA, Anfetamina, Lidocaína, Cocaína, Fenacetina, DOC, N-Etilpentilona, Etilpentilona, Norefedrina, Procaína y 2-metil-4(metiltio)-2-morfolinopropiofenona. 

Sin embargo, el asunto no solo se reduce a MDMA y 2C-B. Como lo señala el 'Informe segundo semestre 2018 y qué viene para 2019', éxtasis, LSD, cocaína, heroína, opio y speed, siguen siendo protagonistas entre las sustancias encontradas en festivales como, Sónar, Baum Tatacoa, Elemental o Radykal Styles, siendo éste último el festival en el que se encontraron las sustancias potencialmente más riesgosas para la salud.  

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Los servicios de análisis de sustancias en festivales con fines de reducción de riesgos, daños y salud pública, cuentan con un protocolo establecido para atender personas mayores de edad que han tomado la decisión de consumir sustancias psicoactivas. Los análisis y la información complementaria se brindan sobre demanda por pares profesionales debidamente formados y se enmarcan en las acciones de la resolución 089 del año 2019, por la cual se adopta la ‘Política Integral para la Prevención y Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas’ y que pide “Desarrollo de estrategias de prevención selectiva e indicada para consumidores no problemáticos orientadas a la reducción de daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas”.

No obstante, no sólo basta con que los consumidores atiendan a este tipo de espacios de información y testeo, sino que también es necesario que sigan otras estrategias de autocuidado como consumir con personas de confianza, estar alerta a las estimulaciones visuales y auditivas, las pausas para descansar, comer e hidratarse y cuidar de su bolsillo. La predisposición biológica y psicológica también son elementos esenciales para tener en cuenta a la hora de consumir sustancias psicoactivas.

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Como lo señala el informe de Échele Cabeza, aunque el consumo de sustancias continúa siendo catalogado como una enfermedad, se ha comprobado que solo el 10% de los consumidores desarrollan una dependencia problemática, “por tanto”, dice el informe, “el 90% restante son ciudadanos completamente funcionales con derechos individuales y colectivos como el respeto y la no discriminación, la participación, la igualdad, el acceso a la información y la salud, etc.”. Si bien se ha avanzado en materia de derechos para los consumidores, el consumo responsable sigue siendo una medida fundamental para la continuación de las libertades individuales y la reforma a la política de drogas. El autocuidado en los festivales, pero también en otros espacios de consumo es esencial para la salud de los consumidores y una forma para acabar sobre el estigma que aún pesa sobre ellos y ellas.