Simple y cotidiano: así es el humor gráfico de Alexis Moyano
Ningún aspecto de la cotidianidad escapa a la mirada satírica de este ilustrador argentino. Valiéndose de una animación en apariencia sencilla, sus trazos breves y en fondos monocromáticos se burlan de experiencias diarias como llevar al perro a dar un paseo o sacar plata del cajero. Fito Paez o los Power Rangers son algunas de las referencias que este artista usa para reírse del ciudadano de a pie.
Durante años el humor gráfico se ha encargado de comunicar las inconformidades que aquejan a los ciudadanos de a pie. Burlándose de aquellos que gobiernan, así como de la misma población, las caricaturas, historietas, ilustración y animaciones han sido una respuesta satírica a los problemas de la cotidianidad. Valiéndose de la imagen para representar cualquier situación, el humor gráfico se ha consolidado como un motor de reflexión que conduce a la ciudadanía a pensarse su entorno.
Prueba de esto es el trabajo de Alexis Moyano, un ilustrador, animador y diseñador gráfico argentino, que ha hecho de la cotidianidad latinoamericana el material para sus piezas humorísticas. En su trabajo, Moyano se ha encargado de burlarse de un sinnúmero de situaciones a las que podría enfrentarse cualquier persona, como ir al odontólogo o arreglar una tubería, todo ello a través de la ilustración y una animación con un estilo aparentemente sencillo.
Este artista basa su obra en el ‘garabato’ o doodle, esos dibujos que todo el mundo ha realizado en algún trozo de papel mientras distrae su mente de una cátedra aburrida o un sermón en la iglesia. Estas piezas son un primer bosquejo que luego pule según lo que quiera mostrar. “Siempre he dibujado. Dibujo desde que tengo recuerdos. Mi papá también dibuja y un poco lo absorbí de él”, explica.
En Argentina, el humor ha tenido una importante carga política en medio de historietas, caricaturas y un tipo de ejercicios gráficos que contienen ese toque de irreverencia como ingrediente natural. Hechos como la dictadura de Videla hicieron que, a través de este tipo de humor, los creativos generaran cierto compromiso político que se desarrolló en relevantes publicaciones como Caras y Caretas, El Mosquito o Don Quijote. Ante las denuncias a través de estos medios no se hizo esperar la reprobación por parte del gobierno de turno. La revista Satiricón, por ejemplo, se vio afectada cuando fue censurada en 1974 por Isabel Perón y posteriormente clausurada en 1978 tras las amenazas de la junta militar.
Aunque las animaciones de Moyano no llevan consigo una carga política fuerte, su obra bebe mucho de la tradición gráfica argentina y está influenciada por genios del dibujo como Crumb, Quino, Tute, Diego Parés o Breccia. En resumen, Moyano es otro humorista gráfico argentino que se ha dejado llevar por el papel y el lápiz como sus compatriotas Fontanarrosa y Siulnas.
Dentro de sus videos, evoca personajes como los Power Rangers, Dragon Ball Z o Mario Bross. Es muy común, además, encontrar algunos detalles ocultos y divertidos en sus videos, como aquel en cuyo último cuadro un personaje se transforma por un instante en León Trotsky, para luego tener otro rostro rápidamente. “Me gusta lo que descoloca, que medio no entendés qué es lo que está pasando. De repente terminó y decís ‘pero pará ¿acaba de pasar eso?’, te quedas como regulando. Es un tipo de humor que me resulta mucho y me divierte en particular”.
Los videos, además, los carga con un toque muy particular: su propia voz. Un ejercicio en el que no ha estado solo ya que también incluye más voces, sin embargo, la suya es la protagonista ya que es algo que le sale fácil. “Es mi voz de hacerme el boludo”, dice este tipo que está seguro que de no ser ilustrador hubiera sido músico.
A sus 35 años, este destacado artista ya tiene algunos personajes que considera los más atractivos para su público como el perro Bobi o Pito Faez. Según cuenta, cada personaje surge de lugares distintos, de alguna observación, un hueco o recorte de alguna situación donde ve algo potencialmente gracioso. Pito Faez, por ejemplo, sale de una entrevista que le hizo el músico argentino Andy Chango donde tocaban una canción en un teclado barato pero que Fito lo hacía sonar con su estilo. “En eso simple vi el "ADN", lo reconocible de él. Como que le encontré su "tic". Con ese "tic" en mente me pregunté, ¿Qué pasa si aparece Fito en cualquier lado?”.
Bobi, por su parte, aparece por primera vez sólo, ladrando en un video donde el dueño lo calla. En medio de su ejercicio creativo, el personaje ha evolucionado sustancialmente hasta llegar a ser Bobi, ‘el perro revolucionario’, un can que no permite que nadie haga nada con él y que ve diferentes situaciones de su cotidianidad –como ser paseado– como una construcción del capitalismo, razón por la que se niega rotundamente. “El chiste pasaba por otro lado, pero se me ocurrió retomar esa idea del dueño callando al perro ¿qué pasa si el perro le contesta? ¿qué pasa si el perro no quiere saber nada con nadie?”, cuenta.
Esa frescura creativa que lo caracteriza lo ha llevado a trabajar con marcas como con distintos proyectos como Muy Liebre, un producto del diario La Nación que busca llamar la atención de los millennials, o hacer Book Trailers para la editorial Penguin Random House. “Lo de los Book Trailers es entretenido porque un día estás haciendo uno para Cortázar todo poético y bonito y al otro mes uno oscuro sobre narcos en las favelas”, cuenta. Su gusto por los perros lo llevó el año pasado a realizar su primera colaboración para Cartoon Network. En una producción llamada ‘GUAU’ el diseñador deja expuestos a los más desopilantes e irreverentes amigos del hombre.
Actualmente tiene en marcha un libro lleno de esa simpleza, creatividad y humor que busca publicar este año. Además, se viene una serie de cortos para un canal importante de Argentina, proyecto del cual aún no puede decir mucho más.
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