
Telebit: “No podemos disfrazar la música”
Hablamos con Telebit, quienes tocarán el próximo 26 de septiembre en el Festival Marciano. Para ellos, “el rock alternativo es un género bien complicado en Colombia. Y si resulta difícil en Bogotá, en las otras ciudades es algo aún más pequeño”. Una entrevista para calentar motores.
Telebit nació realmente en el colegio, como asegura Daniel Acosta, vocalista de la banda quien ya lleva cuatro años rondando en la escena alternativa independiente del rock bogotano.
Antes se llamaban Polifóni-k, pero ese nombre y también el sonido cambió. Han mutado en asuntos de estilo y lograron mezclar la esencia del rock con los sonidos contemporáneos del indie, el pop y hasta con los ritmos andinos.
En el primer año de carrera lograron entrar en el cartel de Rock al Parque y fueron seleccionados para tocar en SXSW y en Primavera Sound Festival. Entre su primer álbum, Primera Dimensión, y el último, Doce Vientos, hay una transformación musical y conceptual evidente.
La afinidad que sienten con las montañas y los andes colombianos les ha otorgado, por su estilo, un puesto en la escena alternativa del país.
¿Qué tan difícil es encontrar espacios para una banda independiente en el país?
Al principio era más complicado buscar espacios. Ahora se han abierto muchos gracias a que la escena de alguna manera está creciendo y los promotores le están apostando también a los festivales independientes. Inevitablemente, bandas que en su momento aquí no generaban mucha conmoción, ahora sí lo hacen gracias a estos festivales. Asimismo se le abren las puertas a las bandas independientes. Se ha creado una cultura de música alternativa.
Rock al Parque ha sido, por ejemplo, un festival que siempre ha estado como plataforma de apoyo para bandas independientes nacionales… pero hay otras ofertas y uno tiene que buscar. Hay muchísimas becas que dan el Distrito e Idartes para circulación nacional o distrital, para giras fuera y dentro del país; hay muchísima oferta y la gente no se entera. Se quejan de que siempre las mismas bandas, pero es que son esas mismas las que saben y se presentan.
¿Cómo le va al rock alternativo en el país?
El rock alternativo es un género bien complicado en Colombia. Y si resulta difícil en Bogotá, en las otras ciudades es algo aún más pequeño.
Antes montábamos un concierto haciendo convocatoria al que solo iban 5 personas, pero los espacios se fueron abriendo, empezamos a rotar en la radio y así crece cada vez más esto. Hicimos unos conciertos por bibliotecas distritales de los que no esperábamos nada, no hicimos mayor convocatoria por el tiempo y al final la vaina se llenó y nos sorprendió ver que la gente está empezando a apoyar a las bandas alternativas que están sonando ahora.
¿Cómo es el tema con las emisoras?
Es complicado porque las radios están involucradas con las disqueras, y las bandas independientes no tienen disquera. Las disqueras promueven las bandas en radio y se encargan de que el artista suene para que venda. Parte de esa industria está cambiando. Ya las majors están firmando con bandas independientes para tener un catálogo de música alternativa. Esto ayuda a que pongan los ojos en las bandas independientes y que nos abran espacio en la radio.
¿Cómo se puede describir el sonido de Telebit?
El sonido de Telebit se ha transformado de lo que fue el primer disco a este. Antes fue una cosa de experimentación de gustos musicales, un desarrollo de ideas de las bandas que nos gustaban en ese momento: The Strokes, Bloc Party, Foals, Friendly Fires. En español permeaba también lo que nos gustaba líricamente: Soda Stéreo, Gustavo Cerati, Zoé, Caifanes. La música del álbum Primera Dimensión no tenía una geografía delimitada, era genérica, y nos dimos cuenta de eso durante SXSW y Primavera Sound; estábamos en medio de muchísimas propuestas similares que lo hacían muchísimo mejor y con una plataforma más desarrollada.
Hasta ese momento no había en Bogotá una banda que propusiera nuestros mismos sonidos, mucho menos con un audio tan maduro (al menos para la edad que nosotros teníamos en ese entonces, entre 21 y 23). Primera Dimensión es más anglo, tiene eso indie de lo que pasaba en ese momento pero con letras en español.
Y Doce vientos...
Es más orgánico. Tuvimos en cuenta los errores y lo que habíamos aprendido. Queríamos salirnos de la zona de confort. Trabajamos con Julián Salazar y empezamos a meter otros sonidos.
Este disco es una cosa más robusta, tenía ya otro pensamiento musical de nosotros. Había que darle un norte y resultó ser esa colombianidad nuestra. Pensamos en cuál era la ventaja para mostrar nuestra música y que no se confundiera con el rock que puede hacer muchísima gente, de mejor manera, en otras partes del mundo.
Doce Vientos tiene una carga simbólica de lo que pasa acá, no solo con los sonidos del Caribe, también el de los Andes. Hay canciones con ondas súper colombianas, de montaña, como ‘Sideral’ o ‘Chía’.
¿Entonces son rock, indie o fusión? ¿Dentro de qué género cabe la música que hacen?
Uno se sesga en cuanto al género, y eso le pasa mucho al músico colombiano. Nos dimos cuenta en un concierto de Café Tacvba que ellos pueden tocar desde un bolero hasta una carrilera (o un punk). Decíamos, “de eso se trata también la música”.
Si una canción es pop, es pop y ya está, no podemos disfrazarla de algo más porque así nació. Si es rock, igual.
¿Qué papel juega el asunto gráfico en Telebit? ¿De dónde salen los símbolos?
En el primer disco lo de los símbolos fue una cosa gratuita que hicimos para darle esencia y para que la gente lo reconociera, pensando en crear una retentiva no sólo musical sino visual. A partir de eso hicimos las piezas, los stickers, las vainas en vivo, la escenografía. A la gente le quedaba mucho y se preguntaba qué quería decir cada símbolo, pero en realidad cada uno era simplemente una canción.
En Doce Vientos las ilustraciones las hizo Jorge Lewis y a partir de las letras de todas los temas creó tres tótems con los que se representan lo natural, lo antropomorfo, lo que hablamos de la selva y de las metáforas con animales. Intentamos mezclar la parte visual y la musical más en este nuevo disco. Cambiamos de parecer y se volvió una cosa más teatral.
¿De dónde sale la idea de la pintura, las plumas y, en general, la indumentaria?
Con este álbum se vuelve todo una puesta en escena en la que cada factor es importante: la música, las visuales, las luces, el vestuario. Se nos ocurrió meterle la onda indígena a nuestra indumentaria en vivo. Empezamos a trabajar con unas molas de los indígenas kunas de la frontera con Panamá.
Luego empezaron a salir cosas simbólicas para las visuales y el vestuario. Empezamos a hacer lo de las pinturas igual que ellos, que se pintan en diferentes épocas del año por los rituales, la comida o la lluvia. Es algo muy bonito que encerraba el concepto de Doce Vientos.
¿Qué diferencia a Telebit del resto de las bandas del Festival Marciano?
Creo que en el Festival está la parte rockera, la punkera, la nostálgica… la nuestra va ser la parte farrera colombiana, la parte farrera del indie.