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Un lugar en los museos para la comunidad trans

Este miércoles, la plazoleta del Museo Miguel Urrutia del Banco de la República, acogerá la muestra Un lugar en el mundo. La exposición, que consta de una serie de fotografías de las y los transexuales posando con obras del museo, es el resultado de un trabajo entre el banco y la Red Comunitaria Trans. Los promotores de la iniciativa nos contaron de este esfuerzo por acercar las obras a un público históricamente marginalizado del acceso a la cultura.

Julián Guerrero

Aunque muchos no lo crean, los museos no son lugares para todas las personas. Esto no se debe a lo densa que pueda ser la información de sus salas o a lo anacrónicas que puedan resultar las obras para algunos, sino a que muchas comunidades no se sienten representadas por los cuerpos y figuras que se expone en estos espacios. Los museos, llamados a ser el registro de nuestra historia, le han dado un nulo protagonismo a grupos poblaciones como la comunidad trans, quienes no encuentran razones de peso para asumir los riesgos y la estigmatización que implica desplazarse a sus instalaciones. 

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Sebastián Mesa, un docente universitario y colaborador de la red de ARTBO, fue consciente de esta realidad y tuvo la iniciativa de unirse con el Banco de la República y su red de museos, para desarrollar una serie de talleres de la mano con la Red Comunitaria Trans. Con la intención de promover una apertura más reflexiva del museo a los grupos que se han mantenido al margen de sus actividades, los talleres se enfocaron en acercar a las mujeres trans del barrio Santa Fe a algunas de las colecciones del museo. Los talleres se realizaron desde el pasado mes de mayo y sirvieron para pensar, no solo las relaciones entre el cuerpo y el arte, sino también el acceso a la cultura para todo el mundo. 

1_92.jpgFoto de Liliana Parra

La primera parte de las actividades se centró en la elaboración de una libreta, y tuvo también la participación del taller de encuadernación Ricardo Corazón de Papel. En la libreta, los y las trans plasmaron las experiencias vividas en la segunda parte del taller, que consistió en la visita al museo y la realización de fotografías en las que las chicas posaron con las obras con las que más habían conectado. Al inicio del taller, el grupo estaba conformado por 24 personas pero al final solo 12 participaron, pues para muchas de las mujeres trans salir del Santa Fe es complejo, ya sea por falta de dinero o por la inseguridad que sienten por fuera del barrio. Para Sebastián, esto revela que el acceso a la cultura va más allá de los museos y que tiene que ver con otras situaciones a nivel social que impiden un correcto desarrollo.

2fotos1.jpgFoto de Isabel Cuellar y foto de Liliana Parra

Y es que como comenta Daniela Maldonado, directora de la Red, el acceso a la cultura y la educación es uno de los problemas más grandes que afronta la comunidad trans. “La expectativa de las mujeres trans es de 28 a 35 años. Nuestros objetivos son crear estrategias para romper esa vulnerabilidad que se ve a través del VIH, de la prostitución, de la privación de la libertad”, explica Daniela. Con esta actividad, ella vio como muchas compañeras que no habían visitado estos espacios, vivieron una experiencia amigable y recuerda el caso de una trans que se conectó con una de las obras de Fernando Botero, pues la vinculaba con otra escultura del artista en Medellín, cerca de la cual ejercía el trabajo sexual.

42772058204_45495a88a9_o.jpgFoto de Liliana Parra

42772060374_583c599d73_o.jpgFoto de Liliana Parra

Para Daniela, la realización de estos talleres fue muy importante ya que abrió un espacio de pedagogía y aprendizaje, y fue una manera de apropiarse del museo a partir de una acción comunitaria. Según cuenta, la experiencia de los museos y del arte no ha sido muy grata para las mujeres trans, no sólo por la barrera de la representatividad que existe entre las obras expuestas, sino también por el estigma que las rodea. Sobre esto, recuerda una anécdota: hace un tiempo, visitando un museo, el vigilante del lugar la miró con sospecha y no la perdió de vista hasta que abandonó el edificio. “Todos estos espacios nos permiten acceder a más conocimientos, pero la violencia es tan fuerte que uno termina diciendo “yo que voy a hacer allá”, comenta.

2fotos2.jpgFotos de Liliana Parra

Por su parte Marielsa Castro, jefe de Servicios al Público y Educativos del banco, y que estuvo apoyando la iniciativa, cuenta que la pregunta inicial del proyecto fue entender si los museos representaban o no a la comunidad, hecho que los sorprendió al final pues se dieron conexiones que ellos mismos no imaginaban. “Lo que buscamos con esto es activar los espacios públicos del museo. Se trata de una exposición de un día y en la plazoleta, pues queríamos que fuera lo más visible posible”, comenta Marielsa.

43488772071_fdf5b1eea4_o.jpgFoto de Liliana Parra

El trabajo realizado durante estas jornadas acercó a los y las asistentes a obras realizadas en distintos períodos de la historia. Algunas de estas obras fueron los retratos de monjas coronadas con cuya historia las mujeres del Santa Fe sintieron una especial conexión al saber que, cuando una monja moría, las otras se encargaban de su entierro, muy similar a lo que ocurre cuando una de sus compañeras es asesinada en el Santa Fe. “Fue lindo ver cómo estos cuadros no me representan, pero yo a partir de mi vida los cambio”, dice Daniela.


Bajo el nombre de Un lugar en el mundo, las libretas y fotografías que resultaron de estos talleres serán exhibidas en la plazoleta del Museo Miguel Urrutia (Calle 11 # 4 - 21, La Candelaria, Bogotá) mañana miércoles 25 de julio, desde el mediodía hasta las seis de la tarde.

 

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