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Fotos cortesía de Dione Roach

No hay rejas que detengan las rimas de Jail Time Records

Jail Time Records no solo es un sello discográfico. También es un colectivo audiovisual, un estudio de grabación y un proyecto social que le apuesta a la reinserción social a través de la música desde su centro de operaciones: la prisión central de Duala en Camerún.

Nicolás Gómez Ospina // @ngospina14

Tras varios meses trabajando como voluntaria dentro de la abarrotada prisión central de Duala en Camerún, Dione Roach, una fotógrafa italiana enamorada de la labor social, vio en las aptitudes musicales de los reos una posibilidad de reintegración social. Esto la llevó a dar el primer paso en la construcción de un estudio de grabación para que los presos exploraran su faceta musical realizando productos de alta calidad. Un proyecto que rápidamente se convertiría en un colectivo sin precedentes en el país. Así fue como en octubre de 2018 nació Jail Time Records.

Roach comenzó esta labor en llave con la ONG italiana COE (Centro Orientamento Educativo), la misma con la que llegó a trabajar a Camerún. Aunque en principio su idea era grabar solo un disco que condensara el talento y habilidades musicales de algunos de los presos, al encontrar la financiación no dudó en montar un estudio completo en un espacio disponible donde esperaban los sentenciados a muerte.  

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“Aquí en Camerún el concepto de reintegración social y resocialización no está aún presente en la agenda política ni pública. Por eso éste es un ejercicio interesante y la verdad es que ha sido exitoso”, cuenta Dione. Tras casi tres años trabajando de cerca con los más de 500 prisioneros, ésta fotógrafa decidió radicarse en Duala y trabajar en la creación de un nuevo estudio afuera de la prisión, así como en la divulgación de proyecto. Si bien los casos de estudios de grabación dentro de una cárcel no son extraños y en muchas ocasiones se utilizan como un escape mental para los presos, el caso de Jail Time sí es el primero en una prisión africana. Quizá por esta razón el proyecto se ha convertido en un colectivo que junta a músicos, productores y realizadores audiovisuales, quienes trabajan juntos por los prisioneros de la cárcel más dura de Camerún.

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Jail Time no funciona como una escuela de hip hop si no más bien como un espacio de expresión. Como señala Vidou H, uno de los integrantes del proyecto, muchos de los presos que participan en el primer disco de esta iniciativa que está próximo a salir, “son personas que desde antes de entrar a prisión ya tenían un camino o un interés fuerte por el hip hop o la música en general”.

Desde niño el mismo Vidou le había cacharreado a la música produciendo desde su casa y para algunos de sus familiares. Para el momento en que se conocieron con Dione, estaba desesperado en la cárcel y encontraba en pensar sonidos su única forma de escapar de la rutina y el tedio que le producía estar encerrado. Tras aprender algunas cosas del ingeniero de sonido que inició voluntario en el proyecto, fue tomando cada vez más responsabilidades en el estudio donde terminó atestiguando noches enteras de freestyle.

“Yo sentí que los primeros meses eran interminables, pero ya después, con la llegada del estudio, creo que llegue a trabajar varios días sin dormir simplemente por la emoción que me generaba estar creando con otros presos”, apunta Vidou. Éste productor pasó dos años y siete meses dentro de la prisión y desde 2019 está encargado de la producción e ingeniería de sonido del estudio.

El álbum al que Jail Time le ha trabajado durante este tiempo y que esta próximo a salir es un tránsito por diferentes sonidos como el trap, el reggae, el boombap y una fusión con sonidos tradicionales de Camerún con más canto y menos rapeo. “No podemos señalar un sonido específico para encasillar el álbum. Tenemos cerca de cien canciones ya grabadas y nos tocó sentarnos a hacer una curaduría especial de algunos para sacar en este compilado”, cuentan sobre cómo los prisioneros ven en el pequeño estudio una oportunidad de pasar el tiempo y explorar creativamente.

El primero de los 16 temas que componen este primer compilado es Tuerie 1, un trap de manual como el que es habitual escuchar en las calles de Camerún y que habla de la realidad de esas mismas calles. Violencia y competición de rap se juntan en una canción cuyo video fue grabado en Makea y Kolora, dos barrios marginales de la ciudad. Landy, D.O.X y Debit, tres ex prisioneros de la cárcel central de Duala, son los protagonistas de este tema. Landy y Debit volvieron a ser condenados desde el lanzamiento de la canción. Jail Time, además ha publicado y grabado cuatro videos adentro de la prisión de Duala desde 2019, cuando se convirtió en un sello discografico multiplataforma para difundir la voz de los presos.

Las letras de las canciones de este primer disco, así como sus sonidos no se quedan en un solo estilo y reflejan la realidad de una de las cárceles más grandes del país africano con más de 800 prisioneros tras rejas tanto físico como creativas. “Es muy bonito ver cómo se mezclan las diferentes culturas y cómo el estudio funciona como un espacio de conversación también”, agrega Vidou.

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Jail Time Records ha tenido el apoyo de diferentes fundaciones, oenegés y proyectos que le apuestan al desarrollo cultural como un ejercicio para la reintegración de los presos. Para Vidou H y Dione es muy importante que, además de este esfuerzo social, las canciones y producciones audiovisuales realizadas dentro del colectivo sean de alta calidad para que los involucrados en el proceso puedan encontrar en este un camino viable de subsistencia.

Pensando en esto ambos recuerdan el caso de Moussingui Davis, un preso que llevaba varios años entrando y saliendo de condenas de prisión por diferentes delitos hasta que encontró en Jail Time un espacio para hablar, cantar y expresar estéticamente lo que tenía por dentro. Según cuentan, hoy Moussingui lleva casi dos años sin volver a entrar a prisión y en sus redes sociales siempre está activo compartiendo sus canciones y colaboraciones con artistas de cualquier lugar del mundo.

La falta de oportunidades que azotan el país africano hace difícil, entre otras cosas, la vida después de la cárcel. Algo que tanto Dione como Vidou tienen presente. Por eso su próximo paso es formalizar un estudio por fuera de la prisión para seguir trabajando hombro a hombro con los músicos vinculados al proyecto. Éste es un paso clave teniendo que cuenta que, según estimaciones de la ONU, el 70% de la población camerunesa es menor a los treinta años, de modo que muchas de las personas que salen de las cárceles todavía tienen muchos años de resocialización por delante.

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También es importante tener en cuenta las condiciones y características de la población carcelaria de este país africano. Según Prison Studies, un grupo de investigación financiado por Birkbeck de la Universidad de Londres, para 2020 había una sobreocupación del 125.5% en las cárceles camerunesas, es decir 22.431 personas encarceladas. Este numero ha aumentado desde que se firmó la ley anti terrorismo en 2014, con la que se buscaba dar un golpe directo al grupo armado de oposición Boko Haram y que ha servido para el aprisionamiento de periodistas y activistas políticos. Entre otras cosas, es debido a esto que el trabajo de Jail Time Records tenga un carácter político tan marcado.

Jail Time es un proyecto que funciona como una fotografía de la creatividad y diversidad de los reos y además brinda caminos diferentes para el desarrollo creativo y la resocialización. Su apuesta estética por una calidad alta asegura una nueva vida después de la cárcel que puede invitar a pensar en un futuro donde salir de la cárcel no implique cargar con una segunda pena eterna a cuestas por la estigmatización.

 

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