‘Sauvage’ es una película para saltarse la norma heterosexual
Entre las películas que circulan por estos días en el festival de cine francés está Sauvage, que explora la soledad y el ansia de amor de un joven homosexual en Francia, también la prostitución gay masculina. Aprovechamos el paso por Colombia de su protagonista, Felix Maritaud, para charlar sobre esta película llena de vibraciones y miedos que corre con el riesgo de romantizar la realidad que retrata.
En Colombia existe una comisión encargada de autorizar qué películas circulan o no en el circuito comercial. Si alguno de los filmes que llegan al país atenta contra la moral de alguno de los miembros de este comité, éste puede decir, sin más ni más, que está en desacuerdo con la distribución de la película y la cinta no tendrá otra opción que replegarse hacia los escenarios independientes del país. Este es el caso de Sauvage (2018), del director Camille Vidal-Naquet, un filme que por estos días circula en unas pocas salas del país durante el Festival de Cine Francés 2019.
Protagonizada por el actor francés Felix Maritaud, aclamado en Cannes y uno de los nombres revelación del cine francés de los últimos años, Sauvage es una mirada sobre la vida de Leo, un joven homosexual que vende su cuerpo por muy poco dinero y que vive impulsado siempre por sus instintos más básicos y una necesidad de cariño constante. Como una bola de nieve, la película va evidenciando cada vez más la soledad en la que vive sumido Leo y, aunque existen momentos de calma donde parece que el cariño y el amor de otros va a salvarlo por fin, no deja aparecer algo que quiebra el final feliz que puede salvarlo por fin del abismo.
“Yo no hice ninguna investigación sobre la prostitución para el filme. Me pareció muy extraño como actor ir hasta donde una persona en situación de precariedad y decirle: Cuéntame tu vida, quiero saberlo porque voy a hacer una película”, cuenta Felix. Agrega también que su personaje no responde a los códigos de la prostitución, sino que está más asociado a una prostitución llevada por hombres sin domicilio que no la ejercen como un trabajo fijo. El 30% de los estudiantes homosexuales de arte, cuenta también, se prostituye, por lo que no es un mundo desconocido en su contexto.
Si bien Felix no estudió a fondo la experiencia de la prostitución en Francia, Camille Vidal- Naquet sí pasó tres años estudiando el caso, trabajando con una asociación de acompañamiento y ayuda a los hombres que ejercen la prostitución. Aunque en un principio el director quiso saber si su guion correspondía a la realidad de estos jóvenes, terminó trabajando tres años con la asociación, investigación que le dio más campo para poder explorar esta realidad. El resultado fue un filme que explora, a través de Leo, la experiencia emocional de estos jóvenes que se dedican a la prostitución y que buscan asilo y una salida a su circunstancia entre sus clientes y amigos.
Cuenta Felix que es claro que todavía existe una cultura machista y que muchas veces, aunque no lo haya querido, ha tenido que ver relaciones heterosexuales en el cine, porque siempre están ahí y son la norma. “Muchos profesionales de la industria cinematográfica en Francia no han visto Sauvage porque no querían ver relaciones entre homosexuales”, dice, recordando que en 120 battements par minute, su película anterior, hay bastantes escenas con un nivel estético muy alto y en la prensa, aunque se elogia la película, se insiste en recalcar que hay bastantes escenas de sexo entre homosexuales, un detalle que habla de la barrera que todavía se levanta sobre estos temas en Francia.
Y es que las escenas sexuales de Sauvage causaron bastante revuelo en la crítica, a pesar de que son tanto o menos explícitas que cualquier otra película donde tenga lugar una relación heterosexual. Justamente como lo señala Felix y como lo ha comentado el director del filme en otras ocasiones, las escenas de sexo hacen parte de la cotidianidad de las personas y no es necesario reflexionar mucho sobre ellas. Si han causado tanto revuelo es porque la barrera de la moral todavía se yergue con vigor. “La realidad de la vida de la gente tiene que ser mostrada en el cine sin necesidad de pedirle permiso a nadie y mucho menos a la cultura mayoritaria que se siente con el poder moral de decidir qué podemos ver o no. El sexo que sea se tiene que mostrar sin la opinión de la gente que no vive igual. Si yo tuviera que opinar sobre las escenas heterosexuales tendría muchas reservas, pero ese no es el caso”, agrega Felix.
El objetivo de Sauvage, cuenta su protagonista, era el de explorar la experiencia de un hombre que lucha por dar un amor absoluto y que va mucho más allá de las categorías sexuales y amorosas. La vibración y la luz que emana del personaje son para Maritaud la ruptura con las barreras que pueden existir entre las representaciones sexuales del amor. El asunto, agrega, está en crear nuevos paradigmas que puedan sacar a la masa de lo que tiene normalizado insistiendo en elementos lejanos a ella. Cuanto más lejana de la masa es la propuesta, dice Felix, más poder tiene para atraer a la gente y lograr que esta se salga del molde y de la norma. De abrir los horizontes.
No obstante todo lo dicho anteriormente, Sauvage, que es una oscilación constante entre la soledad de Leo y sus momentos de felicidad, puede caer en la romantización de aquello que retrata. La forma voraz con que el personaje vive su día a día y la exaltación del salvajismo irreflexivo que lo lleva siempre a la ruina, termina muchas veces por exacerbar de forma bondadosa una realidad que poco tiene de agradable (la de la prostitución masculina y la habitabilidad de calle) y que puede desvirtuarse con el ansia callejera de su personaje. Con todo, no deja de ser un filme que vale la pena ver, así sea por la rebeldía de romper el tedioso muro de la moral y la heteronormatividad.