
Midras Queen: “No me interesa ver manos arriba mientras canto, quiero que me escuchen con atención”
Esta MC lleva dos décadas de trayectoria musical. Exponente de los sonidos urbanos nacionales, Midras también trabaja en la Fundación Artística y Social La Familia Ayara. Breve perfil de una rapera que no hace hip hop callejero.
“¡Ustedes, una requisa!”, les dijeron unos policías a Midras Queen y su parche de la Alianza Hip Hop mientras rapeaban en el parqueadero de un almacén Éxito, en Medellín. La idea de un arresto la puso nerviosa, pero rápidamente ese nerviosismo se convirtió en ira.
“Todo el tiempo estuve pendiente –recuerda Midras-. Vi cuando uno de los policías sacó un arma y la lanzó al pasto. Luego preguntó de quién era la pistola. Me enojé y le dije que era suya y que él nos quería ‘encochinar’”.
“¿Pero usted qué es: hombre o mujer?”, preguntó el policía sin quitarle el ojo de encima a las trenzas de la rapera y su overol ancho. Sin que le importara lo que pudiera pasarle, Midras se soltó el overol y les mostró el brasier para dejar bien claro que era una mujer. Una mujer que rapea y pelea por sus derechos.
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Sandra Milena Mosquera (A.K.A. Midras Queen) es hija de chocoanos nacida y criada en Bogotá. Creció entre pasos de salsa y vallenato, pero también escuchando rock en español. Las rimas llegaron a su vida en 1994, cuando un compañero del colegio le mostró la música que hacían algunos negros de guetos de Estados Unidos. El gusto por esta música le trajo problemas con su papá, un chef que soñaba ver a su hija convertida en la mujer de la casa, ya que la madre había muerto poco tiempo atrás.
Las llegadas tarde, las escapadas y el look de sus amigos (con gorras, camisetas y pantalones anchos) poco a poco enfurecieron al padre de Midras, quien recibió una oferta laboral en Medellín y decidió aceptarla pensando, tal vez, que el cambio de ciudad los ayudaría. “Allá fue donde me acabé de perder”, comenta la rapera.
Conociendo a fondo las escenas urbanas bogotana y paisa, Midras, quien desde el colegio siempre estuvo vinculada al baile, solo necesitó de algunos tutores en asuntos de rimas para soltarse con el micrófono. Dictó clases de danza a cambio de tutoría en rimas. MCs como Freddy Páez y Don Popo se convirtieron en profesores de Sandra.
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Midrash en hebreo se refiere al verbo ‘dar’, y ella con su música siente que tiene el don de la palabra, por eso en 1996 adoptó su alias actual. “No me interesa ver a la gente con la mano arriba mientras canto. Mis letras tienen contenido social y quiero que me escuchen con atención. Quiero mostrar un papel diferente al de la bailarina o al de la puta del cantante”.
Desde el comienzo de su carrera quiso alejarse de las cajas de beats y prefirió tener una banda en vivo con bajo, batería, vientos, guitarras y una tornamesa. La libertad musical que le brinda tocar acompañada por una banda es algo que ella solo compara con un orgasmo.
Aparte de la facilidad que ha adquirido para acoplarse rápidamente con sus músicos a las condiciones de cada toque, Midras ha aprendido algo de teoría musical junto a ellos. No sabe de escalas, tonalidades o claves, pero logra complementar los instrumentos con la musicalidad natural de su voz: “es como un chip que tengo”.
"Con poca o mucha gente debo mostrar lo que soy"
Es tal vez por esta propuesta musical no convencional del hip hop que Midras no es vista con buenos ojos por una parte de la comunidad rapera. Le han dicho que no hace rap y la han dejado por fuera de festivales por el contenido de sus letras. En Hip Hop al Parque de 1999, por ejemplo, no hizo parte de la selección de artistas porque según los jueces a su estilo le faltaba calle.
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Cuando no está lanzando rimas, Midras Queen trabaja en la Fundación Artística y Social La Familia Ayara, una organización fundada en 1996 por jóvenes afro que ayudan a niños y adolescentes interesados en el arte urbano. Con talleres de grafiti, breakdance, discjockey y capoeira, Midras y su combo de trabajo también apoyan a mujeres y personas discapacitadas. Los integrantes de la organización han tenido la oportunidad de trabajar con instituciones similares en Canadá, México, Holanda y Sudáfrica.
Ha transmitido con juicio su filosofía de cero drogas y cero alcohol a Joao Aguilar, su hijo de 15 años. “Me gusta la música de mi mamá porque es una línea diferente de ese rap de calle que todos escuchan. Tenemos que abrir el oído a todo lo que ofrece este género”.
Midras Queen se presentó el pasado sábado 14 de noviembre en Hip Hop al Parque. La preparación para este festival le trajo peleas, decepciones e inconformidades con muchas personas. Los nervios también la traicionaron e hicieron que algunas letras se le olvidaran antes de la presentación.
Pero esa tensión se quedó en el camerino del Simón Bolívar; en escena, Midras y su banda dieron un buen espectáculo y no prestaron atención a la poca audiencia que ese día, a las dos de la tarde, había reunida. “Con poca o mucha gente debo mostrar lo que soy”.
Está por cumplir 40 años y asegura que nunca tuvo la necesidad de estudiar o encajar en el estereotipo del rap callejero. Ha hecho, durante este tiempo, lo que su corazón le ha dictado. Su padre, quien durante años se opuso a las rimas del hip hop, hoy se siente orgulloso por el mensaje que su hija reparte. La reina sigue lanzando rimas a diestra y siniestra sin callarse ante los comentarios racistas porque para ella, “el rap es de negros”.