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El Paro Nacional desde el arte callejero: una entrevista con Dj Lu

Por más de un mes el arte urbano ha dejado de lado el ego y se ha dedicado a participar de forma activa en la movilización social. De la mano de este diestro en esténcil reflexionamos sobre el lugar que ha tenido el arte en medio de la coyuntura nacional.

@sinsecuencia

Así como la gente sale a manifestarse en las calles a través de distintas expresiones de carácter cultural como el circo, la música, el teatro o acciones performáticas, la pintura se ha dejado ver cómo un elemento cohesionador en el Paro Nacional. En medio de la desazón que ha despertado la violencia policial y las constantes violaciones a derechos humanos, el arte callejero ha sido una constante en la lucha por gritar las verdades que otros quieren acallar. 

Sin duda ha llamado la atención la impresionante proliferación del arte callejero en las últimas semanas. Éstas manifestaciones han servido tanto para denunciar como para resignificar espacios. Tal es el caso del Monumento a los Héroes que ha dejado de ser un monumento a los ejércitos decimonónicos para convertirse en un testimonio vivo del estallido social que vive el país. De igual manera, las pintadas en el asfalto han tenido especial protagonismo y han congregado no solo a la comunidad artísticas, sino también a entusiastas y transeúntes.

Este paro ha demostrado que el arte callejero incomoda. La censura y las redes sociales han sido una mezcla ideal en las movilizaciones. Y aunque las fuerzas militares y la “gente de bien” han salido a tapar con pintura blanca o gris frases como Estado Psicópata (Cúcuta) o Convivir con el Estado (Medellín), las redes sociales han servido para contrarrestar la censura. Aunque tapen los muros, gracias a la inmediatez y al rebote que tiene la información a través de estos canales, las consignas llegan a mucha más gente. 

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Así mismo, el claro, que durante el Paro Nacional el ego ha quedado de lado y los creadores se han despojado en medio de la coyuntura de la chapa con que reclamaban la obra como suya, algo que vale mencionar ya que son pocos los escritores de grafiti o artistas urbanos que por estos días elaboran piezas propias en las calles.  Por otro lado, la discusión entre la técnica y concepto también pasó a un segundo plano ante la coyuntura. Personas que no se dedican a estas disciplinas han echado mano de la rabia para intervenir espacios ya sea apoyando ejercicios de artistas experimentados o a través de técnicas como el esténcil, que permiten una fácil reproducción del mensaje a un bajo costo. 

Ante este panorama hablamos con DjLu, un artista urbano local que contó su percepción frente a lo que viene sucediendo en términos de denuncia a través del arte, el poder de llegarle a más personas a través de estas herramientas y la censura. Éstas son algunas de las consideraciones de este virtuoso de las plantillas.

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A un mes del paro ¿Cómo analiza el papel que han jugado el arte urbano y el grafiti en la movilización social?

Creo que el paro empezó siendo algo muy específico, criticando algo muy específico que era la reforma tributaria, pero después de que ya se logró ese objetivo el paro ha seguido, incluso se ha fortalecido porque se ha diversificado. Al paro se han sumado otro tipo de poblaciones y otro tipo de inconformidades que tienen que ver en últimas con una juventud que no ve un futuro promisorio. El paro ha afectado en buena medida el accionar de los artistas de calle. Primero que todo ha quitado el ego, ha disuelto un poco ese ego del artista de calle, más que todo del grafitero. Todos los artistas de calle pintan alimentando un poco el ego por la firma, por el nombre y digamos que el paro y problemas del país han hecho que pongamos por encima de nuestro nombre las problemáticas que nos atañen a todos. El paro ha hecho que la gente y los artistas de calle se unan a pintar macro producciones en las que queda en segundo plano la autoría y en primer plano la denuncia, la denuncia gráfica. Se pierde también la idea un poco del estilo en la medida en que por lo general las letras y los bloques que han estado apareciendo son bloques muy sencillos. Tienden más a ser sencillos para que todo el mundo pueda apoyar. Eso me parece súper interesante. Creo que lo más importante es dejar lo individual para sumarse a esta idea de lo colectivo, hacer una crítica grande desde lo colectivo y entender que juntos podemos ser más fuertes. El arte siempre va a estar allí como una posibilidad para generar pensamiento, para generar crítica, pero siempre desde la paz. Me parece increíble que ha sido también como un catalizador de este conflicto que a veces se pone violento de lado y lado y allí está el arte para servir de mediador y poder tener esa capacidad de señalar y de ser punzante, pero siempre desde un acto artístico, creativo y pacífico.

"Pinté a Flex, Nicolás Guerrero, que fue un pelado de Cali que pintaba y bueno, vuelve la misma idea de comunidad grafitera, que somos una comunidad y cuando tocan a uno de la comunidad obviamente nos afecta y es una oportunidad para generar un homenaje a través de él"

 

¿Cómo ve usted la censura sistemática que se ha venido ejerciendo sobre acciones de corte artístico y puntualmente a la pintura?

Creo en el arte que es comprometido y activo políticamente, en un arte de combate. Una pintura, por más que sea muy fuerte en su contenido, no va a matar a nadie. Por eso para mí siempre será la alternativa perfecta para discutir y pelear incluso. Me parece genial esas cosas que han pasado un poco de las censuras; yo obviamente no estoy de acuerdo con la censura, con ir a tachar el muro del otro, pero preferiría ese tipo de accionar por encima del accionar violento de los fusiles. Definitivamente creo que la discusión con pintura es mucho más válida y mucho más sana.

(Conozca ‘¿De quién es la calle?: pintura callejera y censura en el Paro Nacional’)

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¿En qué más acciones artísticas ha estado involucrado en este tiempo que llevamos de paro?

He hecho retratos de gente que ha sido asesinada ya sea por el paramilitarismo o por fuerzas policiales estatales como el ESMAD. Pinté a Flex, Nicolás Guerrero, que fue un pelado de Cali que pintaba y bueno, vuelve la misma idea de comunidad grafitera, que somos una comunidad y cuando tocan a uno de la comunidad obviamente nos afecta y es una oportunidad para generar un homenaje a través de él. Después pinté a Lucas que también se ha convertido en un símbolo de toda la juventud por su alegría y por los videos que hizo antes de que esto sucediera. He hecho también un par de esténciles señalando personas involucradas directamente en este paro: el ministro Diego Molano que ha sido un tipo guerrerista que no ha querido conversar. Cerrado, prepotente, que además ha tenido unos comentarios muy desacertados como la idea de decir que los niños que el ejército bombardeó eran “máquinas de guerra”. Hay uno que está por salir en estas semanas que es uno de Vicky Dávila dibujada como si fuera una directiva de la SS. Dice “Semana Propaganda” y la S de Semana está cambiada por la S del Servicio Secreto alemán.

(Lea ‘El duelo colectivo marca a la comunidad Hip Hop en medio del Paro Nacional’)

 

¿Qué opina del fenómeno que ha surgido a partir de las protestas de la pintura en asfalto? Algo que no se había visto mucho acá y que hoy se está haciendo en varias ciudades y municipios.

Lo de la pintada en el piso que es bien interesante. Si uno lo analiza, que ahora se esté dando tanto tiene que ver con la posibilidad de hacer fotografía aérea con un dron. Hace diez años sería absurdo, no sería lógico pintar y desgastarse y hacer una vaina tan grande si yo no tengo la posibilidad de hacerle una buena fotografía aérea. Hoy en día las redes son más importantes que la realidad. A la hora del té, estos murales están pensados para las redes, para las fotos y está muy bien, porque el paro es una cosa que tiene que visibilizarse afuera. Es una cosa que en este momento tiene que empezar a generar vínculos y llamados de atención con el exterior.

“En este momento coyuntural los artistas debemos pararnos más fuerte, comprometernos más incluso en situaciones que expongan nuestra integridad, porque sabemos que vivimos en un lugar muy violento. Creería que esa es una razón más para seguir denunciando”.

 

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¿Por qué mantenerse en resistencia desde la pintura a pesar del panorama tan violento? ¿De dónde viene esa fuerza y esa motivación para seguir en pie de lucha?

La gráfica y el arte son un alimento para el ojo y para el alma. Como artistas muchas veces también hemos sido afectados por lo que sucede y si no hemos sido afectados, pues el artista por lo general es una persona empática. Por eso yo conozco pocos artistas uribistas. Porque el artista por lo general se va a preocupar por el otro así no le haya tocado directamente ese problema. Esa capacidad sensible del artista es la que nos permite apoyar, ponernos en los zapatos del otro y estar en el paro. Por eso vamos y marchamos y por eso estamos en el paro apoyando con gráfica, señalando lo que los medios de comunicación ocultan y apoyando con gráfica estos pelados que aprecian el arte, que aprecian la gráfica y que pueden de pronto a partir de recibir un cartel de gráfica seguir adelante resistiendo y sentir que hay gente que los está apoyando. Creo que la pintura, el arte en general y la pintura de calle tiene un poder muy fuerte para señalar. Tiene un poder disuasorio muy importante. En este momento coyuntural los artistas debemos pararnos más fuerte, comprometernos más incluso en situaciones que expongan nuestra integridad, porque sabemos que vivimos en un lugar muy violento, pero no creería que eso sea un aliciente para callarnos sino todo lo contrario, creería que esa es una razón más para seguir denunciando.

 

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