Ud se encuentra aquí INICIO Historias Los Madrugadores
Fotos de Linda Esperanza Aragón

Los madrugadores

En el mercado público de Barranquilla el rebusque es la esencia de cada voluntad.

Linda Esperanza Aragón* / @lindaragonm

A las 3 de la mañana la oscuridad los contempla inquietos e imparables. En el mercado público de Barranquilla el rebusque es la esencia de cada voluntad, movimiento y aguante del hombro y la cabeza. Mientras en la ciudad otros tantos duermen, estas personas enfrentan con lucidez los desafíos de una vida jodida. Remojan la sobriedad con café o aguapanela. Ajetreo constante. Cigarrillo pa’l silencio o música pa’ que el tiempo no traicione. 

Cháchara, carretillas en tránsito y zapatos para caminar. 

—Ey, mi llave. 

—¡Cuéntamelo todo, viejo men

—En la lucha como la cachucha. 

La narrativa del asfalto se robustece con pasos incesantes y voces despiertas. 

Plátanos en grandes canastas, olor intenso de frutas y verduras, carne fresca y queso costeño a la venta. Candela viva para arepas y empanadas. Escamas de pescado sobre mesones. Trabajo es trabajo: sin mayores quejas estos madrugadores sacuden el cuerpo y se entregan a la rutina para llevar el pan a casa. 

(Pille también Ser DJ en un pueblo, otra historia gráfica de Linda Esperanza Aragón)

Desde muy temprano llegan compradores al mercado para adquirir los productos de consumo con los que surtirán tiendas de abarrotes barriales y locales de autoservicio de La Arenosa. A partir de las 6 a.m. empiezan a llegar más personas a comprar; se estima que alrededor de cien mil personas lo visitan a diario.

—Oiga, hágame la rebajita.

—¡Hombe!, así está bien. Ese es el precio de los tomates.

—No me va a quedar platica pa’l bus. 

—Listo. Le hago la rebaja porque me cayó bien. 

Hay a quienes no les basta conservar un puesto de trabajo, los productos a la venta, la clientela y un buen bombillo para combatir la oscuridad: los acompañan guardianes caninos que amenizan la existencia. Son actores de la escena. Porque no se trata de conquistar la existencia, el asunto es estar mejor, disfrutar la estadía en el mercado. Oscar Wilde lo expresó como era: “No quiero ganarme la vida, quiero vivir”. 

Los madrugadores no conocen el ocaso de la pujanza.

01_15.jpg

02_15.jpg

03_14.jpg

004.jpg

06_9.jpg

07_8.jpg

08_6.jpg

09_5.jpg

010_2.jpg

011_1.jpg

012_1.jpg

013_2.jpg

014_1.jpg

015_1.jpg

016.jpg

017.jpg

018.jpg

019.jpg

020.jpg

021.jpg


*Periodista y fotógrafa documental. Esp. Gerencia de la Comunicación para el Desarrollo Social. Sígale el rastro en lindaaragon.co

 

Comentar con facebook

contenido relacionado