Ud se encuentra aquí INICIO Historias La Mascara El Tesoro De Los Luchadores Latinoamericanos

“La máscara es tu todo y por eso el mejor momento es cuando la apuestas y logras conservarla”

Más que una simple prenda que oculta una identidad y da vistosidad a una pelea, la máscara transforma a quien la porta, “tiene el poder de llevarte a otro mundo y convertirte en otro ser”. Seis luchadores, retratados en la cotidianidad bogotana, nos explican qué guardan sus disfraces. 

Andrés J. López / @vicclon

Saltos mortales, llaves, patadas voladoras, sumisiones y el anhelado conteo de la victoria. Todos estos elementos le inyectan adrenalina a una pelea de lucha libre, pero éstas, al menos en Latinoamérica, no tendrían el mismo impacto si sus luchadores no se ocultaran detrás de sus máscaras. Esta prenda (como una camiseta de fútbol) es capaz de dividir al público en bandos opuestos: los rudos (tramposos o villanos) y los técnicos (los limpios o héroes).

No hay límites a la hora de diseñarlas y la inspiración emerge de cualquier idea: personajes de cómics o películas, animales, los astros, la muerte y hasta de la simbología política —como es el caso de El Comunista—.

“La máscara es vistosa y genera curiosidad, aunque en Estados Unidos solo se interesan por el marketing y en que los personajes sean bonitos”, comenta Gemelo Halcón 2, quien con 18 años de trayectoria es uno de los veteranos en la lucha libre colombiana.

 Son muy pocos los enmascarados en la WWE, la empresa de lucha más grande del mundo, pero sus superestrellas latinas Rey Misterio, Kalisto y Sin Cara, resaltan entre los rivales por mantener el rostro siempre oculto.

Es verdad que en Colombia la lucha libre ya no es tan popular como hace unos años, pero en México (donde surgió) se convirtió en una tradición que se ha sostenido durante las últimas ocho décadas. En el país manito destacan coleccionistas de máscaras como Oscar Galindo, quien tiene más de 1200. También hay familias de sastres que se dedicaron a vivir del diseño y confección de estas prendas.

Más que una simple prenda que oculta una identidad y da vistosidad a una pelea, la máscara transforma a quien la porta: “De chiquitos deseábamos tener los poderes de alguien como Superman. Con los movimientos, el espectáculo y sobre todo con el traje, sentimos que lo podemos hacer realidad. Mutamos de cuerpo y mente”, explica El Castigador, ganador del campeonato de parejas en 2015. Pero por más títulos que estén en juego, prefieren dejarlos ir a ser desenmascarados.

 

Kwang Kung

dsc_0736.jpg

“La lucha la heredé de mi padre, el Gran Kung Lee. Escogí este estilo oriental porque él estudió kung fu en China y yo también hago artes marciales. Mi máscara tiene el ave fénix, el yin y yang, la trenza taoísta y los votos shaolin. Para mí es una incógnita y guarda a ese ser que diariamente está en el común y actúa como todas las personas”.

 

Serket, la Diosa Escorpión

dsc_0880.jpg

“Mi máscara es sagrada y representa mi vida y mi honor, soy Serket gracias a ella. Escogí a esta diosa egipcia porque ella curaba las heridas venenosas y yo me considero bondadosa, pasiva y alguien que ayuda a los demás. Además, los escorpiones me parecen animales nobles pero que siempre están a la defensiva”.

 

Cuervo

dsc_0711.jpg

El Cuervo (de Brandon Lee) y The Undertaker fueron personajes que me marcaron, por eso mi traje. Desde México se implementó la máscara para que la gente se identifique con el luchador, por eso no atraen tanto los que no las usan. Si de un día para otro dejas de usarla es muy probable que pierdas tu chispa y te dejen de seguir”.

 

El Castigador

dsc_0746.jpg

“Me inspiré en The Punisher porque es alguien neutro y con una historia bastante fuerte. La máscara, además de conservar la tradición mexicana, nos protege de aquellos que no saben diferenciar entre la realidad y la ficción; si alguien se molestara por un golpe bajo que doy en el ring, podría intentar lastimarme en la calle”.

 

May la Castigadora

dsc_0829.jpg

“Me apasioné por la lucha luego de ver a mi padrino, El Castigador. Ahora somos pareja en el ring. La máscara tiene el poder de llevarte a otro mundo y convertirte en otro ser; cuando me la pongo me siento como un Chucky, olvido mis problemas y solo pienso en dar lo mejor de mí y en que el público se entretenga con el espectáculo”.

 

Gemelo Halcón 2

dsc_0818.jpg

“La máscara es tu todo y por eso el mejor momento es cuando la apuestas y logras conservarla. Pero esto también puede generar problemas con otros luchadores: una vez la disputé contra la cabellera de Sagitario, gané y lo raparon frente a todo el público. Él no superó la humillación y en los camerinos el ambiente se puso bastante tenso”.

 

Comentar con facebook

contenido relacionado