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Ilustración por @nefazta.666

¿Cómo se vive el consumo de sustancias ahora que se reactiva la fiesta?

Hace un año nos preguntamos sobre los efectos de la cuarentena en el consumo de sustancias. Hoy, con el regreso de la fiesta, nos preguntamos sobre cómo están viviendo esta reapertura los usuarios de drogas. Hablamos con Vanessa Morris, coordinadora de Échele Cabeza.

Daniela Pomés Trujillo / @danipomes

En abril de 2020 nos preguntamos cómo se estaba viviendo el consumo de sustancias en cuarentena. Junto a Échele cabeza cuando se de en la cabeza y a partir de los testimonios de cinco usuarios revisamos cómo había cambiado el consumo con la cuarentena estricta. 

En ese entonces, las respuestas de algunos usuarios habituales de sustancias mostraban ciertas tendencias en cuanto a la forma en que estaban modificando sus dinámicas de consumo conforme al contexto. Nos dimos cuenta que el consumo de alcohol y cigarrillo se sobrepuso al de drogas psicoactivas. Escuchamos las historias de quienes tuvieron que abstenerse de consumir en casa. 

Hoy, luego de más de un año de evolución de la emergencia sanitaria y ante el regreso abrupto y con poca o ninguna planeación en cuanto a mitigación de riesgos, el panorama en torno al consumo de sustancias, alcohol y cigarrillo es preocupante, según lo han manifestado organizaciones como Échele Cabeza. En dos fines de semana de fiesta ya se han visto varias situaciones que podrían ser indicadores de las nuevas tendencias. 

En cuanto al consumo de sustancias y alcohol, el personal de seguridad de uno de los clubes de música electrónica más concurridos de Chapinero reportó una persona desmayada siendo las nueve de la noche del viernes. Así mismo, alertó sobre una gran cantidad de personas compartiendo bebidas de la misma botella o vaso, cigarrillos y objetos usados para facilitar el consumo de algunas sustancias como frascos o llaves. Además, el uso de tapabocas o el distanciamiento físico eran casi por completo inexistentes. 

“No eran las nueve cuando ya estaban solicitando por radio un primer respondiente. Cuando subí, había un man como de unos 20 años descolgado a un lado de la barra. Los amigos, todos como de la misma edad, trataban de cubrirlo, pero estaban peor de asustados que el man. Les pregunté qué había consumido para saber qué hacer, pero, no sé, supongo que tenían miedo de que los sacara del lugar y no querían decir nada. Después reconocieron que estaban tomando desde la tarde y que en el sitio se habían metido unos pases de tusi”, cuenta Rodrigo, bouncer del club. 

Rodrigo también cuenta que la gente salió “re trasteada” del bar, más de lo habitual antes de las cuarentenas, teoría que se ratificó finalizando la jornada al revisar las ventas de alcohol de la noche. Vendieron en la primera fecha de apertura lo que vendían durante todo el fin de semana en épocas pasadas.   

El 11 de enero, Échele Cabeza publicó una alerta preventiva en sus redes sociales sobre la pastilla Philipp Plane rosada, pues los análisis arrojaron que estaba siendo comercializada como éxtasis, pero en realidad era metanfetamina. A raíz de su consumo, según reportaron en la publicación, varias personas dijeron haber pasado más de treinta horas sin poder dormir, sobre estimulación y ansiedad.  

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Así mismo, el 13 de junio se viralizó una publicación en Facebook en la que se alertaba sobre el grave daño que una pastilla de éxtasis le causó a una persona que hoy en día se encuentra en estado de coma. Esta persona perdió el conocimiento luego de consumir la sustancia y tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital, donde lo ingresaron a UCI. Además, hubo varios reportes de efectos demasiado potentes y prolongados de la pastilla, entre otras cosas por parte de otros consumidores que asistieron a la misma fiesta en el Centro Internacional en Bogotá. 

Luego de aclarar un poco el panorama sobre lo que ha sido el consumo en cuarentena y lo que está pasando ahora con la reactivación de la vida nocturna en Bogotá, le hicimos algunas preguntas a Vanessa Morris, coordinadora de Échele Cabeza, para saber cómo se está viviendo el consumo de drogas ahora que las restricciones empiezan a aflojar. 

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¿Qué cambios han encontrado desde Échele Cabeza en las dinámicas de consumo a partir de las cuarentenas estrictas y hasta este momento de reactivación casi total de la fiesta? 

Durante las cuarentenas estrictas ha habido un aumento del consumo de alcohol en los hogares, también aumentó el consumo de sustancias para experiencias introspectivas como el LSD, los hongos, el DMT. Por otra parte, aumentó el consumo sustancias legales como el café y el té como acompañantes del teletrabajo y las clases virtuales, lo que puede estar relacionado con la sobrecarga laboral y el insomnio. Después de las primeras cuarentenas estrictas comenzamos a ver un aumento en las sustancias estimulantes tipo éxtasis y cocaína en espacios de fiesta (en fiestas clandestinas). En este momento con la reapertura de la fiesta estamos viendo un incremento en el consumo de comprimidos de éxtasis, 2cb (conocido como nexus) y LSD.

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En abril del año pasado afirmaban que “el periodo de aislamiento va cambiar mucho nuestra relación con las sustancias”. Luego de un año ¿Cómo cambió esa relación?

Lo primero es que mucha gente sí se dio cuenta que tenía dependencia a sustancias, eso lo vimos en nuestra encuesta cuando preguntamos por el síndrome de abstinencia. Lo segundo es que algunas sustancias “ayudaron” a muchas personas a “sobrellevar” el trauma que implica vivir una pandemia. Y lo tercero es que nos dimos cuenta que ni una pandemia puede acabar con las drogas, lo que quiere decir que ni la policía ni el prohibicionismo van a poder con ellas. 

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Desde el punto de vista de los usuarios hay comentarios y lecturas muy variadas al respecto. Marcela, estudiante de diseño y usuaria habitual de marihuana de 26 años, comentó que no se sentía preparada para salir. “Mi mami tiene problemas de salud y aunque ya esté vacunada, la verdad me da mucho miedo llevarle el virus. Del encierro aprendí a fumar [marihuana] piloteada sin que mi mamá se dé cuenta y así estoy tranquila. Eso sí, lo que no me he gastado en transportes me lo he fumado en porros”, dice. 

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Con la reapertura y luego de dos fines de semana de regreso abrupto a las pistas de baile ¿Qué problemáticas han identificado desde Échele Cabeza?

Desde Échele Cabeza estamos muy preocupados y queremos hacer un llamado muy fuerte a las personas usuarias, a las instituciones de salud y a los promotores de la fiesta a que se incluyan estrategias de reducción de riesgos y daños en todas las fiestas y se promueva la dispensación responsable de alcohol. Lo que hemos visto estas dos semanas ha sido un total descontrol y un aumento de riesgos en las prácticas de consumo. La gente está como loca mandándose dos pepas y hasta tres en una noche, llegando a grados de intoxicación y malos viajes. Hemos recibido reportes de personas que están en coma por este tipo de consumo. Aparte de esto, la calidad de las sustancias en cuanto a su adulteración está poniendo en riesgo la vida de las personas. Hemos alertado de la presencia de metanfetamina en algunas referencias de pastillas, la suplantación de cartones que venden como LSD y son Nbome o DOC o DOB. Muchas personas no están familiarizadas con los efectos de estos y esperan otra cosa. El riesgo no está asociado únicamente a la calidad de las sustancias, sino también a las prácticas de consumo, como mezclar éxtasis con alcohol o éxtasis y energizantes, entre otros. El policonsumo en la fiesta también es un factor de riesgo muy grande.

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Por su lado, Pablo (34 años) cuenta que para él la cuarentena duró unas pocas semanas y no siente ningún cambio importante con la reactivación de la fiesta. “Parce, si te soy sincero yo he salido casi que en promedio unas dos veces por semana sin parar. Acá en el barrio no copean de toques de queda ni nada. A mí me da mamera meterme a algún roto a pagar chorro caro. Acá nos pegamos los plones tranquilos y nos damos los raquetazos ¿Covid? yo no sé, yo creo que a mí eso ya me dio. La hermana de una parcera sí se murió hace poquito”. 

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El año pasado sacaron una guía para la “Reducción de riesgo y daño, consumo de drogas y coronavirus”. En este nuevo contexto de reactivación formal de la fiesta ¿Cuáles son los riesgos y daños y cómo se podrían prevenir?

En este momento los mayores riesgos están asociados a la propagación del Covid por el intercambio de parafernalia como pipas, bongs, cigarrillos, vasos y licor. Pero, más allá del Covid lo que realmente nos está alertando es la ansiedad, la baja tolerancia al consumo (veníamos de un periodo de aislamiento donde le habíamos perdido el ritmo a la fiesta), la euforia y la aparición de nuevas sustancias. 

El fin de semana pasado se conoció el caso de varias personas afectadas de diferentes maneras, una de ellas muy grave, por un lote de éxtasis ¿Cómo analizan esta situación en este contexto en particular?

Esta situación nos tocó mucho porque al indagar por la persona que estaba en cuidados intensivos y que actualmente está en coma, nos encontramos con muchos casos similares de personas que manifestaron haber consumido una pastilla Philipp Plein rosada. Comenzaron a aparecer otras pastillas de otra referencia que pudimos analizar en nuestro punto de atención y no era éxtasis y también reportaron intoxicaciones y malos viajes, pero este no es lo peor del asunto. 

Cuando interactuamos con las personas usuarias y nos manifestaron la cantidad de sustancia ingerida en una noche nos sorprendió el tema de la dosificación. Hubo personas que ingirieron hasta tres pastillas en la noche, cuando desde Échele Cabeza siempre recomendamos que nunca se consuma una pastilla entera y que sólo se consuma si ha analizado. Lo que estamos viendo es que no es sólo un tema de adulteración y suplantación de pastillas, sino de excesos y unas prácticas de consumo muy peligrosas. Creemos que si no se hace un trabajo de reducción de riesgos y daños en estos espacios esto se va a salir de control.

¿Qué tanta responsabilidad tienen los promotores en este trabajo de reducción de riesgos y daños?

Desde Échele Cabeza creemos que los promotores deben ser más responsables de su público y de sus asistentes. Estamos viendo mucha fiesta ilegal donde no les interesa educar a su público y brindarles seguridad en la fiesta, hay mucho bar que sigue funcionando desde antes de la pandemia, haciendo fiesta y after y ni siquiera cuenta con personal de primeros auxilios para hacer una atención básica. Las muertes y las sobredosis se pueden prevenir. Necesitamos más compromiso y responsabilidad de los promotores y organizadores, y que no sean tacaños con este tipo de cosas.

Estamos viendo que retrocedimos aproximadamente entre cinco y siete años en temas de cuidado y autocuidado en espacios de fiestas, pues pese a  nuestras advertencias de lo que se venía, uno: el sistema de salud no se preparó para la reapertura de las fiestas; dos: no hay estrategias de reducción de riesgos y daños o consumo responsable en esta alcaldía ni en la anterior y tampoco apoyan a los que les hacemos la tarea; tres: a muchos promotores y organizadores de eventos poco les importa la salud y el bienestar de sus asistentes, ahorita están amparados en el tema de la ilegalidad. Lo que estamos viendo es que si la ley no exige un enfermero o una ambulancia pues no la van a poner de manera voluntaria y a muchos no les interesa pagar por un servicio de reducción de riesgo y daños que eduque a su público para que tome mejores decisiones. Por último, a las personas consumidoras se les olvidó en un año y medio autorregularse.

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Salomé, de 25 años, cuenta que este fin de semana salió como si le hubieran avisado que “el próximo lunes volvía la cuarentena estricta”. Dice que se comió una pepa en un bar reconocido, y que le “pegó” muy fuerte. “Yo no me comía una pill completa desde antes de que empezara la pandemia. Salí el viernes con mis amigas que no veía hace rato y le compramos a un man que estaba vendiendo ahí. Llegó el lunes festivo y juro que no había podido pegar el ojo. Horrible esa sensación de cansancio y no poder dormirse. Pensé que me iba a chiflar”. 

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En varios clubes de la ciudad se han visto personas visiblemente afectadas por el consumo de drogas o alcohol apenas iniciando la noche. ¿Qué pueden decir al respecto?

Yo creo que hubo una presión muy dura por parte del sector del comercio que hizo que se abriera a pesar de que estamos en lo peor de la pandemia. Siento que el distrito cedió ante esta presión sin estar preparado en lo más mínimo en estrategias de dispensación y consumo responsable de alcohol. Por ningún lado hemos visto alguna estrategia para hacerle frente al consumo en la rumba. Por otro lado, la industria del alcohol no se ha esforzado en hacer nada frente al consumo desde la pandemia, donde claramente hubo un aumento en el consumo de alcohol en el hogar y mucho menos ahorita con la reapertura de la fiesta.

 

Teniendo en cuenta que la reactivación de la fiesta se da en un contexto de cifras elevadas en contagios y muertes por Covid-19 ¿Cómo afecta esto la relación con el consumo de sustancias? ¿De qué manera se puede consumir de forma consciente y responsable en estas épocas? 

Los riesgos están y el aumento frente a la propagación del Covid va seguir hasta que nos vacunen a todos. Considero que es una necesidad incorporar prácticas de reducción de riesgos y daños en la fiesta, ventilación, agua gratuita, análisis de sustancias, información sobre efectos y riesgos y asesoría para los asistentes. Siempre recomendamos iniciar con dosis pequeñas, no combinar tragos, no mezclar entre sustancias, no compartir parafernalia, analizar antes de la fiesta, programar la rumba, estar con gente de confianza, no comprar drogas en los bares o fiestas, no comprar a personas desconocidas, hidratarse, desintoxicarse, realizar alguna actividad física, ejercicio de respiración para manejar la ansiedad, etc. 

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Más allá del Covid ¿qué otras variables se deben tener en cuenta para el regreso a la fiesta y a las nuevas dinámicas de consumo?

Debemos prestarle mucha atención a la ansiedad, la baja tolerancia en el consumo, la euforia y la aparición de nuevas sustancias. Eso es lo principal a la hora de volver a la fiesta.

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