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El paraíso turístico olvidado de Hitler

Después de casi 80 años en el abandono, el complejo turístico patrocinado por Hitler en la década de 1930 se convertirá en un resort de 400 apartamentos vacacionales.

La Alemania nazi quería tener un gigantesco centro vacacional para los seguidores del Führer. “Quiero que todos los trabajadores alemanes puedan acceder a unas vacaciones completas, y que se haga lo posible para que el tiempo de ocio les proporcione el descanso necesario”. Esta frase de Hitler fue utilizada en la campaña publicitaria que acompañó la construcción del lugar.

La idea inicial fue convertir la Isla de Rügen, un lugar lleno de paisajes inigualables, en el destino vacacional predilecto de los alemanes. Prora sería el nombre de este hotel, que contaría con 10 mil habitaciones y un listado largo de atracciones turísticas. Sin embargo, el proyecto no terminó de edificarse, ya que la plata presupuestada para su levantamiento pasó a manos de soldados nazis para gastos de guerra.

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Foto: Prora 2001, Klugschnacker

El gigantesco complejo (o al menos lo que se logró construir) fue ideado por Kraft durch Freude, una organización del Tercer Reich dedicada a la planeación vacacional alemana, durante las décadas de 1930 y 1939. Hoy, después de más de 70 años, este lugar se convertirá en un resort que contará con 400 apartamentos vacacionales, cada uno valorado en 310 mil euros.

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Foto: Colossus of Prora, Steffen Löwe

Prora permaneció en el abandono desde el final de la Segunda Guerra Mundial,  después de que el ejército Alemán saliera del lugar. En 2004, el complejo vacacional fue vendido a una empresa inmobiliaria, la cual se encargó de reconstruirlo con una inversión de más de 70 millones de euros.

Este proyecto ha desatado polémica en el país europeo, pues hay quienes consideran que el lugar debería ser preservado como patrimonio arquitectónico e histórico, sin ninguna clase de modificación.

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Foto: Panoramic view of a block's landward side, Dr. Schorsch

Pero Prora no es el único proyecto alemán que busca convertir construcciones nazis abandonadas en lugares habitables. Los búnkers de Bremen y Munich se han convertido en viviendas, y algunos edificios ubicados en las afueras de Schewert, que pertenecían al campo de concentración de Buchenwald, se convirtieron en refugio de inmigrantes.

Fuente: ABC

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