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Ilustración de Nefazta

El punk creador de David Keenan

Para este escritor y músico escocés el punk no es destructivo sino un motor creativo que nos permite reconciliarnos con nosotros mismos. En su primera visita a Colombia para la Feria del Libro de Bogotá, charlamos con este artista sobre una escena que, al parecer, se debilita.

Julián Guerrero / @elfabety

A David Keenan le gusta recordar cuando Sex Pistols era apenas un rumor. En los setenta, aunque ya eran bien conocidos en muchas partes, la icónica banda del punk británico llegaba apenas como un dato suelto a los pueblos y regiones distantes de las capitales del Reino Unido. El chisme de que había una banda en Londres que hacía música sin saber tocar sus instrumentos fue el motor para que muchos jóvenes decidieran hacer lo mismo desde cada uno de sus espacios haciendo crecer una cultura caracterizada por brillar entre la precariedad.

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La dificultad para transmitir la información, pero la fe puesta en un ejercicio cultural armado con las uñas y el compromiso, fueron para Keenan los valores fundamentales que levantaron una escena que hizo eco a lo largo del mundo y que marcaron un punto importante en su carrera y en su vida. Músico, novelista y periodista musical, David Keenan es un referente clave para comprender la escena punk y postpunk en el Reino Unido. Su visita a la Feria del Libro de este año fue una oportunidad para conocer más de la historia del punk desde sus inicios, pero también para reflexionar sobre su actualidad y su capacidad transgresora de este lado del planeta.

“Creo que hoy es muy fácil, en cierto sentido. Ser un punk en los años setenta y entrados los ochenta era un acto heroico. Llevar un estilo de vida difícil, encontrar los espacios, la música, conocer a otros punk requería de más esfuerzo. Era un reto grabar tu propio disco. No era fácil para nadie. Se necesitaba un compromiso real para ser punk. Todo eso es muy fácil hoy en día”, cuenta David. Para esta edición de la Feria del Libro, el autor escocés fue invitado a dar una charla sobre sus influencias musicales, así como sobre la historia del punk en el Reino Unido, acompañado por Gary Lachman, uno de los fundadores de la banda estadounidense Blondie y Marco Sosa, librero y editor de la Valija de Fuego.

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Este escocés se ha destacado como periodista musical de The Wire, uno de los medios musicales más relevantes de habla inglesa y ha escrito obras como la biografía England’s Hidden Reverse: A Secret History of the Esoteric Underground, que cuenta la historia de Coil, Current 93 y Nurse With Wound, tres bandas destacadas de la escena inglesa.

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Para David Keenan el punk no es destructivo o negativo. Al contrario, el corazón del punk para él es la creación y la posibilidad de llevar más allá las diferencias y las dificultades que nos forman. Esto se puede ver a través de su novela Memorial Device (2017), una suerte de falsa investigación que narra, a través de 26 entrevistas ficcionales, las pasiones y la vida de los antiguos miembros de la escena postpunk en la localidad escocesa de Airdrie. Memorial Device es la banda ficcional que hace eco por fuera de la cuidad y que vincula de forma transversal a estos personajes.

“Tener la libertad de producir un arte que pueda hablar y reflexionar sobre lo que uno es y lo que le apasiona es absolutamente vital. Para mí la creación es el producir algo que debe ser afirmativo frente a todas las dificultades y condiciones de la vida. Yo no creo en criticar, el arte y la música es una forma de reconciliarte con todas las dificultades de la vida y pensarlas también como parte de ella y darte cuenta de que sí eres el centro del mundo. De eso se trata mi Memorial Device”, cuenta.

Cercano a la movida del DIY o el “hazlo tú mismo”, Keenan encontró en los fanzines y en la grabación autogestionada una oportunidad para hacerse visible en una escena que producía música, arte y moda, constantemente. Sin embargo, este autor no romantiza la precariedad o la dificultad que en sus inicios tenía el punk para hacer las cosas, sino que lo piensa como el motor para llevar a cabo, con más pasión y entrega, lo que se quiere. La mirada de Keenan a una escena que, desde su punto de vista, se ha debilitado gracias a la cantidad de información que hay y a su fácil acceso, nos obliga a pensar en una escena punk local que, incluso teniendo los medios, se ha enfrascado en desarrollarse desde la precariedad, quizá desvirtuando los mismos escenarios y medios en que se gestó.

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“Creo que es muy difícil crear algo nuevo hoy. La gente tiene a la mano toda la historia de la música y lo que se produce muchas veces son buenas versiones de lo que ya se ha hecho. Cuando pienso de nuevo en los setenta recuerdo que era muy difícil conseguir información y eso hacía que las cosas fueran mucho más interesantes”, dice.

Sin embargo, cuenta Keenan que a finales de los noventa, cuando vivía en Londres, entró en contacto con el drum & bass y la radio pirata, expresiones que encuentra cercanas al compromiso y la dificultad que caracterizaron en sus inicios a la cultura de DIY. Actos como el apropiarse de los camiones de bomberos para subir sus equipos, fueron gestos característicos de géneros como el grime o el drum & bass que en el Reino Unido revivieron, para Keenan, los valores iniciales del punk.

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A propósito de su visita a la Feria del Libro de este año, Keenan cuenta que lo hace muy feliz que el punk y el postpunk tengan un lugar importante en espacios como este, pues puede llevar a cabo su cometido de llegar con su historia e intereses a más personas. “El punk luchó durante mucho tiempo por tener una plataforma para darse a conocer y ahora que la tiene me gusta. Es por eso que escribo mis libros, porque no sólo quiero hablarle a los punks, sino a todo el mundo. Piensa en el caballo de Troya, es entrar discretamente para llegarle a más gente”, dice.

La cantidad de personas que asistieron a su charla con Marco Sosa y Gary Lachman, fueron prueba para Keenan de que el punk y el postpunk de su generación dejaron una huella enorme en países como Colombia, donde existe una comunidad que trabaja a diario por su reivindicación y por no desaparecer.

Según cuenta, su visita a Colombia y antes a México le recuerdan su experiencia en los setenta y ochenta en el Reino Unido cuando, según dice, había que tener fe en la cultura en que se creía. Para este escritor, la gente en el Reino Unido y en los Estados Unidos se ha vuelto muy cínica sobre el arte y la música, algo que no ve en Colombia o en México, donde se ha encontrado con verdaderos creyentes que trabajan a pesar de las dificultades.

La visita de este músico y escritor habla bien de cómo espacios como la Feria del Libro de Bogotá han acogido entre su perspectiva cultural y podría conducir a preguntarnos si el punk local y su reivindicación desde la autogestión y acción desde lo precario responde realmente a una falta de medios o una terca necesidad de preservar un modelo. 


La visita de David Keenan a la Feria del Libro de Bogotá 2019 se dio gracias al British Council.

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