Los gamers en Colombia empiezan a ganar (y pedir) mayor visibilidad

Hoy en día el fuerte de los videojuegos no gira en torno a Mario Bros o Pokemón. Hoy es diferente. Desde inicios del año 2000, los juegos de rol multijugador online (MMORPG, por sus siglas en inglés) mandan la parada. Jugarlos es muy sencillo: el usuario crea un personaje, lo hace avanzar entre niveles, adquiere poderes, gana experiencia y resuelve misiones dentro del juego.

Entre los MMORPG más populares en América Latina están World of Warcraft, Dragon Nest y Metin2. Todos estos juegos, en sus inicios, tenían los servidores en Estados Unidos, Europa y Corea del Sur pero el desarrollo de nuevos MMORPG y el incremento en las conexiones de internet, llevó a que se abrieran servidores en Latinoamérica, dándole un acceso más sencillo a miles de usuarios que sufrían de lag (un efecto retardado en las acciones del juego) y tenían que cambiar su IP por una del país que sí tenía un servidor.

Ilustración sacada de World of Warcraft.

En Colombia, el juego que más pega es el de la épica fantástica, World Of Warcraft, que tiene más de cien millones de cuentas en todo el mundo y también Dofus, un MMORPG de fantasía donde el objetivo es conseguir los seis huevos de dragones legendarios, que tiene una alta participación de colombianos: fue el segundo país con más usuarios a nivel global y ocupaba un 80% de los siete servidores hispanos. Uno de los colombianos que ha seguido de cerca la actividad MMORPG de los colombianos es Juan Moreno, coordinador de la comunidad latina de Riot Games.

Ilustración del juego Dofus.

“La comunidad gamer ha aumentado en un 500% durante los últimos diez años en Colombia”, afirma Juan, que también valora la proyección que han tenido los eventos gamers: si antes asistían solo 30 personas a un evento, ahora es posible llenar Corferias, a dónde llegan hasta 50.000 personas que sienten gusto por el mundo fantástico y mitológico.

League of Legends, que tiene más de 70.000.000 de cuentas registradas a nivel mundial y 350.000 son colombianas

El más reconocido a nivel nacional es el Salón del Ocio y la Fantasía (SOFA), que se realizará este año entre el 27 y el 30 de octubre y cuenta con un alta participación de las comunidades de League Of Legends, World of Warcraft y Dofus. “Es un espacio para visibilizar a la comunidad gamer,  y que pueda mostrar a más personas lo que hace”, dice Mauricio Cárdenas, que lleva siete años colaborando en la organización de este evento y ha escrito para algunos medios sobre videojuegos.

Pero a pesar de esta iniciativa y de otros eventos como Comic Con Colombia –del 17 al 18 de junio en Medellín- y Ciudad Gamer –que arrancó el pasado 13 de junio en el Planetario Distrital de Bogotá y tuvo cerca de 3.000 asistentes-, para Cárdenas no existe una presencia fuerte de las marcas de videojuegos en Colombia, tanto que no hay eventos en el país realizados por empresas como Riot Games.

“Hubo un tiempo en el que el país tuvo esta presencia, pero emigraron a países como Argentina, México o Brasil, donde la comunidad gamer es más fuerte y hasta tienen su propio servidor. Una vez se hizo un evento de League of Legends en el país pero los organizadores eran chilenos”, explica.

La presencia de Dofus en SOFA. Foto de Gremio Mercenarios.

Además de que Colombia no tiene servidores propios, la cantidad de personas que hacen parte de un grupo activo sobre un juego, que son aproximadamente unas 800, no alcanza el nivel que tiene un grupo chileno, que puede tener 4.000 integrantes. “En Chile se hace un festival llamado FestiGame que en tres días asisten hasta 50.000 personas amantes de los juegos, en Colombia se hizo uno en el 2014 y alcanzó solo 20.000 asistentes”, dice Mauricio.

Este es solo uno de los problemas que evidencia Cárdenas; el otro es la falta de espacios en Colombia para las personas que se dedican a los eSports (deportes electrónicos), que los practican personas con ya niveles de profesionalización y de los cuales obtienen ingresos económicos. League of Legends o Dota 2 son algunos de estos juegos que hacen parte de los eSports, que realizan torneos a nivel mundial, y donde hay colombianos que le están apostando a este tipo de deporte. 

Sandra Herrera -o LoboMolotov- hace parte de ese combo. Ella lleva tres años jugando League of Legends, que tiene más de 70.000.000 de cuentas registradas a nivel mundial y 350.000 son colombianas. En esos años, Sandra se ha desempeñado como jugadora semi profesional. Tiene 23 años, estudia Diseño Gráfico en la Tadeo, y aunque ya está a punto de terminar pero sabe que no ejercerá pues ya tomó la decisión de participar en torneos de eSports que le permitan generar dinero. Sandra es ‘oro dos’, una de las siete categorías de League of Legends, –bronce, plata, oro, platino, diamante, master y challenger-, y que le permite tener la categoría de jugadora semiprofesional. Para ser profesional debe estar entre diamante o challenger, y a las que se avanza según el número de partidas ganadas.

League of Legends realiza torneos cada año en donde los premios son de hasta cinco millones de dólares. Es un duelo entre dos equipos conformados por cinco personas cada uno y el objetivo principal es romper la base enemiga. Cada integrante del equipo tiene un rol: carrilero superior, carrilero medio, carrilero bajo, soporte o jungla.

Un torneo de League Of Legends en Korea del Sur. Foto de ESPN. 

Las disputas se realizan a nivel global entre jugadores profesionales de diferentes países. “Esto pone a prueba la escena competitiva que hay en cada país en donde el trabajo en equipo es fundamental para ganar cada partida”, dice Sandra.  Por eso ella ahora pertenece a una casa competitiva, llamada Draco Gaming, donde entrena para ser cada vez mejor junto con su equipo. Esta podría ser la única casa de este tipo que existe en Colombia.

Una casa competitiva es como un equipo de fútbol, así como está el Real Madrid, o el Manchester United, en el mundo de los videojuegos hay casas que buscan a los mejores jugadores para tenerlos en su equipo. Allí  se encargan de darles los recursos que necesita cada jugador: una casa para que vivan los cinco, comida, computadores, entrenadores físicos y personales dentro del juego,  y hasta psicólogos.

La financiación de una gaming house está entre los 45 y los 70 millones de pesos. Este espacio también se encarga de postular a su equipo a los torneos con el compromiso de que ellos ganen para que sean bien pagados. “El contrato mínimo para estar en una casa competitiva es de seis meses. En Colombia no hay muchas pero en ocasiones, algunas casas ubicadas en México traen jugadores de otros países para entrenarlos durante seis meses o más”, explica Sandra.

A pesar de la ausencia de estas casas de entreno para gamers, en Dota 2 hay jugadores colombianos de alto nivel como Agony, Mogur o Camuxee, sus alias dentro del juego. En League of Legends está Dash 9, un equipo caleño que ya ha logrado vencer en dos torneos grandes a nivel internacional: el Brasil Game Show y el Latin America North Qualifiers. Y también está Tesla eSports, un equipo que quedó quinto en el Lan Opening Cup 2016, y al que perteneció el paisa de 20 años Esteban Cano, que dejó de estudiar Ingeniería Química para dedicarse como jugador profesional en los últimos dos años, una actividad que le representa ingresos económicos suficientes.

“Estos juegos tienen una particularidad y es que ninguna partida es igual, todas son diferentes y uno aprende cosas nuevas porque siempre se hace un rol diferente”

A pesar de esto, para que la comunidad gamer nacional gane visibilidad, Mauricio Cárdenas cree que se deben buscar formas para que las marcas se fijen en los jugadores colombianos: impulsar más eventos, creando líderes dentro de cada juego de rol online y con apoyo estatal, pues argumenta que también es un deporte porque exige dedicación y preparación, viéndose también una forma de negocio con estas plataformas.

Otra propuesta la formula Tanilo Errazuriz, un jugador de nivel de Dota 2 y que estuvo en el reciente evento Ciudad Gamer contando sobre su experiencia en estos videojuegos y la posibilidad que tiene un gamer de ser un profesional.  Él sugiere que los que se quieran dedicar profesionalmente a los eSports, no se deben cree el cuento de que serán muy buenos. “Estos juegos tienen una particularidad y es que ninguna partida es igual, todas son diferentes y uno aprende cosas nuevas porque siempre se hace un rol diferente”, reflexiona. También aconseja que no se deben seguir los pasos de alguien que tenga más nivel en el juego. “Entre más original sea uno en la jugabilidad, mucho mejor va a ser”, explica.

Las cifras de jugadores están en aumento en el país y eso se ve reflejado también en el crecimiento de la comunidad de gamers en Colombia. Además, poco a poco, se están promoviendo eventos dirigidos a ella. Sin embargo, los conocedores y quienes viven de esta actividad, creen que Colombia necesita una comunidad más activa, que capte el interés de las empresas de videojuegos para que vean al país como un lugar donde pueden invertir y desarrollar actividades a los jugadores colombianos que tanto lo necesitan.