
El Parche de la inclusión
En esta residencia y laboratorio el arte tiene un sentido colaborativo y familiar. Los artistas y gestores culturales independientes Olga Robayo (escultora colombiana) y Marius Wang (fotógrafo noruego), fundaron El Parche en 2009 como programa piloto de residencia artística. Esperaban que durara un año, pero lleva más de cinco.
La idea de crear un colectivo nació en Oslo (Noruega), donde Olga y Marius se conocieron. Ella era la primera latinoamericana en estudiar en la Academia Nacional de Arte de esa ciudad.
“El Parche es una forma de hacer arte, no es solo una sede. Maneja una estructura de familia, colaborativa, que es residencia y lleva eventos para otros lados”, cuenta Olga.
El proyecto sirve de plataforma para diferentes propuestas de formación, creación, investigación y circulación en el campo de las artes visuales. Es el espacio de artistas, curadores y gestores culturales nacionales y extranjeros.
La iniciativa empezó con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Oficina de Arte Contemporáneo de Noruega, pero desde 2010 es espacio independiente, administrado por artistas y con apoyos ad-hoc para cada proyecto o residencia.
Como reconocimiento, El Parche participó en 2011 de la Residencia de Gestores y Espacios Independientes de América Latina (Brasil), y en 2013, gracias a sus redes de trabajo local e internacional, fue parte de Colomborama, proyecto que llevó a Oslo una muestra de la escena artística contemporánea de Colombia.
Este año, la plataforma se ganó la beca Vis a Vis de la Red Galería Santa Fe de Idartes y, fiel a su espíritu incluyente y diverso, es una de las 11 entidades que organiza y acoge el primer Festival Kuir Bogotá, proyecto colaborativo para la circulación de arte y cine queer.