
De la digna rabia al arte de las Gallinas Furiosas
La digna rabia acompaña las luchas colectivas, dignifica el enojo como una emoción legítima y necesaria para enfrentar la injusticia y la opresión, sobre todo cuando esa rabia se convierte en arte, un arte que convoca, que hace memoria y que le recuerda a la ciudadanía la importancia de mantener la llama encendida, así es el arte de las Gallinas Furiosas.
Según Medicina Legal, en el último año se reportaron más de 19.000 casos de abuso sexual contra menores en Colombia, y tan solo en el primer trimestre de 2025 van 4.375 casos, cifras que van en aumento y que muestran un panorama desalentador frente la busqueda de entornos seguros para las infancias.
A finales de abril de 2025 salió a la luz uno de los casos de abuso sexual infantil que más ha indigado al país, aproximadamente 12 niños habrían sido víctimas por parte de un docente del Hogar Infantil Canadá sede F del ICBF en la Localidad de San Cristobal. En este caso no sólo los hechos causaron conmoción en la ciudadanía, sino que también la respuesta por parte del personal y los operadores del jardín infantil quienes en un primer momento no activaron las rutas necesarias para atender las denuncias, ni retiraron al agresor del jardín.
Una vez el caso llegó a la opinión pública empezaron a salir a la luz nuevos casos en diferentes jardines y colegios del país, lo que reactivó las conversaciones por parte de diferentes sectores políticos y sociales que exigen medidas contundentes contra este tipo de agresores. Por su parte la ciudadanía, las organizaciones sociales y colectivos artísticos han manifestado su digna rabia a través de la creación de murales que visibilizan la problemática.
«Sentimos una responsabilidad profunda de alzar la voz cuando cualquier sector que ha sido históricamente silenciado es violentado bajo un sistema patriarcal, en este caso las infancias. Los recientes casos de abuso en el ICBF, una institución que debería proteger a nuestrxs niñxs, nos impactaron muchísimo, no solo a nosotras si no, a toda Colombia. Frente a la injusticia y el silencio institucional, el arte se convierte en nuestra herramienta de denuncia y memoria». afirmó el Colectiva gráfica Gallinas Furiosas
Esta colectiva gráfica utiliza su arte con consignas feministas desde 2021 como forma de protesta, nacieron en el marco del paro nacional como respuesta visual de la indignación que genera la injusticia y hasta hoy siguen usando sus voces y brochas, como un grito de resistencia ante el abandono del estado y la violencia histórica que se ha ejercido sobre los cuerpos feminizados. Es precisamente este sentido de justicia y de búsqueda de reivindicación lo que las hace reconocerse en esta problemática.
«Intervenimos el espacio público porque es ahí donde se dan muchas de estas violencias y también donde podemos incomodar, visibilizar y exigir justicia. No podemos quedarnos calladas cuando cada día en Colombia más de 50 niñxs están siendo víctimas de abuso sexual, esto no se puede normalizar». comentan
Su arte, que ahora podemos encontrar en grandes murales bajo los puentes y calles de Bogotá, permea este arrebato de rabia colectiva, el grito ahogado de las madres que hoy viven con la zozobra y el dolor que dejó el abuso sexual en sus hijos, nos recuerda como ciudadania que este es uno de los muchas casos que ocurren a diario, que no basta con indignarnos, que requerimos del recordatorio continuo para que la sed de justicia permanezca en las calles y en los juzgados.
«Nuestra necesidad nace de la rabia, del dolor, pero también del amor por las infancias, por su derecho a crecer libres, seguras, y sin miedo»
La frase ‘LOS NIÑXS NO SE TOCAN” ahora reposa en un muro gigante de la Calle 26 con Av. Caracas en Bogotá, con él la colectiva exige justicia sin demoras y cambios reales en el sistema judicial actual. Además de hacer un llamado a que el Estado proteja a las infancias para que puedan crecer en entornos seguros y libres de violencia.