Agremiación: la solución de los creadores para sobrevivir al coronavirus

Con la contingencia del COVID-19 el sector cultural ha sido uno de los más afectados. Sin toques, giras, obras de teatro, rodajes o exposiciones ha crecido la dependencia en las regalías o derechos de autor, así como en las ayudas de un gobierno que, aunque ha tenido acciones, no se ha preocupado por el grueso de los creadores. Así como la llegada de la pandemia ha mostrado la desigualdad social del país, también ha revelado las condiciones laborales de quienes trabajan por la cultura.

En la última semana diferentes agremiaciones se han expresado en contra de los decretos 516 y 475 expedidos por el presidente Iván Duque para contrarrestar los alcances de la crisis en el ámbito cultural. Por estos días muchos artistas y gestores se han tomado el tiempo de enfocarse en las deficiencias de un sistema que –según cuentan– le ha prestado poca atención a su bienestar.

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Primero que todo es necesario hablar de los dos decretos que han levantado ampolla. El 475 de 2020 salió el 25 de marzo con una serie de alivios fiscales –más de $120.000 millones de pesos– para los productores ocasionales de eventos y una aceleración en el proceso de los famosos Beneficios Económicos Periódicos Naranjas (ayudas pensionales para gestores culturales) que se han venido anunciando desde hace más de un año. Al respecto, los artistas reclamaron que esta no es una medida nueva, ni contribuye realmente al sector en medio de la crisis, pues antes que beneficiar a los creadores, es un alivio para los empresarios.

El otro decreto en cuestión es el 516 de 2020 en el que se reduce la cuota de producciones nacionales en pantalla. Para muchos se trata de una decisión arbitraria que no tiene en cuenta a los miembros de la industria audiovisual nacional y que significa perder la oportunidad de conectar a las audiencias con las producciones hechas en el país. 

Desde la Mesa Amplia por el Arte y la Cultura (MAAC) se envió un derecho de petición la semana pasada al Ministerio de Trabajo para investigar sobre los alcances en distintos niveles del decreto 475. Sin embargo, el requerimiento legal fue respondido con una transcripción literal del decreto. Esta escueta respuesta denota una falta de atención por parte de las instituciones gubernamentales a las agremiaciones independientes que han encontrado en la agremiación un camino para hacer valer su voz.

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Desde el 21N se comenzó a dar un ambiente de agremiación entre los músicos para hacer frente a los malos tratos de promotores privados y de  políticas públicas como la Economía Naranja, que con facilidad podrían considerar a Maluma un artista independiente de música colombiana. Si bien desde ese entonces El Paro Suena se ha ‘puesto la 10’ para servir como interlocutor entre un grupo de músicos y las discusiones de la MAAC, esta ha tenido siempre a la movilización social como uno de los mecanismos más importantes para hacerse escuchar.

De ahí que el panorama actual hiciese necesaria la aparición de una nueva organización que le apostará a enfrentar los problemas del día a día de los músicos. En las últimas semanas una imagen de un par de manos cruzadas y el numeral #SoyPorqueSomos anunció el nacimiento de la Coalición por la Música Independiente que, a través de un manifiesto firmado por más de 300 actores de la música colombiana, invita a la unidad y a pensar de una forma colectiva el devenir del sector.

“Tenemos que aprovechar esta energía que tenemos al no poder estar tocando los fines de semana o haciendo giras para enfocarnos en esto. La gente anda muy ocupada con sus proyectos del día a día y no se pone a mirar esas necesidades de colectividad. Queremos apuntarle a que, antes de que se acabe la cuarentena, podamos ponernos de acuerdo con los representantes de diferentes asociaciones”, cuenta Mario Galeano, integrante de esta coalición. Determinar estándares de cobro, condiciones laborales y hasta seguridad social son algunos de los temas que deberán tratarse en sus primeras reuniones. 

Pero no solo los músicos han adquirido relevancia en el mar picado del COVID 19. Con respecto al también controversial decreto 516, la Asociación Colombiana de Actores (ACA), con seis años en funcionamiento, se pronunció en contra de la flexibilización de la cuota nacional en pantalla, pues es una decisión que pone en riesgo el pago de ejecución que tienen que hacer las cadenas nacionales para transmitir cualquier programa.

“Los actores no tenemos regalías en Colombia desde el gobierno de Gaviria. En el apagón los actores cedieron las regalías para ayudar y nunca volvieron”, señala Cony Camelo, integrante de la ACA. Sin esos espacios en el espectro nacional se pone en grave riesgo la subsistencia de los actores colombianos que dependen principalmente de esos ingresos.

Existe una importante cantidad de contenido nacional que actualmente ni siquiera está fuera de la web e incluso desde la ACA se habla de la opción de que los canales hagan alianzas con plataforma de streaming como Retina Latina, Boonet o TONALA para que muchas de esas producciones tengan la oportunidad de rotar en cadenas nacionales. “Eso ayudaría a todo el gremio audiovisual y fortalecería mucho nuestra identidad más allá del nacionalismo. El audiovisual siempre es un motivo de reflexión, como las artes en general”, cuenta Camelo.

Aunque el gobierno se ha manifestado frente a estos reclamos, en los artistas y gestores no se reduce el sinsabor que estas medidas han dejado y que habla de nuevo de la falta de atención que el gobierno ha tenido con los agentes del sector cultural. A falta de soluciones la agremiación coge importancia en medio de la crisis y las voces que hagan coro de las iniciativas de los creadores por dignificar su trabajo las ayudan a llegar a nuevos niveles de debate y legitimidad.

Los actores, camarógrafos, directores, músicos, artistas y escritores son los que crean las piezas culturales que se están consumiendo en estos tiempos de cuarentena; libros, películas o discos que se han apoderado de nuestros tiempos de ocio, que nos han ayudado a traer calma a los pensamientos alborotados de estos tiempos inciertos. Como consumidores es importante apoyar estas iniciativas de nuestros creadores locales, pero lo fundamental es que el gobierno le apueste a mantener el ecosistema cultural que aporta uno de los bienes más importantes en esta coyuntura.