‘Los Estudiantes’: una web de empoderamiento estudiantil para afinar profesores mediocres
Empezó en los Andes pero la idea de Fabio Espinosa, su creador, es que la plataforma que permite calificar públicamente a los docentes llegue pronto a la Nacional y a la Javeriana. En dos meses tiene 3.700 calificaciones, ha logrado que envíen a tres profesores a cursos de pedagogía y busca que se revisen las políticas de contratación, restándole importancia a los títulos de los profes y dándosela a la satisfacción académica de los estudiantes.
A finales de 2014, una pancarta colgada en el Parque Germania, en frente del edificio ML de la Universidad de los Andes, lanzaba un mensaje contundente: “Tenemos 406 profesores con doctorado (no sabemos si son buenos profesores) pero tienen doctorado”. Evidentemente, los estudiantes criticaban así las prácticas pedagógicas de algunos profesores, pero también cuestionaban si las políticas de contratación de este centro educativo tomaban más en cuenta los títulos académicos de sus docentes que la satisfacción de los estudiantes con los profesores.
Hoy la foto de esa pancarta encabeza el Facebook de Los Estudiantes, un sitio web de empoderamiento estudiantil creado en marzo por Fabio Espinosa, estudiante de Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Industrial. Como muchos uniandinos, Fabio siente que las directivas no les paran bolas a las opiniones que los alumnos tienen sobre sus docentes, a pesar de que existe un sistema oficial y anónimo para calificarlos. A final de semestre, los estudiantes rellenan un formato online pero muchos lo hacen con desinterés, por salir del paso o porque les dan bonificaciones en las notas. Así lo hagan a conciencia muchas veces no pasa nada y los mismos profesores –mal calificados- siguen dando clase.
En cambio la plataforma ideada por Fabio –que puede pillar aquí– tiene la ventaja de no estar vinculada a la universidad, dándoles a los estudiantes una mayor libertad al reseñar y calificar a sus profes. Ahí su éxito: en dos meses y medio ya tiene más de 3.700 calificaciones y
ha sido vista 98.000 veces. Está disponible para todas las careras y las que más calificaciones tienen son Derecho (496 y donde empezó el tema pues era la facultad con más quejas), Arquitectura (358), Ingeniería de Sistemas (312), Matemáticas (277) y Economía (238).
Con su proyecto, Fabio pretende darles voz a los estudiantes y voltear el orden académico: que ellos también tengan la posibilidad de calificar a sus profesores y exista una valoración según la calidad docente, haciendo a un lado el bagaje académico que puedan tener. Y, claro, quiere que las directivas se pellizquen y consideren la opinión de los alumnos respecto a esos hombres y mujeres que están allí parados transmitiendo bien –o mal- sus conocimientos, y revisen las políticas de contratación.
Además de notar el desinterés de las directivas, y la falta de efectividad de la encuesta oficial, Fabio vivió una experiencia personal que lo motivó a sacar adelante Los Estudiantes.
En 2012 empezó Industrial y se enfrentó a Algorítmica y Programación por Objetos 1, una materia más conocida entre los estudiantes como APO 1, un coladero fulminante de aspirantes a ingenieros. Como se dice, muchos “se la echan” –más de una vez- y hasta ahí les llegan las ganas de seguir. Pero Fabio la vio con Álvaro D’ Alleman, un tipo que no solo le hizo perderle el miedo, sino que le inculcó el amor por la programación, razón por la cual arrancó un doble programa con Sistemas. “Este profesor se convertiría en uno de los mejores profesores que he tenido en mi carrera. Uno que literalmente me cambió la vida”, dice Fabio. Hace un año, le cayó un baldado de agua fría: Álvaro no iba a seguir como profesor de los Andes por no tener doctorado.
De cierta manera, la vaina de que los profesores tengan o no un doctorado no es un capricho de las universidades. Todas le apuntan a esto pues es uno de los parámetros de evaluación Quacquarelli Symonds (QS), una medición internacional de reputación universitaria que se fija en el número de publicaciones académicas, la relación entre profesores y alumnos y el número de profesores con doctorado. Los Andes suele salir bien parada en este ranking: en la más reciente evaluación ocupó el puesto 9 entre universidades latinoamericanas y el 256 entre 959 universidades a nivel mundial. Solo fue superada por la Nacional, puesto 8 y 254 respectivamente.
Entonces, para poder sacar pecho con estos listados, preguntas como “¿qué tantos papers publican los profesores por mes?” o “¿qué tantos títulos tienen nuestros profesores?” tienen mayor peso que preguntas como “¿qué tanto realmente están aprendiendo los estudiantes?” o “¿cuál es la calidad de estudiantes que salen de esta universidad?”.
Darle importancia a los papers y títulos lleva a una situación académica evidente para Fabio y otros estudiantes: hay profesores a quienes, a leguas, se les nota que no les gusta dictar clases pero siguen haciéndolo solo por poseer el título de doctores. Aunque el Vicerrector de Desarrollo de los Andes, Eduardo Behrentz, asegura que la institución no busca ascender en estas clasificaciones, la página institucional muestra como un logro el puesto que ocupan en las clasificaciones internacionales. Les importa, y mucho.
Ante la buena acogida de la página, el decano de la Facultad de Economía, Juan Camilo Cárdenas, habló con Fabio y le advirtió que este tipo de plataformas pueden tener fallas como que los profesores que son exigentes tengan peor calificación que los que son fáciles. Sin embargo, Fabio ha notado que los profesores exigentes tienden a tener calificaciones de 1 o de 5, pero no calificaciones regulares, por lo cual está desarrollando modelos para advertir a los usuarios de este fenómeno y evitar que su página se vuelva una cloaca para destilar odio o enaltecer las materias fáciles (el afamado grupo de Facebook Cursos y Chompos Ásperos Reloaded nació con la idea de recomendar cursos y profesores, una idea que hoy mantiene vivo otro grupo similar en la red social para inscribir materias fáciles, CBUs que deberían meter)
Y pues Fabio no quiere que Los Estudiantes termine como Chompos ni aplaudir la mediocridad. Él le apunta a un proyecto serio donde se le da importancia a los buenos profesores y a las reseñas justas, reseñas que solo pueden hacerse en la plataforma y no en Facebook. La idea no es limitarse a los Andes, el próximo mes espera echar a andar Los Estudiantes en la Nacho y después en la Javeriana. Cuando el proyecto incluya más universidades, Fabio aspira a desarrollar un ranking nacional de profesores que, espera él, llegue a influir en las políticas de las universidades y en la relación y trato de las mismas con sus profesores.
De hecho, hoy Fabio se pregunta si un caso como el de Carolina Sanín, a quien despidieron de los Andes por temas ajenos a su desempeño como profesora, hubiera tenido un desenlace diferente. “Si la universidad se guiara por plataformas así, de pronto ella seguiría en los Andes”, afirma Fabio, a sabiendas de que era una profesora con muy buena reputación entre sus estudiantes.
Ah, y también hace notar un par de victorias que ya ha tenido desde que empezó el proyecto hace más de un año: a petición de los estudiantes, se logró que Álvaro D’Alleman siguiera dando clases y hoy es el mejor calificado en la plataforma, y Harold Castro, director del Departamento de Ingeniería de Sistemas, basado en las calificaciones de su página, corroboró las oficiales y tomó la decisión de enviar a los profesores peor calificados a hacer un curso de pedagogía.