
Manifiesto antiartístico contra el purismo
La vida no es una sala en la que solo se proyectan películas independientes. Miley Cyrus, los culos de las Kardashians, Kanye West y la Tigresa del Oriente hacen parte de nuestra realidad y usted no es más intelectual por pretender que ellos no existen.
«La frase “todo tiempo pasado fue mejor”
no indica que antes sucedieran menos cosas malas,
sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido.»
Ernesto Sábato
Un carro va por un desierto donde solo se ven cactus. A medida que avanza, las plantas espinosas que deja atrás parecen agrandarse en la lejanía en vez de hacerse pequeñas. Eso es una metáfora. Y la metáfora quiere decir lo siguiente: todo tiempo pasado fue mejor.
Pero nada debería agrandarse en la lejanía.
Todo cactus pasado es similar al cactus de hoy, idealizado, así que señor doctor, maestro, especializado escritor: usted es un cactus y a la vez el pasajero del carro, no vea a sus autores favoritos, ni se vea a sí mismo, como ese Jesús que jamás rio. Ellos, sus escritores predilectos, también cagaron y comieron y tomaron con sus amigos como usted lo hace.
Al poeta borracho solo con el paso del tiempo se le pudo llamar poeta maldito. Edgar Allan Poe hubiera sido un emo intelectual perfecto. Borges le dijo Ernesto Sótano a Sábato. Cortázar era un extraterrestre. Newton murió virgen. Tennessee Williams intentó suicidarse y murió ahogado al tratar de abrir el frasco que guardaba el medicamento.
La historia jamás ha sido una cosa del todo seria. Escribir no es una cosa del todo seria. La disciplina no es sinónimo de formalidad ni de decencia. No sea un purista literario. No crea que serlo lo hace mejor que un testigo de Jehová o un vendedor de Herbalife. La Urbanidad de Carreño no necesita ser rescrita.
Lo de escribir con boina y pipa ya no funciona, incluso si la pipa es en realidad un porro y la boina una barba poblada. Tal vez nunca se escribió de esa manera y todo el mundo literario es como un casco clásico de vikingo: una mentira. Las citas de memoria, la lectura incontrolable, el repudio por John Green o Crepúsculo o el Rubius es todo parte de un acto excluyente.
La literatura no está solo entre los libros o un salón de clases frente a la séptima o en sentarse a leer en medio de la calle. Tampoco se reduce a la rosca de puertas cerradas. Nuestra generación también teme. Es como cualquier otro cactus. Se mira al espejo, se odia y se disfraza. Pero no elimina lo que oculta. Pretende llamarlo ligero. Superfluo: la gran palabra. Usted debe conocerla, porque en esta carrera que corre la dicen a menudo. Como las metáforas. Como las citas.
¿Qué pasa con todo aquello que está latiendo afuera y nunca se reconoce como un recurso? Miley Cyrus no es solo un producto de la imaginación de un director de Disney. El reguetón existe tanto como el jazz, el rock o como las rancheras. Bajo el culo de las Kardashians hay una crítica y una queja que usted no para de repetirse. Usted quiere escribirla. Usted quiere leerla a otros. Usted está pensando también gracias a la esposa de Kanye West, a Justin Bieber, al drama de la Miss Universo o a las noticias algo idiotas de RCN. Y aunque llama a todo eso estúpido e irrelevante, lo lee, lo publica, le interesa.
Y no solo se trata de estar informado. Usted también es un chismoso. Un chismoso que corre. Usted sabe quién es Yasuri Yamileth y Wendy Sulca y la Tigresa del Oriente. Usted ha visto memes y los ha comentado y, seguramente, se ha reído de ellos. Usted no es parte del elenco de una película independiente. La vida no es una sala en la que solo proyecta cine independiente. De hecho, se parece más a YouTube después de las cuatro de la mañana: incoherente, desatinado. Se parece más a usted cantando secretamente en la ducha alguna canción de moda. A usted jugando Candy Crush. A usted haciendo muecas frente al espejo.
Leer El Malpensante o Arcadia no significa ser culto. Leer no significa ser culto. Tampoco cerrar Facebook o decir que solo lo utiliza con fines intelectuales. Tampoco rehusarse a tener Whatsapp.
Usted se ha preguntado si lo que lleva puesto combina. Usted es, le guste o no, parte de este capitalismo salvaje. Usted también ha deseado ser famoso. Ha imaginado una conferencia, una entrevista, una imagen en internet con sus palabras.
Juanes le mintió: aquí no solo se habla español. Usted nunca podrá ser totalmente colombiano.
Usted sí puede escribir de lo que no ha vivido. Puede viajar y no ser considerado una mula transportadora de cocaína. Puede arriesgarse a ver un episodio de La rosa de Guadalupe sin fingir ridículamente que va a vomitar. Usted puede vivir sin la tilde en solo o en guion o con el término papichulo en el diccionario.
Ser culto o inteligente es parte del disfraz, como el maquillaje simbólico que muchas veces les atribuye a las mentes vacías. Su inteligencia lo ha defraudado: no existe mente vacía. Eso sí que debería asustarle.
Quítese de encima la sensación de perder el tiempo. Ese tiempo no es suyo, usted le pertenece a él. Mejor engáñelo encontrándole mitología y literatura a todo lo que se le cruza. Asuma que de repente en su carrera surge la necesidad de mirar, no hacia atrás sino hacia los lados o a sus propios pies. No leer los clásicos no lo hace menos literario, pero encontrar valor solo en ellos sí. Todo el mundo es literatura a punto de darse. Toda banalidad es tinta.
Usted nunca será otro ayer distinto. Usted es este y no ese. No mate a sus padres, deje de llamarlos padres. Déjelos decrecer en la lejanía. Contradiga a la rosca. Utilícela para sus propios fines. Demuestre que el altar histórico se cae por su propio peso. Toque los temas que ha considerado estúpidos. Recuerde que temas significativos hay tantos como escritores, que la alianza es siempre misteriosa y que en eso el extraterrestre tenía razón.
Nunca habrá una lista fija de temas huecos. Tampoco una de los importantes. Atrévase a ser otro, a reconstruir el mundo, a desaparecer lo superfluo para mezclarlo con ese tesoro, nunca más refinado ni de grandes palabras —nunca más un tesoro—, al que usted ha llamado, ostentosamente, literatura.
* 22-44 es colectivo abierto de jóvenes escritores pertenecientes a la facultad de Creación Literaria de la Universidad Central. La apropiación y ficción de las circunstancias comunes sustentan nuestra razón de ser y estamos convencidos del papel transformador de la literatura. Visítenos en Facebook.
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