Frente de resistencia transfeminista marikón, cuerpas agitadas y dignificadas
“Somos disidencias organizadas con el propósito de hacer resistencia a un Estado y a una sociedad que nos quiere en la pobreza extrema (…) Por esa misma razón no queremos replicar los comportamientos hostiles que tanto daño nos han hecho”.
Organizada como una legión no binaria, llena de brillo y vida, llegan a la carrera séptima. El tráfico se detiene. La gente no puede pasar por alto lo que sucede. Es una hermosa mancha rosada sobre el asfalto duro, que irradia amor y dignidad en estos momentos tan violentos y difíciles que atraviesa el país.
Cuerpas en movimiento vestidas con uniformes que son en sí mismos una impronta contundente frente a las instituciones violentas que nos oprimen: un camuflado fucsia insinuando las curvas, las mallas encima de los pelos, las extensiones volando por los aires, los culos. Formas de la disidencia de género. Como lo conversan Demonia Tamara y Pantera Godoy con María Teresa Flórez en el reciente episodio del podcast Vestir la realidad: también se trata de resignificar lo que es un uniforme.
Se unen en medio del paro nacional para desde las artes reivindicar sus formas de vida. Resisten porque no tienen otra opción en un país donde históricamente han y hemos sufrido violencias. Deciden tomarse las calles y manifestarse con lo que tienen: cuerpxs trans, marikonas, no binarixs, racializadxs, monstruosxs, brujas, cuerpxs con heridas de un sistema que invisibiliza y niega la oportunidad del libre desarrollo.
© Óscar Diaz
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¿De qué manera las artes escénicas, las artes vivas, el teatro, la danza y el marikoneo contribuyen desde la estética a la consolidación de un país más diverso y rico?
Nos hemos reunido varios artistas que manejan diferentes lenguajes con una causa en común, querer buscar un país digno. Nos paramos desde la estética y desde el arte, ya que ese es el lenguaje que conocemos. Tenemos rabia y no queremos más muertos. Nuestras armas son las cuerpas, la música, nuestra voz, la plástica.
Encontramos una excusa para reunirnos: que estamos cansadxs de un gobierno lleno de violencia, estamos aquí para ser escuchadas. Creemos en la colectividad y ahí está la diversidad. No somos una compañía artística, somos un frente autogestionado de resistencia, algunos se encargan de gestión y producción, vestuario, logística, algunos de la difusión, entre otras actividades. Somos disidencias organizadas con el propósito de hacer resistencia a un Estado y a una sociedad que nos quiere en la pobreza extrema.
¿Cómo se manifiestan desde la cuerpa política y el arte en contra de la violencia de la fuerza pública que hoy se ha recrudecido?
Decidimos comprar tangas para que quien quisiera participar en nuestras acciones, nos acompañe con el propósito de exponernos “frágiles” a través de la desnudez, un acto que puede llegar a ser violento para algunos, pero para nosotrxs es una forma de mostrarnos libres ante una sociedad y Estado lleno de prohibiciones.
No queremos ocultarnos, queremos mostrarnos, decir !aquí estamos¡, hacerlo con una tanga puesta. Protestamos con color en nuestra cuerpa y espíritu. Nuestros actos quieren transgredir la calle, una calle que históricamente ha sido escenario de crueldad en Colombia y queremos llenarla de rosa.
Nos celebramos: celebramos que seguimxs vivxs, que estamos enojadxs, pero no respondemos con la misma violencia, respondemos con nuestras cuerpas en movimiento.
¿Qué tipo de personas hacen parte de este movimiento?
El movimiento está conformado principalmente por disidencias sexuales, artistas, estudiantes, activistas, filósofos y personas con ganas de manifestarse por sus derechos. Buscamos crear un espacio abierto, seguro y dinámico, en donde la libertad de expresión y de cuerpas sean reconocidas como forma de protesta.
Desde las escenas trans-feministas marikonas, ¿cómo se consolidan espacios seguros?
Consolidar un espacio seguro es saber que vamos tener calidad de vida en un país, ése es el primer espacio seguro que queremos habitar con seguridad. Vivir en un sociedad en la que no exista el temor de morir por ser quien eres. La protesta debe ser un espacio en donde reclamar tus derechos no lleve a la muerte.
Un espacio seguro se consolidad desde el respeto, la confianza, la escucha y el amor. Estos elementos los pregonamos y vivenciamos, discutimos sobre la cooperatividad para apoyarnos entre todes, reconociendo que vivimos en una sociedad violenta, y por esa misma razón no queremos replicar los comportamientos hostiles que tanto daño nos han hecho.
En las manifestaciones performáticas que han llevado a cabo, en las que hay una muy marcada saturación de sonidos, de colores, de voces, ¿cuál es la importancia de incomodar?
Yo creo que la pregunta debe dirigirse a las personas que se sienten incómodas por nosotrxs ser nosotrxs. ¿Por qué se incomodan con la manera en la que decidimos construirnos?
Nuestro propósito no es incomodar. En un principio queríamos buscar una alternativa para protestar desde lo que somos, nos reunimos la noche anterior para discutir cómo queríamos hacerlo, se compraron algunas tangas, marcadores, pinturas y bengalas. El color rojo era predominante en esta manifestación por las masacres que estamos viviendo por parte del Estado. Hicimos una convocatoria en redes, amigues llegaron a trabajar con nosotrxs.
Al salir, las miradas eran inevitables. No sabemos si todos se incomodaron, pero lo que pasó en el transcurso de la marcha fue lo que nos llenó de alegría. Fotógrafos nos acompañaron, les gustaba vernos, algunas personas nos celebraban, decían que esta manera de protestar les parecía bonita, tanto fue así que hasta nos lanzaron pétalos de rosas en la calle.
Pudimos ver que en lugar de incomodidad, aparecía sensibilidad en las personas, EMPATÍA. Una persona de Venezuela se nos acerca y nos dice que nosotros estamos haciendo lo que no se hizo en su país, protestar buscando dignidad en todos los sectores, el de las disidencias en nuestro caso.
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© Óscar Diaz
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