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Foto tomada del FB de Junior Jein

Junior Jein y Buenaventura, una historia de desigualdad y aguante

Al Señor del Pacífico, al Negro Grande de Colombia, lo asesinaron esta semana. Su muerte no solo debe obligarnos a mantener viva su memoria, sino también a mirar una vez más con urgencia la situación de violencia e injusticia que vive su natal Buenaventura y el pueblo negro colombiano.

Nicolás Gómez Ospina // @ngospina14

Harold Angulo Vencé, más conocido como Junior Jein, fue asesinado esta semana frente a la discoteca A Otro Nivel, al sur de Cali. Nacido en Buenaventura hace 39 años este artista le apostó al rap y la salsa como el camino para transformar su realidad. Hincha del América de Cali y de su comunidad, Jein fue un artista que trabajó cada día por construir un país donde se reconociera cada vez más la importancia de la música del Pacifico y la lucha de su tierra.

La exploración sonora de Junior Jein tuvo mucho que ver con su migración de Buenaventura a Cali. Junto a todo un combo de personas interesadas en la música, llevó los sonidos del litoral pacífico hacia la capital del Valle del Cauca, fundando así el movimiento que es la salsa choke. Un género musical que bebe del hip hop, el currulao, la chirimía y la salsa para tener un sonido que pone a bailar a los más de 670.000 personas afro que según el DANE habitan Cali y que en gran parte responden a esa migración de Chocó, Cauca y Nariño. Personas que han decidido migrar a Cali en busca de mejores oportunidades que lugares como Buenaventura, a pesar de ser el puerto más importante del país, no pueden asegurar.

Jein siempre trabajó para crear y exaltar la comunidad del Pacifico. En su canción Del Pacífico, por ejemplo, cuenta a partir de los referentes de su familia los sonidos que representan a esta zona del país. Habla allí de los cantantes favoritos de sus hijos, esposa y padres para demostrar la variedad de sonidos dentro de su región. Exaltar el trabajo de sus colegas, dejando de lado el egoísmo tan presente en la industria musical tradicional, lo convirtieron en una inspiración para pelados y adultos sobre la construcción de una identidad del pacifico.

“Fue un referente como artista e influenciador para los jovenes en el tema afro y en el tema Pacífico poniendose como ejemplo de superación personal, siempre quiso demostrar que en el Pacífico y en el Valle del Cauca había un talento de exportación mundial”, cuenta Christian Silva, su manager y amigo. Agrega que fue Junior Jein, a quién conocía hace 12 años, el primero en apostar por su empresa de management y producción audiovisual para ser su representado.

(Lea ‘El duelo colectivo marca a la comunidad Hip Hop en medio del Paro Nacional’)

El artista, también conocido como el Caballo, representaba a un grupo poblacional fuertemente golpeado por la violencia y el abandono estatal. El interés por los temas sociales, está presente en muchas de sus canciones principalmente retratando las diferencias culturales y políticas que tiene el hacer parte de una comunidad afro que ha sido olvidada e invisibilizada en el país. Hace un año, el artista había hecho parte de uno de los esfuerzos más efectivos y poderosos a la hora de evidenciar y mostrar la situación a la que se enfrentaban los jóvenes afro en departamentos como el Cauca o el Valle del Cauca con la canción ¿Quién los mató? hecha en compañía de Nidia Góngora y Alexis Play. Allí, Junior reclama por lo poco que importan las vidas negras para algunas personas en el país, el estigma que sigue a sus muertes y el abandono del estado que es cada vez más tenaz.

“La gente que vive en Buenaventura históricamente ha vivido en condiciones miserables. Es la muerte como estrategia”, decía Francia Márquez en una entrevista a El País sobre las manifestaciones de este año en contra de la violencia por parte de enfrentamientos entre bandas criminales que tenían en el centro del fuego cruzado a la población bonaverense. Un ejemplo de lo que ha tenido que vivir este territorio.

Y es que según datos de la encuesta Buenaventura, ¿Cómo vamos? realizada a finales del 2020, el 80% de las personas considera que no es fácil conseguir un empleo decente en la ciudad y el 36% de los habitantes de la zona urbana se sienten inseguros. Para dar un ejemplo más patente de que lo que cantaba Junior en sus canciones es real, 6 de cada 10 bonaverenses consideran que existe una baja posibilidad de que un delito que se cometa sea sancionado.

“Junior Jein no tenía que hacer una canción pesada para denunciar. Su música era autentica y en ese sentido contaba lo que lo rodeaba y le salía alegre, jocosa y natural la denuncia en muchas de sus canciones. Era su forma de representar a su gente que también es alegre y jocosa”, dice el cantante Alexis Play sobre la relación de Jein con la música de protesta. “Él hablaba poco de política pero cuando lo hacía era contundente, principalmente porque siempre fue muy coherente con su discurso y su música. Prefería ser un ejemplo de superación y de cultura”, cuenta, por si parte, Christian.

Jein también le apostó a ese dialogo desde la diferencia en su canción Somos diferentes, en la que habla de las características de su pueblo bonaverense, un pueblo alegre que vive en medio de una inequidad de oportunidades abrumadora. Incluso, utilizó esa frase como su slogan de campaña cuando se lanzó como representante a la cámara en el 2014, un camino con el que intentó influir en la representación de la política local.

(Lea ‘El Paro Nacional desde el activismo en Cali: una entrevista con Mauri Balanta’)

Este tipo de acciones son tan solo la continuación de una carrera que, desde sus inicios por allá en el 2004, estaba marcada por esas luchas. Esto se puede evidenciar en temas como su versión urbana del tema Si Dios Fuera Negro del puertorriqueño Roberto Angleró, lanzado en 2009 para su segundo disco de estudio bajo su propio sello Metiendo Mano Records. O en el 2012 cuando lanzó Turín Turán junto a Son De Ak, una canción donde canta sobre el poder que tiene ser bonaverense y encontrar en sus similitudes, un espacio para crear comunidad.

Junior Jein contaba su Buenaventura y sus entresijos en cada una de sus canciones. na Buenaventura que ha sido destinada a la muerte por las políticas estatales que ignoran las condiciones de desigualdad y violencia a la que se encuentra. “Para mi Junior Jein es Buenaventura en su forma de cantar y de expresarse, siempre se esforzó por visibilizar las situaciones y el talento que nacía aquí”, señala Silva.

Junior Jein fue un artista que tuvo siempre presente la importancia de reconocerse como afro y luchar por esos derechos tan esquivos para su comunidad. “Él hizo lo que normalmente hacemos dentro de las comunidades negras las personas que tenemos una voz un poco más alta: hablar de la situación que se vive”, cuenta Alexis Play. Justo en estos tiempos de manifestaciones sociales, Junior había salido a marchar con los jóvenes a las calles hablando del descontento social al sentirse atacado a diario por el Estado a cantar en el Paso del Comercio. “Junior estuvo en varios lugares resistiendo desde lo que mejor sabía hacer que era música, poniendo su música al servicio de las reivindicaciones”, señala Alexis Play.

Junior Jein fue un artista y un activista que luchó desde abajo y desde diferentes caminos, retratando su comunidad para hacerla global por medio del talento musical y artístico. Un talento que florece en el litoral pacífico en medio de la violencia y la injusticias de Buenaventura. Su muerte no puede ser el final de su trabajo por el reconocimiento de los derechos de su gente y su alegría en la resistencia.

 

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