El modo In-Correcto de hacer las cosas: cinco años del colectivo bogotano
Concebido como la reunión de diferentes formas de lucha, el sello y editorial bogotana se ha preocupado por mantenerse fiel a sus ideales de resistencia y contracultura. A cinco años de su creación, indagamos sobre sus inicios y la consolidación de uno de los proyectos independientes más fuertes del momento.
El pasado mes de noviembre In-Correcto cumplió 5 años. El sello que además de contar con 58 lanzamientos en su catalogo también es uno de los productores de eventos que se preocupan por la descentralización de la movida cultural en la ciudad. La editorial que lleva 7 revistas y 2 libros que cuentan sobre la cercanía con lo rural y la crítica a la televisión cumplío 5 años. In-Correcto ha marcado la manera de entender los sellos / colectivos independientes a partir del trabajo justo y colectivo poniéndose la vara cada vez más alta sin dejar de lado lo principal: Encontrar los sonidos y textos que incomoden lo convencional.
La historia de In-Correcto comienza con la idea de Santiago Álvarez y Camila Cadavid de crear una revista que estuviera entre las revistas indexadas como Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas –donde Álvarez trabajaba como asistente de edición– y los medios alternativos de cultura que facilitaban (quizás en exceso) el acceso al conocimiento. “Queríamos crear un espacio donde se combinarán todas las formas de lucha”, cuenta Santiago.
La creación de ese medio también estuvo influenciada por la Revista Chapinero creada por Eduardo Arias y Karl Troller en la década de los ochenta y en la que se burlaban por igual del sociólogo que temía ser burgués y el ingeniero que vivía en su campo de golf. El interés de Santiago por Hora Local, el proyecto de Arias y Troller, nacido de un trabajo de la universidad, inmediatamente resonó, con “la crisis de llegar a los 20 y sentir que no había hecho nada”. Así, tras un par de meses de trabajo consiguiendo buenos textos y buscando cómo imprimir, el 12 de noviembre de 2015 In-Correcto lanzó su primera revista con textos de Camilo Casallas y Gregorio Hernández de Alba, entre otros.
El sello, la música sudaca y los oficios
Junto a Hernández de Alba se fundó la que sería la faceta más prolífica del colectivo: el sello musical. “Santiago me llegó con una idea de publicar los sonidos sudamericanos, pero no tenía ni idea de cómo funcionaba eso”, cuenta Gregorio. A inicio de 2016 él entraba a trabajar por un tiempo en una recién consolidada OneRPM, con apenas cinco años en el mercado y en la que aprendería mucho del tejemaneje de un sello musical. “Allí los consejos eran claros: si quiere hacer un sello, tiene que dejar todo por escrito. Todos quieren tener un sello, pero nadie sabe manejarlo”, cuenta Hernández, quien de inmediato introdujo estos acuerdos en las propuestas que hacían a los artistas, lo que les aseguró un piso más firme sobre el cuál experimentar.
El primer lanzamiento musical del sello –que además marcó el sonido que por año y medio Hernández de Alba, Álvarez y Santiago Navas construyeron– fue el primer volumen del compilado El Sudaca Contraataca, el cual reunía los sonidos de algunos proyectos sudamericanos bajo la premisa “hemos escuchado el retumbar de los bajos y de las guainas, entendiendo en su sonido que las formas de resistencia ya no son las armas, sino el baile”. Esta idea ha marcado el norte del sello In-Correcto como un espacio donde lo político está presente en cada una de las acciones por medio de la construcción de un pensamiento crítico desde su publicaciones editoriales o musicales. Basta con mirar las portadas de sus discos donde se juega en muchas ocasiones con reinterpretaciones de material de archivo o su última compilación donde se invitaba a artistas de diferentes orillas a cantar en contra de la violencia policial para ver como los artistas que trabajan con ellos se alinean en una posición crítica clara y que tiene un impacto real como en ese caso que las ganancias se destinaron a apoyar la labor de Temblores ONG.
(Lea ‘Una mirada al ejercicio colectivo de los sellos independientes’)
Con este primer lanzamiento también ingresó a colaborar Santiago Navas, quien en ese entonces era un estudiante de primeros semestres de música. Con el paso de los meses y las labores a las que tenía que enfrentarse, Navas empezó a especializarse como ingeniero de sonido del sello. En In-Correcto agarró la responsabilidad de masterizar casi todos los productos, sin importar su género. En ese constante intercambio con artistas de todo tipo tuvo la oportunidad de explorar su proyecto como productor participando desde el primer Sudaca Contraataca con Guajira y El Mar. Cuatro meses después y ya consolidado dentro del equipo musical del colectivo, Navas lanzó su primer EP, Problemática, que fue también el tercer lanzamiento del sello.
“Éramos Gorio, Navas y yo intentando entender cómo funcionaban las cosas. Con el tiempo y a partir de la necesidad, fuimos forjando cada uno nuestro oficio”, cuenta Santiago Álvarez. “El trabajo del sello me ha impresionado al demostrarme el alcance que puede tener la idea de dos o tres universitarios”, agrega Gregorio.
Por su parte Daniela Chavarro, quien desde 2018 se desempeña (más que todo) en labores de comunicación y editoriales del sello, señala, por su parte que “hay algo valioso en nuestras labores y es que todos hacemos de todo e improvisamos”.
Una manera incorrecta de hacer las cosas
Bogotá en 2015 fue el caldo de cultivo donde se gestaron diferentes proyectos que cinco años después han permanecido y construido el paisaje cultural de la ciudad. En ese momento intentaron organizarse bajo un solo macro colectivo llamado La Descoordinadora que aglutinaba el camello de El Enemigo, La Curaduria, In-Correcto y Asteroide. Una iniciativa que tomaba su nombre de las coordinadoras guerrilleras y que quería fortalecer el impacto individual de cada una de estas propuestas que querían narrar una ciudad que no se quedaba en los toques de punk de RatTrap ni en los de free jazz de *matik-matik* aunque tenía un poco de ambos.
Santiago Álvarez y Camilo Casallas.
“Quizás lo que consideramos la manera correcta de hacer las cosas es seguirles el juego a empresas grandes o luchar por estar en playlists, para tener streams que resulten en pagos irrisorios. Lo que hace Santiago y el colectivo es una manera incorrecta de hacer las cosas”, cuenta Juan Antonio Carulla (El Enemigo), quien hizo parte del sello durante un par de años y quien, como comenta Álvarez, es una figura clave para explicar el cambio sonoro que se dio en 2017 cuando Hernandez de Alba viajo a explorar caminos en Ciudad de Mexico. Este nuevo camino sonoro se alejó de las joyas electrónicas que se encontraban Santiago y Gregorio en grupos de Facebook y empezó a abrazar el sonido de una ciudad como Bogotá que se encontraba en plena ebullición creativa con propuestas como Hermanos Menores, La Sonora Mazurén o Tristán Alumbra. Ese enclave en tierras mexicanas también permitió que algunos artistas del sello como los mencionados Hermanos Menores y Santiago Navas se dieran una gira que internacionalizó en pequeña escala al colectivo.
“Siempre que escucho algo muy cabrón de inmediato tengo que rotarselo a Santiago”, cuenta Carulla, quién le mostró a Álvarez artistas como Tristán Alumbra y Margarita Siempre Viva, entre otros. El primer disco que se animaron a crear desde cero fue Faro de Tristán Alumbra. Se trató de un disco grabado en el Teatro La Libelula Dorada, el cuarto de Inversau (Tristán Alumbra) y Groove Studio, con la mano de Navas y la mezcla y master de Benjamin Calais.
Con este álbum y Campo Amalía de Hermanos Menores, el sello tomó las riendas de un sonido más rockero, independiente y experimental que se estaba explorando en la ciudad en ese momento y como dice Carulla: “Cuando los otros estaban felices tocando en Bogotá, In-Correcto se mandó a hacer una gira nacional”. Así fue que nació la Gira Mundial por Colombia que llevó a estas bandas a tocar en Cali, Bello y Medellín. “Así fueran 15 personas era una forma de dar a conocer lo que se estaba haciendo acá”, cuenta Álvarez sobre esa gira que le siguió a una gira aún más atropellada hecha un año antes con La Descordinadora.
Paralelo a la búsqueda sonora del sello, el componente editorial, germen del colectivo, no ha pasado ni uno de sus cinco años sin publicar una pieza editorial. Siete ediciones que han tocado temas como la guerra, la mierda y el fin del mundo donde han coexistido textos de todo tipo que transitan entre la ficción y lo documental. “El sello aporta una visión de resistencia incluso dentro de la contracultura, la manera incorrecta de hacer las cosas es decir y hacer las cosas de la manera más profesional posible con la menor cantidad de recursos. Hacer las cosas porque las sentimos aunque lo que sintamos sea rabia, ironía y al mismo tiempo alegría por seguir haciendo lo que nos gusta”, señala Juan Sebastián Martin Leyes alias Ceviche, el editor y corrector de estilo del colectivo In-Correcto quien ingresó hace dos años.
La contracultura editorial
Poco antes de la llegada de Juan Sebastián y Camilo Casallas al sello se empezó a apostar fuertemente por la producción de, al menos, un libro al año (o en su defecto una revista). El primero, sin Ceviche ni Camilo, fue el Corazón Coplero, que ya va por su tercera reimpresión, y que contiene 50 coplas seleccionadas de El Coplero Campesino, un libro que Astrid Ávila (co-creadora de Discos Cabeza y La Jaula Publicaciones, investigadora y amiga de In-Correcto) encontró refundido y decidió darle una nueva vida. Este libro ejemplifica la puja entre lo rural y lo citadino que está presente también en la apuesta artística del sello como La Sonora Mazurén, La Tromba Bacalao o Cachicamo. El segundo, lanzado en el Festival Lasonada de 2019, Qué televisión tan puerca donde desde una ficción, Camilo Casallas explora unos canales que bien podrían ser RCN o Caracol, para hacer una crítica al estado somnoliento y cochino de la televisión colombiana.
Iván Medellín y Salomé Beltrán.
(Conozca ‘Qué televisión tan puerca’, un librillo para reírse de la tele nacional)
“Yo creo que es imposible que haya una forma incorrecta de hacer las cosas principalmente porque los opuestos contienen sus mismas contradicciones. Eso sí, creo que hay unas características presentes en lo que hacemos, hay un interés por lo popular tamizado por lo sucio del punk. Lo in-correcto es encontrar lo brillante en lo ruidoso y sucio”, cuenta Camilo, quien se encarga junto a Ceviche de la corrección de estilo del colectivo.
“Lo contracultural y lo político son las maneras en que debería estarse haciendo cultura en este momento al ser temas transversales en la sociedad. La manera incorrecta de hacer las cosas es incluir lo político en todas las cosas desde la independencia”, cuenta Daniela Chavarro sobre el colectivo que según ella siempre ha actuado de manera irónica. “El principal valor del colectivo es que Santiago no puede decirle que no a una idea y se compromete con hacerlo; por eso terminamos haciendo dos festivales y al mismo tiempo sacando calzoncillos”, dice Chavarro.
Daniela Chavarro y Tilo Gómez.
Con los años el colectivo ha encontrado formas de diversificar sus actividades junto a nuevas personas, como es el caso de Tilo Gómez, productor audiovisual que ha estado detrás de casi todas las sesiones grabadas en la Libélula Dorada con artistas como Cachicamo o Los Niños Telepáticos y que se han convertido en un eje fundamental de la narrativa audiovisual y que ahora se animó a hacer su propio sello independiente (Discos Infante). También ficharon a Salomé Beltrán para incursionar en el mundo del podcast donde los integrantes del sello e invitados dan rienda suelta al discurso que se mueren por soltar. Ivan Medellín, quien se alejó hace un par de años y que volvió firme con las labores de prensa necesarias para que la música del sello llegue cada vez a más gente que quiera incomodar. Como opina Daniela, todos en últimas hacen de todo y el trabajo horizontal donde las ideas de todos son consideradas han hecho de este colectivo un espacio poderoso para la creatividad y la experimentación.
Los dos últimos años han sido la condensación de las cosas que se venían haciendo bien y constantemente para el colectivo. Casi desde el lanzamiento de Esbozos del Llano de Cachicamo, pasando por Lentas Nubes de Fuego de Margarita Siempre Viva o Las Ciudades Devoran Pueblos de Hermanos Menores, la relevancia del sello ha dado salto clave en cantidad y variedad de catálogo. “Yo creo que quería que esto me diera para vivir, pero ahora miro atrás y me alegra que al menos le haya abierto espacio a mucha gente”, dice Santiago Álvarez.
Han contado además con la fortuna de hacer apuestas acertadas desde lo artístico como fue el caso del segundo álbum de La Muchacha, Canciones Crudas. “Es muy fácil trabajar con los Santiagos (Navas y Álvarez) ya que entendemos la cultura y la industria de maneras muy similares. Es lindo ir descubriendo juntos”, cuenta a propósito La Muchacha. Para Pedro Ojeda, integrante de Chúpame el Dedo agrupación con la que llegaron a un acuerdo para que In-Correcto fuese el encargado de la distribución digital en América Latina de su EP y cassete, “hay que apostarle a este tipo de sellos porque son la base de las cosas, uno cómo músico también puede ayudar a fortalecer ese ecosistema y no irnos con los sellos de afuera siempre”.
Un altar para Ceviche que se fue a vivir a Ibagué.
Sobre el futuro del colectivo, Ceviche anuncia entre risas que probablemente de aquí a tres años les harán un montaje judicial que los condenará a la cana por muchos años. Ahora, al ser según Santiago y sus compañeros el que tiene un poco más claro el devenir y lo terreno del colectivo apunta que “no creo que en dos años estemos posicionados claramente en ningún circulo porque no creo que nos interese. Creo que nos gusta hacer las cosas, sacar obras tanto musical como editorialmente es lo que nos emociona así que espero seguir haciéndolo. Ojalá que de aquí a dos años encontremos una forma autosostenible de hacer las cosas”
58 lanzamientos, 2 libros, 7 revistas y 4 festivales y medio (cortado por la pandemia) durante 5 años han fortalecido uno de los sellos clave para entender la independencia en el país a través de un trabajo arduo en la concepción de una cultura dinámica como puede verse en la selección de locaciones para sus festivales que pasaban por Kennedy, Santa Fe y el Chapinero tradicional para estas expresiones. El resultado de una crisis de los 20 años que ha puesto a camellar a artistas en condiciones justas y con un objetivo muy claro: seguir haciendo las cosas de forma in-correcta.
Sígale la pista a In-Correcto en su Instagram y Bandcamp.
Lo invitamos también a que le pegue una escuchada a sus mayores éxitos como sello en esta playlist.