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9 tipos de lector 'mamón'

Con ayuda de nueve columnistas y periodistas armamos esta tipología de lectores que con sus comentarios insidiosos demuestran que el maravilloso mundo de internet también es el territorio por excelencia de la mala leche.   

A Ricardo Silva lo acechó, amenazante, un fanático de Álvaro Uribe ofendido por sus críticas en El Tiempo al ex presidente. Aunque hoy se ríe al recordar a ese lector como su seguidor más fiel, en su momento Silva tuvo que reportar el caso a la Policía. 

Cuando el periodista Adolfo Zableh comenzaba su carrera periodística, un lector ensañado con sus artículos no perdía ocasión de llamarlo ignorante. Zableh lo invitó a almorzar para conocer a fondo sus quejas. Los ánimos se calmaron, pero el personaje no ha dejado de tildar al periodista de ignorante. 

Estos son apenas dos de los miles de casos de lectores en la web que llevan sus críticas al plano personal y al insulto. 

Esta es una muestra pequeña pero representativa de la inmensa fauna de comentaristas “mamones” cuyos argumentos brillan por su ausencia y cuya mayor virtud es llenar de caca los foros virtuales.

El misógino

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Desde que empecé a publicar textos en Internet (2006, pero con mayor regularidad en el 2008) recibo insultos que tienen que ver conmigo y con mi vida privada antes que con los argumentos de mis columnas. En los foros de mi columna en El Espectador hay un largo debate sobre si soy “fea” o “bonita”, también sobre si soy “promiscua” o “frígida”, y con cierta ubicuidad me dicen “puta” (…) A mi mamá la han buscado varias veces en redes para preguntarle “¿por qué no me abortó?”. La primera vez se sintió ofendida y asustada, lo conversamos y acordamos una respuesta que ella usa con mucha gracia cada vez que esto sucede.

Catalina Ruíz-Navarro, columnista de El Espectador


El que no capta la ironía 

  

Los colombianos pareciéramos sufrir de una especie de ‘asperger’ colectivo’, síndrome consistente en no saber procesar las ironías. En ese sentido me ofende que todo cuanto uno escribe es entendido de manera literal. Una vez, por ejemplo, escribí para un blog una historia evidentemente absurda, con intenciones humorísticas titulada ‘Julio Sánchez Cristo asesinó a Manolo Bellon'. Fueron muchos los que me llamaron calumniador por “acusar de homicidio a un hombre inocente”.

Andrés Ospina, columnista de Publimetro

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El furibista 

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Escribir contra Álvaro Uribe es afrontar una avalancha de insultos, amenazas, vituperios y groserías. El defensor de Uribe, además, lo ataca a uno como persona y con acusaciones muy temerarias, como que uno recibe dinero del Gobierno, o que uno es un comunista defensor de las Farc, en la misma vía del discurso del ex presidente y sus áulicos. 

Hay una subespecie de lector uribista que siempre me ha llamado la atención: extrañamente tienen un lenguaje y un estilo uniformado. Todos hablan (escriben) "la Far", y no las Farc; les encanta el epíteto de "enmermelado", califican de "traidor" a Santos por su simpatía con el "castrochavismo internacional" y se refieren a él como "Juhampa". Es difícil no sospechar que es cierta la leyenda de un call center a cargo de José Obdulio Gaviria, que pone a muchas manos a escribir en defensa de su jefe.

Sergio Ocampo Madrid, columista de La República


El extremista sin matices

  

Unas veces me han dicho uribista y otras veces me han dicho que me vaya a echar bala al monte. Hay lectores que llegan a leer con los guantes puestos y viven en un blanco y negro permanente. 

Melba Escobar, columnista de El País de Cali

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El que siempre pregunta “dónde está el corrector de estilo”

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A decir verdad, me cuesta sentir disgusto por algún lector: por lo menos está leyendo y, lo que es más, a un medio especializado y de nicho como Arcadia. Quejas, sin embargo, siempre hay: hacia el lector 'corrector', aquel que siempre está más atento a las faltas ortográficas que al contenido y que se queda, apremiado por un sentimiento de superioridad, con las pequeñas faltas y no con el mensaje general. 

Christopher Tibble, periodista de la Revista Arcadia 


"Esta es una muestra pequeña pero representativa de la inmensa fauna de comentaristas 'mamones' cuyos argumentos brillan por su ausencia y cuya mayor virtud es llenar de caca los foros virtuales"


El que le dice al periodista lo que debió hacer

  

Un twittero que suele estar jodiendo a todo el mundo a todo hora me dijo que yo era un tarado porque en un texto en el que decía que comprar cocaína era alimentar el conflicto armado, yo no había citado un informe de la Universidad de los Andes que decía que la única fuente de financiación del conflicto en Colombia no son las drogas, sino también la minería ilegal, el contrabando. Eso es cierto, pero no refuta mi argumento. Siempre existen lectores de esos, que le dicen a uno lo que debió haber hecho, así no fuera el tema.

Simón Posada Tamayo, editor de la Revista Don Juan

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El que amenaza al periodista con liquidarlo

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En 2011 escribí un artículo en El Tiempo sobre el soldado García, que salió llorando porque los indígenas en Cauca lo sacaron junto con sus lanzas, literalmente, a bastonazos. Yo defendí a los indígenas. Después me escribió un militar retirado amenazándome con que iba a ir hasta el periódico a liquidarme. Al final no pasó nada, lo busqué en el Facebook y supe que estaba siendo investigado por falsos positivos, y creo que está en la cárcel. 

Fernando Salamanca, colaborador en varios medios 


El que se las da de erudito y la caga

Escribí hace un tiempo para Arcadia un articulo sobre Maquiavelo. Decía que, a pesar de que su tratado "El príncipe" haría pensar que Maquiavelo era un pensador totalitario, antidemocrático, etc., "quien lea cualquier otra de sus obras, como los 'Discursos sobre la primera década de Tito Livio', se sorprenderá al ver que Maquiavelo no era partidario de la monarquía, sino todo lo contrario: de un sistema de gobierno republicano...", etc. 

Un lector escribió después un texto muy largo que se basaba en la premisa (puesta justo al principio de ese texto) de que mi texto, obviamente y por desgracia, ignoraba que Maquiavelo había escrito los "Discursos sobre la primera década de Tito Livio". Esto me irrita y a veces me divierte, porque ese tipo de lector cae justo en el problema que critica: superficialidad.

Hernán D. Caro, corresponsal de la Revista Arcadia

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El fanático religioso

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En una ocasión escribí un reportaje sobre la crisis humanitaria y política en República Centroafricana, donde cientos de civiles musulmanes han sido asesinados (acusados de ser cómplices de las atrocidades del régimen del grupo Seleka, compuesto en su mayoría por musulmanes) por milicias cristianas llamadas ‘anti-balaka’. En la sección de comentarios un lector insinuaba que en mi texto estaba tomando partido por los musulmanes y que condenaba solamente las atrocidades de las milicias cristianas. Seguramente si ese lector hubiera leído el texto completo o con atención, no habría hecho semejante afirmación.

Salym Fayad, colaborador en varios medios

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