
Turismo campesino
Lo importante de un viaje es que sea inolvidable. Esta es una alternativa en la que puede practicar parapente o aprender a preparar queso a través de alianzas con campesinos, entre otros planes. En estas vacaciones recuperemos nuestro sentido de pertenencia.
A orillas del rio Teusacá, municipio de La Calera, se ubica el Proyecto San Antonio, un espacio educativo, cultural y creativo que busca mostrarle a sus visitantes una nueva forma de vacacionar con talleres autóctonos a cargo de la gente local.
Los encargados de darle vida a este proyecto son Ana Tovar y Julián López, quienes hace tres años decidieron vivir en La Calera, lugar donde afirman pudieron evidenciar el desplazamiento de campesinos a causa de los excesivos impuestos y la falta de oportunidades.
“Debido a ese ‘desplazamiento forzoso legal’ decidimos traer nuevas propuestas a nuestro entorno y permitir nuestra sostenibilidad y la de nuestra comunidad”, argumentan sus creadores.
Proyecto San Antonio no sólo ofrece planes alternativos a visitantes, también logra que campesinos encuentren oportunidades de ingreso económico para que no deban abandonar sus tierras. Es así como este proyecto busca renovar ese perdido sentido de pertenencia.
A través de una alianza con campesinos locales San Antonio ofrece talleres de elaboración de queso campesino, ordeño de vacas a la manera tradicional, procesos de lana virgen (desde la oveja hasta el tejido final), huertos orgánicos y preparaciones típicas de la región.
Y para quienes anden buscando algo más extremo hay parapente, canopy, cabalgata, caminatas ecológicas, visitas al Parque Natural Chingaza, entre otras ofertas.
“Nos gusta diseñar planes personalizados según las necesidades y gustos de cada uno. Buscamos poder darle una experiencia inolvidable a las personas y de esta forma seguir reviviendo nuestros saberes ancestrales y el respeto por el campo”, expresan Ana y Julián.
Próximamente empezará a funcionar, ahí mismo en La Calera, Isla Proyecto San Antonio, un laboratorio de arte y diseño en el campo que también tendrá su propio hostal. Este será un espacio con estudio de tattoo en la montaña, zona de glamping (camping con glamour) y huerta orgánica, entre otras sorpresas.
Vuelva a conectarse con sus raíces y anímese a diseñar el plan según sus gustos y presupuesto, que empieza desde 50 mil pesos por persona.