Creaciones conjuntas, aprendizajes y nuevos caminos en el Jam Mestizo 2021

En una pequeña terraza sobre la carrera 13 y dándole la espalda a los cerros, diez músicos empiezan a organizarse para un día largo de grabaciones, repeticiones, ensayos y pura música. En el ambiente se siente la concentración necesaria para interpretar de manera precisa lo creado durante meses y meses de improvisación. Marimba, guitarra, gaita, bajo, voz, teclados, saxofones y trompetas están listas para dejar volar un trabajo que, en llave con artistas británicos, lleva andando ya casi dos años: Mestizo, un proyecto que pone sobre la mesa el diálogo musical entre Reino Unido y Colombia.

Se suponía que no iban a reunirse en esta terraza. Estos músicos, de no ser por la pandemia, hubieran continuado su trabajo y presentado el resultado en las tarimas del Festival La Línea en Londres. Un festival que se ha convertido en un refugio para la música latina en la agenda cultural de la capital inglesa. En 2019 el British Council creo el programa Mestizo para fomentar colaboraciones musicales entre artistas, productores y festivales del Reino Unido y Colombia logrando juntar al artista Theon Cross y a la agrupación Steam Down de allá con todo el parche de la escena musical independiente de la ciudad comandados por Daniel Michel de Mambo Negro Records.

El primer encuentro se dio en 2019, cuando los grupos británicos vinieron a presentarse en Jazz al Parque. Ahí se gestó el trabajo que durante cinco días se enfocó en crear una sesión que cubrimos en su momento con un video poderoso conociendo las impresiones de cada uno de los artistas que participaron en el ensamble.

“Recuerdo que, en un momento en el estudio, algunos de los músicos colombianos quisieron tocar chirimía y, cómo si se tratase de un llamado, Benji de Steam Down y Theon Cross subieron porque querían aprender a tocar esos ritmos”, cuenta Michel, director musical de la parte colombiana, sobre esa experiencia que construyeron.

Como los mismos artistas cuentan, estar encerrados durante esos cinco días pensando en clave musical fue una experiencia enriquecedora. “Hace mucha falta el contacto directo, pese a todas las barreras y diferencias que puedan existir entre las dos delegaciones, desde la estética musical hasta el estilo de la música que se toca, esas diferencias hacen que el aporte mutuo sea enorme y que nos entendamos en el mismo lenguaje que es la música”, cuenta Diana Sanmiguel, vocalista del Mestizo y de La Perla.

“La conversación, independiente de las diferencias lingüísticas, es clave para que se dé la espontaneidad y el aprovechamiento del tiempo presente. Por más que fuera algo mágico, éramos conscientes que eran solo unos días”, señala por su parte N. Hardem sobre este tiempo trabajando en conjunto.

Con la contingencia de la pandemia los planes se trastocaron y esa conexión física se trasladó a una labor entre los directores musicales de cada una de las contrapartes, quienes llevaban ideas para socializar en el estudio. Esos ensambles de ideas y caminos cruzados se enriquecieron con las letras de Diana, N. Hardem y Chambimbe, quienes fueron los encargados de contar las historias al lado de los instrumentos.

De este ejercicio Hardem destaca la posibilidad de pensar su voz como un instrumento más del ensamble, algo que se hizo evidente por la atención que se puso al impacto sonoro de su voz junto al solo de tambores y de gaita. Por su parte, para Diana Sanmiguel su trabajo como ensamble se vio transformado por la experiencia de compartir el proceso de composición. El sonido orgánico de los instrumentos y la fuerza de las voces hicieron de este un ambiente casi lisérgico.

“Nos juntamos con Wayne de Steam Down para pensar en el formato del ensamble, unos lineamientos estéticos en cuanto a instrumentos y ya con eso nos juntamos con todo el combo colombiano a crear”, cuenta Michel. Este gestor también buscó que tanto Theon Cross como los músicos de Steam Down tuvieran la oportunidad de crear desde su experiencia en Colombia. Los resultados de este proyecto podrán verse en la versión virtual del Festival de La Línea este 2 de mayo.

Viéndolos tocar en la terraza de la 13 es evidente que los músicos que tocaron hace dos años han cambiado. Cada uno se ha transformado tras entender otras dinámicas de creación que les son lejanas, pero similares. Sin duda, de esos cinco días en Bogotá, mucho más que los recuerdos, quedan los aprendizajes.

Si usted quiere ver el resultado de este trabajo en conjunto lo invitamos a que se conecte este domingo con la transmisión del Festival La Linea comprando sus boletos aquí.