
Mingas de muralismo para denunciar el desastre ambiental ocasionado por las hidroeléctricas
La Alegría Resiste y Yuma Despierta son dos iniciativas que usan el arte urbano y la música para hacerles frente a la pérdida de fauna y flora y a la contaminación del agua, producidas por proyectos como el de la represa del Quimbo. Junto a las comunidades indígenas, Malegría, Nómada, Daniel Ávila y otros artistas, han intervenido los muros con aquellos elementos que les dan vida a las regiones afectadas.
El 30 de junio de 2015 la historia del Huila cambió para siempre: la empresa italiana Emgesa inició la construcción de la represa del Quimbo. El supuesto desarrollo que traería consigo la hidroeléctrica se convirtió en muerte masiva de peces, contaminación de agua, tala indiscriminada de árboles, desplazamiento de fauna y una pérdida irreparable de flora. Por si fuera poco, más de 13.000 personas se vieron afectadas y 8.300 hectáreas de alta productividad nunca volverán a ser las mismas.
A pesar del desastre medioambiental, la hidroeléctrica no pudo tragarse las voces de resistencia de las comunidades que se alzaron para defender su territorio. Estas mismas comunidades, durante los últimos meses, han echado mano del arte urbano como herramienta que destruye el discurso político y corporativo.
Foto cortesía Colectivo Cerbatana.
A finales de 2016, el Colectivo Cerbatana, el Festival de Cine del Rio de San Agustín, el Colectivo Cacique Yaguilga, el Colectivo Tierra Libre, el Colectivo Descolonizando La Jagua, Indicio Ediciones y Endémica Estudios, entre otras organizaciones sociales, unieron fuerzas para realizar unas mingas de muralismo en los territorios afectados por la implementación del Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena, el cual ha venido construyendo cerca de 17 hidroeléctricas sobre las aguas de este importante río.
Foto cortesía Colectivo Cerbatana.
Según Felipe Pedraza, integrante de Indicio Ediciones, el objetivo de estas mingas es la defensa del territorio, partiendo de un encuentro de saberes entre los campesinos, indígenas y gente de la ciudad, donde los niños, jóvenes y ancianos puedan tener una participación activa en el proceso por medio del muralismo, la música y la realización de diferentes talleres de danza, rimadero (talleres de rap), fotografía y jurídicos.
Foto cortesía Colectivo Cerbatana.
Con esa idea en mente, ya se han realizado las dos primeras mingas: La Alegría Resiste y Yuma Despierta. Ambas mingas tuvieron cuatro momentos clave: el mambeadero, donde se pensaba la actividad; el pagamento, donde se hacían las ofrendas y se pedía permiso al territorio; la minga, donde se materializaba lo que se había planeado; y el biojote, el momento de celebrar el éxito del proceso.
La Alegría Resiste se llevó a cabo en Río Loro y Veracruz, Huila, entre el 13 y el 19 de febrero de este año. Allí inundaron las paredes con colores y con la diversidad de fauna y flora de la zona, en pro de resaltar la riqueza del territorio y la defensa del agua. Uno de los muros más representativos muestra la valentía de un pescador frente al poder devastador de la represa.
Foto por Juan Camilo Santamaría.
Foto pot Juan Camilo Santamaría.
El segundo encuentro, Yuma Despierta, ocurrió entre el 17 y el 21 de junio de este año, y la protagonista fue la comunidad Yanakona del Resguardo Papallaqta en Valencia, Cauca. La primera noche estuvo dedicada al mambeo y a las conversaciones entre los colectivos y el taita de la comunidad. Al amanecer, todos emprendieron una caminata hacia el sitio sagrado: la laguna Cusiyaco, que era el lugar para preguntarle a la tierra si los aceptaba. Cargados de ofrendas, con los ojos cerrados y guiados por el taita, llegaron a su destino. Había un fuerte rayo de luz cayendo en el agua, el único en el cielo: la tierra había hablado. En la zona está el Páramo de las Papas, nacimiento del Rio Magdalena y útero del mundo según los indígenas de la comunidad, que ha sido históricamente afectada por el conflicto armado, y ahora amenazada por las hidroeléctricas.
Foto de Juan Camilo Santamaría.
En las paredes, artistas como Nómada, Malegría, Colectivo AK 47, Luis Forero, Andrés Camacho, Reimond, Daniel Ávila, el Colectivo La Subienda, Resistiza, Cha-cha y Adrian Cuéllar, pintaron osos de anteojos, colibrís, dantas, frailejones y hojas de coca. Pero la memoria no se podía quedar por fuera, así que en esta intervención se pintó una pared con los personajes de la comunidad que merecían ser reivindicados por su participación en la lucha contra el monstruo hidroeléctrico.
Foto de Jan kbz.
La cercanía espiritual con las comunidades y los territorios fueron las claves de estas intervenciones, según Luis Felipe Moreno, integrante del Colectivo Cerbatana. Desde un principio, recibieron a los grupos con los brazos abiertos y con el interés de participar activamente en el desarrollo de las actividades. Los habitantes decidieron qué se iba a pintar y en dónde.
Foto cortesía Colectivo Cerbatana.
Para continuar con el proyecto, del 5 al 12 de noviembre de este año se realizará la tercera minga, llamada Gautipan Resiste, organizada por el Colectivo Tierra Libre y que se realizará en la laguna de Guatipan en Pitalito, Huila, territorio afectado por la construcción y el funcionamiento de la represa de Oporapa. La cuarta intervención ocurrirá en La Jagua, Huila bajo el nombre de La Jagua de Colores, organizada por el Colectivo Descolonizando La Jagua y se planea llevar a cabo en la tercera semana de noviembre.