
La fotografía salvaje de Felipe Villegas en sus propias palabras
El biólogo colombiano Felipe Villegas es, desde hace año y medio, fotógrafo encargado de las expediciones nacionales sobre biodiversidad del Instituto de Investigación Alexander von Humboldt. “No me interesa la antropología, sino la interacción entre el ser humano y la naturaleza”.
Mi trabajo tiene dos líneas: la artística y lo que hago en el Instituto. El primero tiene que ver con la exploración y el uso de la naturaleza como metáforas que reflejan mis pensamientos.
En el proyecto Waldeinsamkeit, la idea fue expresar la soledad que sentía a través de los árboles. Además no me interesa la antropología, sino la interacción entre el ser humano y la naturaleza.
Mi función en el Instituto Humboldt es hacer un trabajo de comunicación para que la gente empiece apropiarse de la biodiversidad colombiana como parte de su patrimonio.
El tema de los animales silvestres es complicado, una cuestión de paciencia. Para mí la pasión es motor suficiente para hacer cualquier cosa en la vida: lo importante es investigar un poco sobre la zona en la que uno va a estar, conocer las especies y saber, por ejemplo, que si uno quiere una foto de un venado mirando hacia una cámara es necesario esconderse y cuando los equipos estén listos, hacer un ruido y disparar la cámara porque él va a estar muy alerta al sonido.
Cuando voy a tomar fotos prefiero dejarme sorprender por los lugares, ser inocente y saber que cualquier cosa puede pasar. Finalmente lo más difícil de este trabajo es ir a lugares donde no hay agua para saciar las necesidades básicas, y te asaltan las dudas: ¿cómo más puedo representar esto que estoy viendo?, ¿llevo todas las fotos?, porque seguramente no voy a volver.
En 2009 realicé en Panamá una de mis primeras aproximaciones personales y artísticas a partir de unas imágenes hechas con fines investigativos. Lo que hice fue aplicarles a las fotos un tratamiento de contraste a blanco y negro, porque estoy mostrando las conexiones que generalmente no vemos, la marca de un hueco por el daño que hizo un insecto o una mancha que cambia el arquetipo y le da identidad a la hoja.
Por otro lado, yo creo que los textos [que acompañan a algunas de mis imágenes] surgen como parte del trabajo: fue parte de mi exploración, de lo que estaba pasando con esas imágenes.
La serie de ‘Greenhouses’ la hice en el Jardín Botánico de Nueva York y ese proceso implicó una búsqueda de conexión entre ciencia y arte. El ruso Vladimir Nabokov abordó ese tema porque él era naturalista, experto en mariposas, y al mismo tiempo fue un escritor, entonces decidí ponerlo porque me identifico con lo que este artista hacía.
Las decisiones fotográficas dependen de los mensajes que uno quiera transmitir. Si mi trabajo es hacer fotos de aves, me concentro en eso, pero lo complicado es buscar la manera de representarlo, encontrar la forma de hacer especial esa foto más allá del objeto, pues a veces la fotografía de naturaleza deja de ser sorprendente porque como es tan bella (la naturaleza), al hacer una foto queda el interrogante, ¿esa foto es bonita por la flor o porque la construcción del retrato lo es? Hay que ir más allá del sujeto para que la fotografía sea interesante.
Apoyo periodístico Catalina Vanegas Maya