
La kinola, una micro sala de cine para acercar al espectador
Óscar Pico y Andrea Castro son los creadores de un proyecto audiovisual innovador en Colombia y en el mundo: una rocola en la que se pueden ver cortos cinematográficos. Este microcinema estará proyectando ‘Amores AZARados’ durante el Festival de Cine Experimental CineAutopsia entre el 20 y el 30 de abril. Conozca la historia de cómo surgió y ha ido evolucionando la idea de estos bogotanos.
“¿Por qué no han hecho una rocola adaptada para cine?”, se empezó a preguntar hace seis años Óscar Pico, un realizador audiovisual de la Universidad Manuela Beltrán. La idea rondó tanto su cabeza que en 2012 creó la kinola junto a la Fundación Cinelibertad: una caja negra de no más de un metro con treinta centímetros provista de una pantalla, un teclado para elegir la película y unos audífonos.
Su creación estará este año en el Festival de Cine Experimental CineAutopsia para la proyección de ‘Amorez AZARados’, un corto audiovisual interactivo que él ideó y se grabó con segmentos de cinco parejas diferentes, que el público elige en qué orden quiere ver.
Pero para llegar al prototipo que se podrá ver entre el 20 y el 30 de abril en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), Óscar Pico debió hacerle varias modificaciones y mejoras a su kinola ideada en 2012: pasó de los audífonos a los parlantes para darle más fuerza al audio de las proyecciones, así se perdiera la intimidad del contenido al ser visto por el público –como él mismo explica-.
Óscar Pico es el creador de la kinola
Ya en 2013, con esta mejora introducida, Andrea Castro, una estudiante de Administración Pública en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) y apasionada por el séptimo arte, se unió al proyecto y vino la primera gran reforma: dejar atrás el formato de kinola y pasar al micro cinema, un espacio que genera la experiencia del cine en un ambiente más reducido e íntimo.
Para su objetivo, se asesoraron con diseñadores industriales y arquitectos, lo cual implicó conocer el mundo de la ‘microarquitectura’ y centrarse en los detalles de los espacios reducidos y de la arquitectura interior, que permitían aislar y crear sensaciones al espectador. Con esto, Óscar y Andrea cumplían su objetivo de no solo entretener si no de darle prioridad al contenido audiovisual. Así lograron montar la primera micro sala, que costó cerca de 10 millones de pesos, para la cual usaron recursos propios y recibieron apoyo de EmprendeTIC de la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá.
La primera prueba de fuego de la kinola fue en el Festival Equinoxio, un festival de cine universitario que realizó su versión número 18, del 21 al 26 de septiembre de 2015: cientos de jóvenes esperaron en la Plaza el Che de la Universidad Nacional para ingresar al microcinema que estaba ubicado allí y ver uno de los cortos en proyección. Entraban en grupos de a tres y, con un sonido envolvente, se metían en la oscuridad y se alejaban por unos minutos del ruidoso ambiente de la Nacho. Todo gracias a la kinola, que adopta su nombre de un juego de palabras entre la popular rocola y kino, que en alemán traduce cine.
Si quiere disfrutar de la kinola y su corto ‘Amores AZARados’, solo tiene que pasarse por la FUGA de 10 a.m. a 6 p.m. hasta el domingo 30 de abril. Conozca toda la programación de Cineautopsia aquí.