Los arquitectos de skateparks en Colombia

Los malos diseños y la deficiente construcción de skateparks en el país motivaron a que los parches de skaters y bikers se organizaran y se le midieran a los procesos de diseño y construcción de estos espacios deportivos. Aunque su trabajo ha empezado a ganar visibilidad desde hace unos 10 años, gracias al empuje de los entes distritales y municipales, lo cierto es que hace 30 años hay deportistas urbanos que vienen metiéndole la ficha a sus propias pistas en capitales como Bogotá o Medellín, pero también en municipios como Buga o Envigado.

Diseño del skatepark Madre Laura, en Medellín. Cortesía de Camilo Restrepo

 

 

Con la inclusión del skate en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, la Federación Nacional de Patinaje está armando la selección que representará al país en este certamen, algo que sin duda empieza a darle otra cara a este deporte urbano (lea también cómo Colombia está preparando los rodachos para los Olímpicos). Con este evento encima, y aprovechando el siempre estable número de patinadores, los constructores pasan cada vez más propuestas a las alcaldías para el desarrollo de nuevos spots, aunque otros prefieren hacer los bowls y las rampas bajo la filosofía Do it yourself (DIY), sin que nadie meta las narices en su trabajo.

Diseño del Skatepark del Sol, en Facatativa. Cortesía de Mauricio Mejía

 

 

Sea DIY o con apoyo institucional, lo cierto es que en Colombia se están consolidado colectivos especializados en la arquitectura de skateparks. Los ubicamos y hablamos con ellos para conocer el talento y la historia que se esconde detrás de las mejores pistas de skate en el país.

 

Bogotá:  Súcubo y La Francia

Hablar de estos dos parches es hablar prácticamente de lo mismo, pues ambos los componen los mismos skaters. La diferencia es que Súcubo Skateparks es más formal, trabaja con la Alcaldía y se enfoca exclusivamente en la construcción, mientras que La Francia Skateboarding abarca los proyectos autogestionados de sus integrantes o de otros colectivos con ideas propias.

La historia de este parche, el único de skaters encargado 100% del diseño y la construcción, comenzó en 2007 en el barrio La Francia, con la construcción de un parque en la localidad de Puente Aranda. Sus integrantes, confiesan ellos, anhelaban tener un espacio apto para practicar cerca de sus casas. “Queríamos dejar de gastar en transportes, tenis y tablas para ir a entrenar, entonces empezamos a hacer nuestros propios módulos en madera y metal”, recuerda Gustavo Romero, gestor de proyectos. Los vecinos y la Policía, molestos por su trabajo, les quemaron los módulos y fue así como empezaron a considerar la idea de un parque en cemento.

Este parche arrancó con el evento “La Francia Parrillada Skate Contest”, en el cual premiaban a los participantes con hamburguesas y gaseosa. Para la segunda edición, en 2012, la aceptación fue tanta que asistieron hasta 500 personas. “Nosotros no nos esperábamos esto y ni siquiera teníamos baños portátiles o ambulancia. Fue como un Woodstock del skate —dice Alex Gutiérrez, realizador audiovisual—. Vinieron personas de distintas marcas y deportistas con mayor trayectoria que nosotros a felicitarnos”.

El parque de madera y metal fue destruido a los tres meses de haberse construido, pero La Francia ya tenía un rumbo como colectivo.

Parque de Fontanar del Río, en Bogotá. Foto de Diego Cortés

 

 

Después de esto, Gustavo se puso en contacto con Pierre Jambé, un arquitecto belga especializado en skateparks que le dio cursos online para hacer pistas propias. En 2014, varios miembros de La Francia viajaron a Bolivia para aprender de construcción de la mano de Pierre y trabajaron en la elaboración del parque de Pura Pura, en La Paz, un proyecto en el cual participaron 100 voluntarios de 17 países y que se terminó en apenas 29 días. A su regreso a Colombia, buscaron a la Alcaldía para gestionar el parque Vargas Vila de Puente Aranda y arreglar el de Fontanar del Río, pues el modelo anterior estaba compuesto solo por un módulo y un bowl. Diego Hernández, arquitecto, gestionó el rediseño de todo el parque y lo convirtió en la pista más grande de Bogotá.

Otros de los proyectos en los que han estado involucrados son en el rescate de un espacio abandonado en el barrio Ciudad de Cali —con la construcción de una mini rampa—, apoyando al colectivo Arquitectura Expandida en 2015 y, recientemente, siguieron adelante con la pista del barrio El Japón, en Kennedy, una idea preconcebida por Óscar Rubio Lowenthal, “Fresa”, fallecido en enero de este año. “Él tenía una idea para intervenir un lugar en Kennedy. Después de su asesinato nos llamaron para que la termináramos. Ahora quieren hacer más rampas, solo necesitan el dinero”, cuenta Charles Millán, constructor.

Ninguno de los dos parches se queda quieto: Súcubo ya tiene los diseños para terminar el parque de Fontanar del Río y únicamente están a la espera de los recursos. La Francia, por su parte, planea instalar parking blocks por toda la ciudad para promover sus marcas: La Francia, Súcubo, la revista especializada en skate Chatarra Mag y los portatablas Conveyor. Esta idea también la piensan llevar a skateshops de todo el país.

 

El Tag Team Skateparks de Buga

Cinco participaciones en los X Games y victorias en mundiales de Francia y Alemania, han hecho de Alejandro Caro uno de los referentes colombianos a la hora de hablar de BMX Dirt, la modalidad del ciclismo extremo que se practica en tierra. A diferencia de los otros constructores, él no estudió y empezó a hacer pistas por su cuenta cuando apenas tenía 7 años.

Parque de Piendamó, Valle del Cauca. Foto cortesía de Alejandro Caro  

 

 

Han pasado más de tres décadas desde eso y, a punta de prueba y error, este administrador ya ha hecho pistas en Buga y Piendamó, en el Valle del Cauca y el Cauca, con su empresa Tag Team Skateparks. “En estos años, poco a poco, fui desarrollando el ojo geométrico y el tema de la geometría. Sé cuáles son las distancias, ángulos y radios necesarios, por eso cuando veo un sitio, inmediatamente me lo imagino finalizado”, comenta.

Skatepark Ciudad Paraíso, en Buga. Foto cortesía de Alejandro Caro 

 

 

Alejandro es reacio a trabajar con entidades gubernamentales, pero apoya a los deportistas que deseen pasar una propuesta para la creación de un nuevo escenario pues, para él, lo más importante es que ellos mismos promocionen sus escenas. Según sus cálculos, ha enviado más de 100 diseños por todo el país y su objetivo es construir 1.123 parques en todo el territorio nacional, fértil en skaters.

Tag Team también se enfoca en reparar los sitios mal hechos. Recientemente recolectaron dinero y materiales para arreglar los tubos y el concreto de un parque en Buga. “Cuando hago un skatepark pienso en que los atletas tengan las mismas posibilidades de ganar cuando salgan a competir. Yo no tenía esto cuando empecé”, explica.

 

Medellín: Mauricio Mejía “Kabe” y Rodante

A finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, cuando los skaters vieja guardia se alejaron del deporte para entrar a la vida adulta, los más jóvenes quedaron abandonados. Mauricio Mejía y su parche de amigos “patinetos” empezaron a buscar nuevos espacios para practicar y así fueron a dar al barrio San Joaquín. “A la comunidad del barrio le parecía que lo nuestro era contaminación, ruido y degeneración. Entonces modificaron el parque dos veces para alejarnos, pero cada vez les quedaba mejor para ir a patinar”, recuerda Mauricio.

​Camilo Restrepo y sus constructores. Foto cortesía de Camilo 

 

 

Con apenas 18 años, Mauricio se encargó de darle un nuevo aire a este deporte y abrió su skateshop Libre Skateboard. En 1999 hizo unas rampas junto a unos amigos y organizó una competencia nacional en el Coliseo Auxiliar Yesid Santos, lo cual sirvió para darles mayor visibilidad a la tienda y a los nuevos skaters. En los eventos de Libre también participó Camilo Restrepo, de Rodante Skateparks.

Tras muchas peleas con vecinos y reuniones con concejales, el Concejo de Medellín asignó el presupuesto para la elaboración del parque de El Estadio. Este espacio, que se empezó a diseñar en 2006 y se inauguró en 2008, es considerado por muchos como el primer skatepark del país; antes solo se veían pequeños spots o rampas aisladas. Rodante se encargó del diseño y “Kabe” aportó algunas ideas antes de irse a Estados Unidos, a entrenar a David González.

Camilo quedó conectado con el Instituto de Deportes y Recreación de Medellín (INDER) y se encargó del diseño del skatepark del Ecoparque El Salado, en Envigado, junto al fallecido Jorge "Mortadelo" Botero, uno de los primeros skaters colombianos en llegar a Estados Unidos. Camilo también le puso el pecho al bowl de Ciudad del Río. Mauricio, por su parte, también hizo bowls y proyectos grandes como el parque de Yumbo, en el Valle del Cauca, el Viga Skatepark de Envigado y arregló el de Facatativa, en Cundinamarca, que tiene el bowl más hondo del país: 3.30 metros. Pero para la elaboración del Skatepark de la 65, ubicado bajo el puente de la Madre Laura, Camilo y Mauricio unieron fuerzas y entre ambos lo diseñaron.

Skatepark de Ciudad del Río. Foto cortesía de Camilo Restrepo 

 

 

El año pasado entregaron la pista 4 Sur. Una vez más Rodante se encargó del diseño y Mauricio hizo aportes y dirigió la construcción. “Queremos involucrarnos y abarcar ambas cosas porque a veces el diseño queda bien pero en la construcción las cosas cambian para mal, porque el constructor quiere acabar rápido y se cansa de escuchar a los que tienen técnica”, explica “Kabe”. Entre ambos ya cuentan con unos 15 espacios para skate y actualmente alistan otro en la Biblioteca San Antonio de Prado.

 

Hoyos Trujillo Arquitectura en Pereira

Julián Hoyos y Julián Trujillo son más reconocidos por construir viviendas lujosas, pero los incluimos porque su primera incursión como fabricantes de skateparks resultó ser una de las pistas más grande del país: el parque La Villa, en Pereira, un espacio de 4.500 metros cuadrados. Lo inauguraron en 2015 y desde entonces se ha convertido en uno de los lugares más frecuentados por skaters y bikers de toda Colombia, principalmente del Eje Cafetero.

Skatepark La Villa, en Pereira. Foto de Andrés López

 

 

Desde hace 10 años, los dos arquitectos trabajan juntos y, aunque ya ninguno es practicante de skate, de niños estuvieron muy metidos en el tema. Cuando la Alcaldía de Pereira presentó el proyecto de La Villa, Julián Trujillo se dio cuenta de los errores del diseño y de la enorme inversión que se perdería. Por eso, la alcaldía les pidió ayuda para rediseñar el parque.

“Desde el inicio quisimos hacer un parque incluyente y que tuviera espacio para bikers y patines, no solo para skateboard —recuerda Julián Hoyos—. También hicimos ambientes para niños, grafiti y otra serie de movimientos urbanos”. La naturaleza también se tuvo en cuenta, y por cada árbol cortado se plantaron cinco.

El parque también cuenta con oficinas, baños públicos y obstáculos para deportistas de cualquier nivel. El diseño inicial de la Alcaldía no tenía en cuenta a los niños o a los practicantes novatos. Este ha sido un proyecto único para Hoyos y Trujillo, pero ahora están pendientes para hacer un skatepark en Manizales y otro en Dosquebradas, en Risaralda.