Ud se encuentra aquí INICIO Opinion El Poder De Los Memes Y Del Ciberactivismo En Los Escenarios De Participacion Politica
Ilustración: Nefazta

El poder de los memes y del ciberactivismo en los escenarios de participación política, social y cultural

Aparece de forma súbita la posibilidad de que las estructuras de poder se desestabilicen con cantidades justas de esfuerzos colectivos en el ámbito virtual, y surgen con esto deseos mundiales generalizados de pensar futuros disidentes y formas alternativas de existir. Pero hay una diferencia importante entre desestabilizar y transformar.

Federico Reyes Mesa

Hace poco pensaba en Betatonio, esa versión colombiana de Blockbuster que creció con prisa en Bogotá en los noventas, y que desapareció en la primera década de los dosmiles sin hacer ruido. Pensaba en eso último, en su silencioso perecer, en las escuetas campañas de liquidación de sus últimos días, en las canastas de cajas arrumadas de DVDs mezclados con cintas de VHS, en las estanterías blancas vacías, y en el aire de conclusión; pero, sobre todo, pensaba en que aun en ese momento, y a pesar de que no debía tener más de diez años, esa desaparición se me hacía natural. Tenía, de una u otra forma, una lógica incuestionable. A Betatonio, dicen quienes fueron testigos y protagonistas de su decadencia, lo acabó la piratería, que ya se montaba con gracia sobre la virtualidad, y la aparición acelerada de servicios de streaming. No hubo, como tampoco hubo para Blockbuster algún tiempo después, mucho qué pensar alrededor de su febril desvanecimiento. Fue algo natural.

Un escenario similar atravesaba GameStop, una empresa de venta y comercialización física de videojuegos y artículos electrónicos que cuenta con más de cinco mil tiendas minoristas en Estados Unidos, Canadá, y algunos otros países del mundo. GameStop se acercaba, hasta hace algunas semanas, a ese mismo fin natural que, podría pensarse, debió llegar hace algunos años, pero que extrañamente no llegó. Y no llegó, supone uno, porque resistió en el mercado a punta de la nostalgia que le habita como escenario de culto. Una nostalgia que reclama, casi siempre, por la sensación de comunidad que destilan estos espacios de lo under y del entretenimiento alternativo —similar a lo que ocurría con la Librería Francesa en Bogotá—. Sin embargo, en el presente, por la extrema virtualización de los mercados, y por los elevados costos de operación que la compañía maneja, recrudecido todo por la emergencia global de la pandemia, y a pesar de su elevado valor cultural, GameStop viene perdiendo cantidades impresionantes de plata, lo que suponía que ese fin incontenible estaba por llegar.

Esto fue lo que pensaron sobre el futuro de GameStop, con toda la lógica posible, los analistas de la élite financiera, que son quienes detonan los movimientos de los mercados a través de sus especulaciones. A estos escenarios irremediablemente decadentes los analistas responden, usualmente, con apuestas en contra de las compañías que, por estar perdiendo plata de forma acelerada, presentan también una caída escandalosa del valor de sus acciones en la bolsa. Las especulaciones y apuestas les permiten a los acreedores de acciones vender o comprar oportunamente según las subidas y bajadas de los precios en el mercado. Por esto, y de nuevo, con toda la lógica del caso, los accionistas de GameStop, ante las predicciones pesimistas, vendieron de forma masiva, y a precios bastante bajos, las acciones de la compañía, antes de que éstas perdieran todo su valor.

Sin embargo, y contrario a lo que normalmente significaría esta evaporación natural de su valor —un perecer lento y llano como el de Betatonio—, el escenario financiero de GameStop se complejizó sin pausa en las últimas semanas. Uno de los eventos particulares que permitió esa compleja movida fue la agitación repentina, en los primeros meses de la pandemia, de los escenarios de las inversiones en línea a nivel internacional. Los brókers virtuales, que no son más que intermediarios entre compradores y vendedores, disminuyeron dramáticamente las comisiones que cobraban por operación pensando en aumentar el volumen de inversores en medio de la emergencia. El trading rápidamente se convirtió en una práctica pandémica común, condicionada tanto por esas bajas tasas de comisión cobradas por los intermediarios, como por el afán generalizado de ganar algo de plata en medio de la escasez de posibilidades y, sobre todo, de la incertidumbre del escenario global. Es por ese lado —el de las inversiones minoristas y las aplicaciones de intermediarios— que este clima extraño y pesimista de GameStop se encontró con la siempre extraña Reddit.

memes-8_0.jpg

Reddit es una red de comunidades digitales articuladas alrededor de intereses concretos, que es conocida por funcionar bajo lógicas sustancialmente diferentes de las de las redes y plataformas sociales más usadas en el mundo. En Reddit, por ejemplo, el contenido de los subreddits —las comunidades— todavía se gestiona y se exhibe según una lógica sencilla de popularidad: entre más votos a favor los contenidos son destacados, y entre más votos en contra son desplazados. Facebook e Instagram funcionaban con lógicas similares, basadas principalmente en el orden cronológico de las publicaciones y en los likes, hasta que decidieron complejizar sus algoritmos usando datos de interacción e información obtenida a través de big data y de machine learning. Esto hizo que Reddit, que se mantuvo inmutable en medio de los grandes cambios de algoritmos que se dieron en la década pasada, se configurara como una plataforma sencilla de generación, consumo masivo y circulación de contenidos populares o popularizados. Una plataforma, entonces, de memes, y por eso, aunque parezca impensado, una plataforma con mucho poder.

*          *          *

Antes de ver cómo es que Reddit se encontró con el ritmo pesimista de GameStop, partamos de que los memes no son solo imágenes ingeniosas que ponen a jugar diferentes elementos para lanzar comentarios específicos sobre un tema o un evento en particular. Esa es, si acaso, la versión más conocida del meme, la que se mueve con facilidad en Instagram, Facebook y WhatsApp. Pero el meme es, en realidad, y desde que el término fue acuñado en los setentas, una unidad de información que se transmite de forma masiva entre personas, sistemas, espacios y generaciones. Por eso un meme puede ser una imagen, así como un video, o un archivo de audio, o una línea de texto, o una idea sin cuerpo específico, siempre y cuando lleve encima información cultural, y siempre y cuando sea consumido de forma masiva. Ahora, como las dinámicas de Reddit funcionan bajo este sistema de popularidad, es apenas lógico pensar que Reddit moviliza masivamente en cada instante cientos de miles de ideas, y entonces también de discursos, a través de los memes. Pero, más allá de las cantidades abrumadoras de contenidos, lo verdaderamente interesante es que esos contenidos se mueven con un aire ligero y distante. Como si fuera difícil tomarlos en serio, y como si ni siquiera se contemplara la posibilidad de aterrizarlos sobre la realidad. Además, probablemente parte de la fuerza simbólica del meme es que, como unidad de información, en muchos casos no se toma en serio a sí mismo. Pero precisamente en esa distancia que toma el meme de las pretensiones de seriedad y aplicabilidad es que se concentra su potencial. Cuando el meme se desentiende de esa pregunta limitante —muchas veces esencial en los espacios digitales— de qué es posible hacer por fuera de la virtualidad, es decir, qué va a tener consecuencias en el mundo real, se encuentra con un potencial impredecible del que ni siquiera es consciente.

(Ya que entramos en terrenos del meme, le podría interesar: Drogas y pandemia en los circuitos de los memes y los stickers: un análisis)

Ahora sí: así fue que Reddit y GameStop se encontraron a través de esa sensación de lo ligero y de lo distante, casi de lo absurdo del meme: hace más de un año un miembro de la comunidad r/wallstreetbets, conformada por más de ocho millones de usuarios de Reddit, publicó su opinión sobre GameStop. Su tesis, que rayaba irremediablemente con la improbabilidad a pesar de ser sumamente técnica, era que la compañía estaba subvalorada, y que era posible ir en contra de las especulaciones del mercado para revertir, mediante un esfuerzo coordinado, el acelerado descenso de GameStop en la bolsa de valores. Rápidamente el tema cobró un aire espeso de humor que convirtió a la idea de aquel usuario en un meme circulado y consumido por los ocho millones de miembros de la comunidad. El meme, que cargaba encima un discurso desafiante de desautorización en contra de las autoridades del sector financiero, condujo a los miembros de la comunidad, en diferentes cantidades, registros y ritmos, a comprar, casi como una broma, las acciones abaratadas de la compañía.

Los precios de las acciones en la bolsa varían y cambian según la oferta y la demanda: si hay más demanda que oferta, el precio de las acciones sube y así —en un ejercicio complicado que entra a contemplar no solo el valor de las acciones, sino también el número de acciones en circulación— sube también el valor de las compañías. El meme de GameStop circuló con naturalidad y lo hizo con tan buen ritmo y constancia que produjo un crecimiento impensado en la demanda de acciones de la compañía, lo que terminó por generar un aumento significativo —y exagerado— no solo en el valor de las acciones, sino también en el número de acciones en circulación. Lo importante, lejos de estos aspectos técnicos del sistema, es que el meme de GameStop le permitió a la compañía revalorizarse de forma monumental en tan solo un par de semanas, produciendo que la bien disfrazada estabilidad de la bolsa se quebrara por completo.

El evento, más allá de las curiosidades que detonó, produjo una serie de violentos comportamientos en el sistema. La plata fluyó masivamente, y de forma insospechada, en dirección de compañías como GameStop o Blackberry, y los brókers tuvieron que poner límites a la cantidad de acciones que una sola persona podía comprar de estas compañías abrazadas por el meme. Esto para reducir las cantidades enormes de plata que tenían que entregar, como intermediarios, a quienes compraban y vendían acciones aprovechando las anormalidades del sistema; para evitar, básicamente, tener pérdidas irremediables en un futuro peligrosamente cercano. El Secretario de Hacienda de Estados Unidos, expertos de élites financieras de todo el mundo y reconocidos multimillonarios han participado de todo el drama generado a partir del meme de GameStop, y la plata que se ha movido en apenas cuestión de semanas ha roto récords de toda clase a nivel doméstico e internacional. Sin embargo, lo más importante es que se hizo visible el poder de los memes y de las comunidades digitales en los escenarios de participación política, social y cultural alrededor de lo público.

*          *          *

Parece fácil pensar que lo que pasó entre Reddit y Wall Street entra en el terreno del ciberactivismo, a pesar de que el ciberactivismo carga con una seriedad intrínseca que se le escapa al meme. Todo el escenario —romantizado en redes y en medios de comunicación de todo el mundo— está lleno de ese aire raro de inverosimilitud que tienen los eventos improbables que resisten al orden capitalista de la actualidad, y en los que aparece la posibilidad de que las estructuras de poder tiemblen con cantidades justas de esfuerzos colectivos. Es de esa posibilidad de hacer temblar a las estructuras que surgen deseos generalizados de siquiera pensar en futuros disidentes y en formas alternativas de existir, y allí, en la aparición de esos deseos, está la importancia de escenarios como éste, en su devastador potencial de desestabilización, y en su capacidad para detonar agendas prácticas de transformación. Y es que con la fragilidad expuesta de Wall Street no se caen únicamente los mitos de su existencia, sino también los discursos históricos que le han permitido levantarse, una y otra vez, como monumento intocable del capitalismo y del mundo globalizado. Y de esa caída de discursos podría generarse, más en el plano de la realidad material, una serie de ejercicios que permitan resignificar viejos discursos, y producir otros nuevos, para transformar el presente y producir futuros diferentes.

memes-6.jpg

Pero hay una diferencia importante entre desestabilizar y transformar. Quizás lo segundo sea una consecuencia natural de lo primero, pero no en todos los casos. Por ejemplo, lo de Reddit, lejos de ser un gesto disidente, es apenas un guiño que revela las frágiles estructuras del poder desde su interior. Los usuarios que protagonizaron los eventos de estas semanas tuvieron que participar de las dinámicas más espesas y viscerales del capitalismo para cumplir con su propósito desafiante. No hay en este escenario ningún relato verdaderamente fugado del orden, ni prácticas transformadoras en sí mismas, ni triunfos inesperados más que el del propio sistema. El valor de GameStop, con la naturaleza propia y normalizada de los mercados de capitales, que no se han visto afectados de manera profunda todavía, empieza a caer de nuevo, y la compañía probablemente volverá muy pronto a estar cerca de la quiebra. El ímpetu del meme, entonces, duró apenas un par de semanas, casi un mes. Esa potencia devastadora se consumió demasiado rápido, también condicionada por las regulaciones que irremediablemente surgieron y seguirán surgiendo en las semanas que vienen. El mercado se estabilizó a través de las prácticas que lo vienen sosteniendo y protegiendo desde hace décadas, eso no cambió ni estuvo cerca de hacerlo. Por eso es clave pensar en este evento hacia futuro apenas como una anécdota que no modificó las dinámicas de los sistemas de poder, a pesar de haber aplazado una predicción de la infalible élite financiera, pero que sí logró introducir una serie de nuevas fuerzas con implicaciones reales y materiales dentro de, por ejemplo, los sistemas financieros. Fuerzas, sobre todo, políticas, porque operan alrededor de las dinámicas y flujos de poder, y que parten, en este caso, de la articulación entre las comunidades digitales, las redes sociales y los memes, y que a pesar de tener un potencial transformador son apenas variables y posibilidades ambiguas para el futuro.

*          *          *

Para percibir la forma en la que ha evolucionado con los años la influencia de los memes en los escenarios públicos de la región y del país, y también para revelar esa ambigüedad que les permite trabajar para el establecimiento y el poder, tanto como en su contra, vale la pena mencionar el plebiscito del 2016 en Colombia, que sometía a voto popular la aplicación de los Acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc. <<Le van a entregar el país a las Farc>> y algunas tantas afirmaciones más que se difundieron de forma masiva en las redes sociales como parte de la campaña del No en aquel plebiscito son, también, memes. Digo son porque desde entonces no han parado de circular y de ser consumidos de forma masiva. Memes que tienen ese aire de lo absurdo que hizo que muchos los desvirtuáramos prematuramente, en aquella ocasión, de los debates sobre los acuerdos, y de los escenarios democráticos. Y memes, también, profundamente situados e inteligentes, no tanto desde su contenido concreto, sino desde su instrumentalización.

El 21N es un ejemplo de lo mismo. En aquella ocasión, y como ya es bien conocido, el objetivo de algunas instituciones fue deslegitimar el Paro Nacional a partir de un caos fabricado que pretendía re-legitimar la autoridad de la fuerza pública. De nuevo de forma sumamente inteligente se creó el meme —aunque es seguro que no le llamaban meme cuando lo estaban ideando— de que había grupos de personas metiéndose, a las malas, en los conjuntos residenciales. Un meme bañado por el aire de lo absurdo, compartido de forma masiva en apenas unas horas, y que funcionaba en varios niveles: por un lado, estigmatizaba a los migrantes venezolanos; por otro, desestabilizaba el acontecer de las protestas del paro; y al mismo tiempo, en un último nivel, estabilizaba, a través de ansiedades y miedos fabricados, el añorado orden público.

Es, aún hoy, absurdo pensar en la forma en la que el meme del 21N le permitió a la fuerza pública actuar en contra de migrantes y de otras poblaciones vulnerables, haciendo arrestos irregulares y cometiendo abusos. Y es quizás más absurdo pensar que el meme produjo un caos real en algunos sectores en donde las personas crearon brigadas de vecinos empiyamados y enfurecidos, armados con palos y con lo que tuvieran a la mano —algunos, por supuesto, con armas de fuego— para defender las porterías y los límites de los conjuntos residenciales. También es absurda la manera en la que los memes, que se movieron de forma masiva en el 2016, influyeron en los resultados del plebiscito, y unos años más tarde en los resultados de las elecciones presidenciales de Colombia. Ahí está, una vez más, la potencia del meme, esa naturaleza impredecible que hace que sea imposible tomarlos en serio, pensar en sus aplicaciones, reconocer sus efectos en nuestros sistemas.

(Pille otro análisis del autor de este texto: El “azote” y la inercia de la periferia: un análisis del descuelgue en bicicleta)

Pero también es preciso entender la forma en la que esa actitud desestabilizadora se puede manifestar sobre los espacios de la materialidad política a través del meme, o, en este caso, del ciberactivismo y de la creación de comunidades digitales. Y es que hay aspectos muy interesantes en los feminismos digitales, y en su profunda influencia en la reciente despenalización del aborto en Argentina, que parecen tener algo de relación con el meme como fuerza política. Sin embargo, en este caso puede que sea necesario alejarnos de la noción primaria del meme —y de la dificultad de tomarlo en serio—. Es claro que en esta empresa épica del feminismo argentino todos los esfuerzos y los reclamos surgieron —y siguen surgiendo— profundamente situados, en reconocimiento de sí mismos y de lo que son: herramientas, que, en parte desde la virtualidad, buscaban una transformación real. Sin embargo, y lejos del debate de los límites del meme, lo importante de este caso es el reconocimiento de la forma en la que lo digital, fuere lo que fuere, se desplazó hacia el espacio público.

memes-7.jpg

Desde el 2018, y probablemente desde antes, una comunidad digital enorme se configuró alrededor de la despenalización del aborto en Argentina, y progresivamente se transformó y mutó hasta que todo el malestar recogido y circulado en los espacios de la virtualidad se manifestó de forma contundente en la protesta social y en las calles. El camino hacia esa histórica decisión política, que tiene y tendrá profundos efectos en los escenarios sociales y culturales, es un referente clave para evidenciar el balance transformador entre el uso de los escenarios virtuales y de la protesta social tradicional como formas articuladas de manifestar el malestar. Es importante reconocer el doble sentido de las relaciones entre lo virtual y lo físico en este escenario, en el que no solo lo virtual terminó vertido por completo en lo físico, sino que lo físico necesitó de lo virtual para profundizar en sus reclamos, para concentrar esfuerzos y para ejecutar llamados importantes y ampliados. Aunque por la seriedad de la lucha parece que el meme de nuevo se le escapa al escenario, lo que hay detrás del meme, esa forma masiva de generar comunidad, sigue presente, significando a los ejercicios de resistencia, y detonando eventos de desestabilización, y, en este caso, también de transformación.

Desde videos de instructoras de aerobics que se mueven con energía de espaldas al golpe militar, pasando por las ideas controversiales sobre la ingesta de dióxido de cloro como remedio contra el virus, y por las comunidades de Reddit dedicadas al alt-right y al fascismo, hasta las bodegas de bots y de cuentas de interacción de los movimientos políticos en Colombia, el meme atraviesa transversalmente, y de manera impensada, los escenarios políticos del mundo, bien sea como simple vehículo para la circulación de discursos, o como herramienta material y pragmática para la transformación o la conservación del poder. No es coincidencia que en pocos meses Twitter haya decidido censurar permanentemente a Donald Trump, y que una de las decisiones inmediatas tomadas por los golpistas de Myanmar haya sido limitar el uso de internet. Los espacios digitales se tornan peligrosos y amenazantes para todos los poderes que circulan en nuestros escenarios sociales y culturales, porque ofrecen dentro de sus límites la capacidad peligrosa de configurar comunidades y de articular esfuerzos. Pero, como herramienta, ni los memes ni las comunidades hacen parte del arsenal de una sola ideología o de un solo proyecto político. Y este es quizás el aspecto más importante, y en el que debamos reparar con mayor precaución en este momento de panoramas cruzados y extraños, en lo impredecible de los memes y en su ambigüedad instrumental. Porque es imposible, a fin de cuentas, saber en qué momento un meme cualquiera —y qué discursos e ideas llevará encima— bajará del aire de lo absurdo para aterrizar sobre nuestras realidades, y en qué medida puede cambiarlo todo.

monedita-cierre.png

 

 

Comentar con facebook

contenido relacionado