Con murales, Stinkfish apoya el activismo indígena en Honduras
Este país centroamericano es uno de los más peligrosos para los defensores del medio ambiente, y el asesinato de la activista Berta Cáceres en marzo lo puso en el ojo del huracán. El artista urbano colombo – mexicano, junto a Kill Joy y Mazatl, estuvo tres semanas interviniendo espacios de la comunidad indígena Lenca, una de las más afectadas por los megaproyectos, y nos contó sobre su experiencia.
El pasado 3 de marzo fue asesinada en Honduras Berta Cáceres, una activista de la comunidad indígena Lenca que se opuso a la construcción de represas. Su asesinato dejó en evidencia lo peligroso que es ser defensor del medio ambiente en el país centroamericano: entre 2010 y 2015 han sido asesinadas 109 personas por luchar en contra de megaproyectos mineros, madereros y agrícolas, según la ONG Global Witness.
La construcción de estos proyectos se disparó después del golpe de Estado en contra del expresidente Manuel Zelaya, y ha afectado a tribus como los Lencas y Tolupanes: además de cederle sus terrenos a manos privadas, varios de sus líderes han sido torturados y asesinados. “De las ocho victimas cuyos casos fueron públicamente reportados en 2015, seis fueron de grupos indígenas”, reveló el comunicado de Global Witness.
Ante este panorama, el grafitero Stinkfish, nacido en México pero que desde niño se asentó en Colombia, hizo sus maletas junto a Kill Joy de Estados Unidos y Mazatl de México para recorrer zonas habitadas por Lencas con The Cuma Project entre abril y mayo de este año.
Hablamos con Stinkfish para que nos contara de su experiencia en este proyecto, que se enfocó en intervenir espacios afectados de esta comunidad indígena, como escuelas y casas comunales, y contó con el apoyo del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), una entidad encargada de defender el territorio y la cultura lenca y que Berta cofundó en 1993.
¿Cómo terminó involucrado en este proyecto?
Todo comenzó a planearse el año pasado. La idea original fue de Simone Fabbri, un amigo italiano que durante sus viajes por Centroamérica tuvo la oportunidad de conocer diferentes organizaciones campesinas, indígenas, ecologistas y activistas, una de esas el COPINH. Él me invitó a participar.
¿Por qué optaron por nombrarlo The Cuma Project?
Empezamos sin ningún nombre, fue en el transcurso que pensamos en algo que funcionara en diferentes niveles e hiciera referencia a la lucha del pueblo Lenca, su territorio, trabajo y diario vivir. Cuma es como ellos le dicen al machete, fundamental para las comunidades campesinas de todo el mundo; lo usan tanto niños como ancianos en los cultivos y en el hogar.
También simboliza la lucha, es su arma más próxima a la hora de defenderse. Además es una palabra fácil de recordar.
Primer mural hecho en conjunto por Kill Joy, Stinkfish y Mazatl en Honduras.
¿En total cuánta gente participó en este proyecto?
Fuimos cinco personas. Simone Fabbri, quien tuvo la idea, se encargó de gran parte de la financiación, la planeación y la logística. Víctor Galeano, de Colombia, hizo el registro fotográfico y videográfico de los muros y las entrevistas con los miembros de la COPINH y las comunidades que visitamos. Kill Joy, Mazatl y yo pintamos los muros.
Mural hecho por Stinkfish, Kill Joy y Mazatl
¿Cómo se afectan estas comunidades por los megaproyectos, como el de la represa de Agua Zarca, a la cual se opuso Berta Cáceres?
Los Lenca son agricultores y todos estos megaproyectos causan un daño devastador a su ecosistema. El ciclo natural de las tierras cambia, el agua se contamina y escasea, y los animales migran o mueren.
Muchos pueblos son comprados por las multinacionales y además de dinero pagan con comida o carreteras, por eso muchos los apoyan. Pero la mayoría de Lencas, que viven de lo que siembran, se oponen y son olvidados por el gobierno central.
Mural hecho por Kill Joy y Mazatl dedicado al chipe caridorado, ave en peligro de extinción que migra desde Estados Unidos hacia Honduras.
¿Han aparecido nuevas amenazas tras la muerte de Berta Cáceres?
Las intimidaciones y la violencia siempre han estado presentes en la vida de los activistas, lideres y campesinos que luchan por su pueblo, no importa de dónde sean.
Esto no paró con el asesinato de Berta Cáceres, aún se siguen amenazando y matando personas. Aunque se han logrado detener varios de estos proyectos, el Gobierno, el Ejército y las multinacionales implicadas siguen presionando para seguir con la explotación del territorio Lenca.
¿Hubo alguna amenaza contra usted o los demás artistas?
Contra nosotros directamente no, pero compartimos con varios que sí estaban amenazados, sobrevivieron a atentados o perdieron familiares o amigos a manos de asesinos.
Afortunadamente no nos pasó nada grave, aunque todo el tiempo tuvimos un ambiente de incertidumbre en lo que pudiera pasarnos o a quién nos fuéramos a encontrar. Sobre todo por la fecha en la que fuimos, apenas unas semanas después de la muerte de Berta Cáceres. Por eso el COPINH nos ayudó a coordinar todos los movimientos que hacíamos.
¿Hay charlas para hacer un proyecto de este tipo en Colombia?
Cuma pretende organizar nuevas versiones, aunque todavía no sabemos cuándo ni dónde. Por ahora pensamos en sacar unas serigrafías de edición limitada, los ingresos irán para financiar nuevas ediciones del proyecto y para el COPINH, como apoyo a su trabajo con las comunidades indígenas.
Muro de Mazatl junto a Stinkfish