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“Ya llegó la hora de que la política proteja las relaciones del humano con la naturaleza”: David Jaramillo, bajista de Doctor Krápula

Este bogotano de 35 años lleva 20 tocando en la agrupación, una tribuna que le ha servido para luchar por la autogestión y la inclusión de los derechos de la naturaleza en la Constitución. Hoy busca una curul en el Senado, desde donde quiere liderar iniciativas artísticas, que se reconozca el trabajo de los músicos y que el arte sea obligatorio en la educación. Hablamos con él de sus propuestas y de cómo quiere activar a los jóvenes a través de su candidatura.

Andrés J. López / @vicclon

Este año, Doctor Krápula está celebrando 20 años de carrera y, como es de esperarse, la banda se prepara para una gira nacional, además de visitar México y Europa. A la par, están trabajando en un disco de versiones acústicas de temas conocidos junto a otros inéditos. Y en medio de ese agite musical, David Jaramillo, bajista de la agrupación, anunció hace unas semanas su aspiración al Senado, haciendo parte de la llamada ‘Lista de la Decencia’, conformada con candidatos de la Alianza Social Independiente (ASI), el Movimiento Alternativo Indígena y Social (Mais) y el partido Colombia Humana, el mismo del candidato a la presidencia Gustavo Petro.

A pesar de ser la primera vez que se postula a un cargo de elección popular, la política no es un mundo ajeno para este bogotano de 35 años. En 2010 colaboró en la campaña de Gustavo Petro a la Presidencia y también en la de la lideresa indígena Ati Quigua al Senado, donde sentó las bases para lo que después Petro estableció como el mínimo vital del agua. Ahora, este músico y gestor cultural, bajo el lema “Somos la cultura de la naturaleza”, quiere llegar al Congreso con propuestas que incluyen el apoyo a los artistas, la inclusión obligatoria del arte en el sistema educativo y una mayor difusión de la diversidad musical a nivel nacional. También le apuesta al cuidado del agua y la protección de los espacios naturales, no solo de la capital como el botadero de Doña Juana o la Reserva van der Hammen, sino también de regiones como el Cauca, Chocó, Sumapaz y Santurbán. “No es más importante el agua del norte que del sur, todo hace parte de la estructura socioecológica del país”, dice.

A un mes de las elecciones parlamentarias del 11 de marzo, nos sentamos con David para conocer su proyecto, su lucha por las artes y la naturaleza y cómo él piensa atraer a los electores más jóvenes, ante la poca fe que le tienen estos a las instituciones políticas.

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¿Por qué decidió lanzarse al Senado ahora, en un momento tan importante para Doctor Krápula?

Precisamente, el cumplir 20 años [con la banda] me llevó a ejercer un control sobre la poca inversión que el país hace en recursos culturales o en la defensa de la naturaleza. La banda sigue un proceso en el cual estoy creando todos los días y fomentando espacios para la autogestión y que la gente pueda tocar su música. Dichos espacios implican mucho trabajo porque no tienen ningún respaldo del Gobierno. Ahora, afortunadamente, contamos con algunos gobernadores que apoyan el tema ambiental, pero todo eso ha costado 20 años. En ese sentido, el partido Mais, la Alianza Social Independiente (ASI) y Colombia Humana me propusieron el aval y lo consulté con amigos y la banda. Nos dimos cuenta que es un espacio que hace falta cubrir y por eso sería bueno liderar las iniciativas hechas en el arte desde el Congreso.

 

¿Cómo lo ha preparado su labor como gestor cultural para el Senado?

He tenido la fortuna de organizar diversos procesos culturales, pero el central ha sido tender puentes entre las autoridades indígenas y los artistas. Lo hemos hecho a través de encuentros, conciertos y festivales. Por ejemplo, hemos estado en Leticia con Manu Chao, Rubén Albarrán (Café Tacvba), Chucho Merchán, Roco (Maldita Vecindad), autoridades indígenas y organizaciones de la Universidad Nacional discutiendo diferentes visiones para que la Amazonia no siga reduciendo su bosque. También hemos sentado la palabra al fuego y al mambe cientos de veces con grupos de hip hop o música alternativa y miembros de las comunidades indígenas y campesinas en el Páramo de Sumapaz, Ráquira, Sesquilé, Sierra Nevada de Santa Marta, Cota, Chía y Cajicá. Hay un proceso orgánico tejido con la gente desde la concepción ancestral del territorio, por eso el eje central son los derechos de la naturaleza, que no son más que una traducción de la Ley de Origen de los pueblos ancestrales. Debemos dejar de decir que nuestros pueblos son un orgullo para las fotos y videos del país, y permitir que sus leyes permeen la ley occidental y que territorios como la Amazonía, la Sierra Nevada y el Cauca sigan existiendo bajo sus normas.

 

¿Por qué eligió la ‘Lista de la decencia’?

Me buscaron por mi trabajo con Petro, como una invitación a que los jóvenes se activaran a través de mi candidatura. Acepté muy honrado porque no soy un artista que se aleja del arte para hacer política sino alguien que ha consolidado el ejercicio de la autogestión en Colombia y está en una de las bandas líderes de esos procesos.

 

El partido no le da dinero para su campaña, ¿no ve eso como una limitante?

Los movimientos indígenas y alternativos donde estamos apoyando la candidatura, incluso Colombia Humana, están conformados desde hace menos de una década y son partidos sustentados por sus líderes y sus ingresos del Senado, como el caso de Luis Evelis, quien estuvo por Mais el anterior período. No hacemos política con la intención de recibir dinero de alguien sino por posicionar una idea, entonces hemos preferido mantenernos independientes y no deberle favores políticos a nadie.

 

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Imagen tomada de la página oficial de David Jaramillo

 

 

¿Cómo se beneficiarán las comunidades indígenas en caso de salir elegido?

Está expresado en los puntos uno, tres y cuatro de mi candidatura (derechos de la naturaleza, educación ambiental y artística, y energías limpias y auto sostenibilidad, respectivamente). Son básicamente transversales, ya que si logramos incluir una declaratoria de los derechos de la naturaleza en la Constitución, eso implicará que no sean unos entes o parques aislados los que luchen por mantener sus bosques o fuentes hídricas, sino una ley orgánica basada en el orden del agua. La Ley de Origen, en el mito Muisca y Tayrona, expresa que todos venimos del agua, por eso debería ordenar nuestro territorio y que nosotros no tiremos desechos a los ríos sino los saquemos y dejemos de arrojarles los sistemas de las ciudades. Eso implica una transformación enorme pero es la única forma de tener agua limpia para las generaciones venideras, de otra forma no habrá y seremos uno de los países más biodiversos del mundo con la menor cantidad de agua potable. Eso no tiene ningún sentido. Entonces esto, sumado a las energías limpias y los territorios autosostenibles, va a aportarles no solo a los territorios indígenas y los resguardos, sino también a las zonas campesinas y páramos, territorios que pueden no ser muy habitados pero tienen la reserva más importante para la biosfera del planeta.

 

¿Dónde estará centrado su campo de acción?

Creo que es un movimiento ciudadano, con un esfuerzo grande en Bogotá. Todo el tiempo nos alimentamos de las comunidades en la selva, la sierra y de experiencias no solo de Santa Marta sino del Perijá y Cocuy, incluso movimientos civiles que se han apropiado de páramos. Siento que la fuerza está en los jóvenes de las ciudades y el campo. La salida adelante del país está en que la gente que no ha votado se ponga la mano en el corazón por una causa mayor y nos acompañe al Senado y con las propuestas de Petro, porque desde que llegó a Bogotá ha defendido la detención de la matanza de toros por el disfrute de unos pocos, el aumento del uso de la cicla, que el agua ordenara el territorio y viéramos el páramo como un santuario y un resguardo. En ese sentido, la fuerza viene desde el centro y las regiones para crear una espiral de conocimiento que armonice el mundo.

 

¿Cómo ha tratado de convencer a los jóvenes y abstencionistas?

Seguimos convencidos de que el arte es la mejor estrategia para tocar corazones. No hemos parado de hacerlo y cada día creamos más canciones con David Kawooq (su proyecto alterno), Doctor Krápula y otros proyectos que apoyamos en Fontibón, Suba, Bosa y Usme. En todo el territorio Muisca estamos tratando de hacer un recopilatorio, como hemos hecho en la Sierra Nevada y la Amazonía desde hace una década. Ahora se va a completar la trilogía de este trabajo organizado para celebrar la vida, la existencia de los territorios que aún nos quedan y ver cómo la cuidamos entre todos con estrategias en lo político y social.

 

Una de sus quejas es que comemos productos importados y usamos telas extranjeras, ¿cómo planea cambiar eso?

Estamos impulsando todo el movimiento autosostenible que hay, por ejemplo, de los tejidos. Con las naciones Quichua, Muisca, Wayúu, Arhuaca y Kogui hemos empezado a generar cadenas, no como las de algunos hijos de políticos que cobran el 100% o 200% de lo pagado al trabajador, sino cadenas de comercio justo en el tejido, la semilla y el café. Tenemos experiencias que queremos que el país conozca y multiplique desde la producción de las plantas medicinales, el uso medicinal de la marihuana y el uso ritual de la coca. Las empresas que trabajen en eso deben marcar un nuevo rumbo en el progreso del país porque hay una cantidad de información que, incluso científicos estadounidenses, quieren patentar y llevarse porque somos ricos en eso. Vamos a apoyar la industria limpia que promueve el consumo de semillas de quinua, amaranto y cacao de la sierra y el interior porque se han dado una cantidad de avances desde las fincas agroecológicas y cuyos procesos deben mostrarse, sobre todo en autosostenibilidad y energías limpias. Ese es el futuro para la sostenibilidad de Colombia.

 

Mencionó la marihuana y la coca, ¿va a luchar por su legalización?

Con el compromiso dentro de los derechos de la naturaleza, hay un capítulo dedicado a las plantas medicinales de Colombia y la marihuana no pertenece a las semillas nativas del país, pero sí se adaptó y acá lleva muchos años creciendo una excelente planta medicinal y debe ser una discusión pública y también recreativa. Tenemos sustancias más tóxicas para el cuerpo que promovemos en nuestros canales públicos e institucionales. Son más nocivas que las plantas curativas y estas son menos lesivas para el organismo. Por eso el debate se debe dar muy pronto.

 

Otro de sus objetivos es el apoyo a los músicos…

En el país existen demasiados escenarios para la circulación artística pero su acceso es limitado, casi siempre por la empresa privada o por intereses políticos de una u otra alcaldía o gobernación de paso. Por esa razón considero que debe existir, a través de un proyecto de ley o ejercicio legislativo, el mecanismo para que sea una ley de los municipios o derechos de las comunidades recibir distintas formas de manifestaciones artísticas en sus fiestas o escenarios. Dichos espacios deben ser un semillero del arte local y nacional que a la vez debe organizarse para dar a conocer lo hecho en regiones vecinas, como viene pasando de forma empírica.

 

¿Cómo planea lograr esto?

Ya están los recursos y escenarios. Simplemente toca ver cómo se democratiza la forma en que esos eventos se llevan a cabo, se haga una curaduría en la cual los artistas locales sí puedan participar y no solo los amigos del secretario de cultura de turno. Necesitamos hacer una serie de mecanismos que democratice los escenarios culturales para hacerlos de acceso público y, si se puede, gratuitos. Pero que los artistas tengamos un respaldo y no sigamos tocando gratis para ayudarle a los políticos.

 

En otras entrevistas usted ha mencionado la ayuda a los músicos callejeros…

Precisamente está basado en esa circulación artística. A los músicos nos piden favores y los hacemos porque tenemos el corazón abierto a hacer música, entonces tocamos para la tía, el amigo, el dueño del local o de la empresa de transporte. Estamos acostumbrados a que la música se comparte y creo en eso, pero también es hora de dignificar a nuestros músicos porque esto también es una ciencia, hace parte de las matemáticas. Si llevas dos años componiendo, tienes un banco de canciones, discos o giras, en esa medida debe haber una tabla de tarifas. Debemos tener un sindicato, o no sé cómo lo quieran llamar los músicos, que establezca unos mínimos según la trayectoria y así los artistas dejen de trabajar gratis.

 

Justo eso le iba a decir, porque hay personas que agarran un instrumento pero no tienen idea de música…

Todo debe sustentarse con el número de grabaciones, presentaciones anuales y posicionamiento en la radio, así sea local. Es decir, no podemos ignorar los procesos de aquellos artistas que llevan toda la vida trabajando para ponerle un precio a su presentación. Tristemente todos los gremios están organizados, menos el de los músicos. El llamado es para que ellos empiecen a dialogar sobre esto, haya mínimos y topes y así todos incluyamos a los artistas mainstream y los independientes que nadie conoce pero tienen cierto número de canciones de su autoría. Generar y fomentar la creatividad es vital en esta serie de estrategias que tendremos en el Congreso.

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¿Por qué cree que el arte está tan excluido de nuestro sistema educativo?

Tristemente, tenemos la visión tecnicista o tecnócrata de que la ciencia y la tecnología significan asegurar el progreso de una nación y yo creo que cometieron un grave error al sacar las artes de la ciencia. Es sabido por todas las civilizaciones que el nivel alcanzado con su arte es el nivel intelectual que la podría reconocer como rica culturalmente o no. El arte es un indicador de progreso y Colombia se caracteriza por ser un semillero de artistas muy creativos y deportistas impresionantes. Casualmente, sacamos pecho desde las instituciones pero resulta estar en el último renglón de la inversión nacional, cuando generamos el 2,4% del producto interno bruto (PIB). Mi candidatura representa esa indignación con el maltrato dado a las artes desde la educación y el tema de la naturaleza de la mano. Nos enorgullecemos de nuestros ríos de siete colores y nevados pero todos estamos en las ciudades absortos con la tecnología mientras se llevan el agua, los árboles, el subsuelo y el corazón de las montañas. Son muy absurdos y obsoletos los sistemas de defensa de lo natural y de circulación de contenido creativo y artístico del país. Mediante mecanismos de acción privados y públicos, actos legislativos, proyectos de ley y controles, se harán todos los acuerdos para invertir esa situación y así la educación ambiental y artística sea trasversal en la educación, desde los niños hasta las universidades.

 

Los miembros de Doctor Krápula lo han apoyado, ¿la respuesta ha sido igual por parte de los seguidores?

Afortunadamente, tenemos un excelente recibimiento por parte de ellos. Han distribuido el mensaje y el llamado es para multiplicarnos todos los jóvenes que nos hemos quejado y dejado de votar por no vernos representados, y aprovechemos esta oportunidad. Hay mucha gente decente haciendo un gran papel, como María José Pizarro [aspirante de la ‘Lista de la Decencia’ a la Cámara por Bogotá] y Gustavo Bolívar [cabeza de la ‘Lista de la Decencia’ al Senado], que tienen algunas concepciones sociales más allá de un pensamiento netamente basado en el aprovechamiento de recursos para ganar dinero. Ya llegó la hora de que la política proteja las relaciones del humano con la naturaleza.

 

¿Por qué dice que sería un milagro si queda electo?

Porque algunas veces he estado en política y no es fácil ver a la gente pasar de la abstención al voto. Hay maquinarias políticas con sus propios votos y los que no creemos ese día votábamos en blanco, nos echábamos una ‘chela’ o nos limpiábamos el trasero con el sistema democrático. Todos lo hemos hecho. Por eso a los representantes del Estado los elige un 34% o 35%. Es una democracia no representativa y eso debe cambiar. No podemos seguir quejándonos en redes de que tenemos un país gobernado por lacras y a la hora de votar no escojamos un candidato con propuestas serias. Llevo 20 años ‘camellando’ por la autogestión y por conseguir que la Constitución incluya los derechos de la naturaleza. Hasta el día que me muera lo seguiré intentando.

 

¿Si llega al Senado su participación con la banda será intermitente?

Para los compromisos internacionales dependería de las fechas, a algunas no podría asistir. Pero todo el proceso creativo y cultural de la empresa sigue en una quinta parte a cargo mío porque tenemos una sociedad muy bonita y democrática dentro de Doctor Krápula que nos permite hacer eso. Y la tecnología también nos ayuda.

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