Ud se encuentra aquí INICIO Creadorescriollos La Pintura Cumbigenista De Yurika
Fotos cortesía de Yurika

La pintura “cumbigenista” de Yurika

El bogotano Yurika lleva casi dos décadas agitando aerosoles alrededor del mundo: de Perú a Jordania, pasando por Miami, Francia y Bélgica. Junto a Cazdos, Ecks y Zas, fundó Mientras Duermo Crew. “Cumbigenista es un término que va atado a la forma como interpreta desde la pintura el folclor colombiano y a transmutar toda esa energía alegre y ese legado cultural de los músicos de antes y de ahora”.

Daniel Fandiño / @sinsecuencia

Aunque los muros de Bogotá ya habían empezado a ganar colores y firmas, fue comenzando la primera década de los 2000 que la ciudad se hizo apetecida por grafiteros locales y un par de extranjeros. Personajes, Throw ups, tags y piezas que comenzaron a pulular en espacios difícilmente alcanzables: balcones, techos, vallas publicitarias, las nuevas troncales de Transmilenio que fueron leídas como nuevos espacios para la práctica, etcétera. En medio de ese blackbook callejero que contaba con gran cantidad de chapas, empezaban a sobresalir algunos nombres: Fear, Ospen, Dexs, Beek, Hueso o Yurika (que para la época firmaba como 2rickone).

whatsapp_image_2019-06-01_at_1.36.02_pm.jpeg

En el 2001, Ricardo Vásquez era un tipo de 18 años al que le daba duro el estudio, un joven que inscrito en el Colegio Cooperativo, ubicado en la calle 80, se pasaba los días entre el skateboarding y sus primeros trazos con pintura. La adrenalina y las ganas de seguir viendo sus letras en la calle lo llevaron pronto a llenar espacios que, a punta de firmas, él sentía que le pertenecían. “Recuerdo haber hablado con el rector de ese colegio para pintar un mural y me dieron una plata para una semana cultural. Me compré unos cromos y una pintura azul y pinté en esas letras el nombre del colegio porque estaba muy motivado pues recién había visto a los gemelos alemanes How y Nosm pintando en el centro”, explica Yurika, a quien actualmente se le reconoce por el color que le imprime a su trabajo en Bogotá y en el mundo.    

55929413_2389018877784006_5698826319324774400_o.jpg

A sus 37 años, este artista cuenta que desde que empezó en esta vuelta tuvo un plan b por si las cosas no se le daban. Un pregrado en Diseño gráfico, sumado a un posgrado en Pedagogía la misma disciplina, fueron la base de lo que hubiese podido ser su otro camino: la docencia. No obstante, el paso de los años y el desarrollo de su destreza para intervenir las paredes de su natal, lo llevaron a juntarse con otras personas que andaban dándole duro a esta práctica como Ecks y Cazdos, unos parceros con los que creció en el grafiti y con quienes, además, pudo pulir la habilidad con los aerosoles, boquillas y su otra pasión: seleccionar y mezclar música, especialmente con Ecks que es un reconocido DJ de la escena hip hop local.

(Le puede interesar: Los coleccionistas que mantienen vivos los vinilos en Colombia)

xa.jpg

Y es que el año 2004 fue clave en la escena del grafiti capitalino ya que en las aulas de la Universidad Nacional se estaba desarrollando el Excusado Print System (2003), un ejercicio guiado bajo la técnica del esténcil el cual, gracias a su cercanía a la academia y la disciplina de sus integrantes, estaba dando de qué hablar. Ese mismo año se empezaron a ver en muchos puntos de la ciudad bombas con las letras MDC (Mientras Duermen Crew), un combo de grafiteros del que hacía parte Yurika, junto a Cazdos, Ecks y Zas.

23334098_1690217970997437_6298188958755652545_o.jpg

La exploración y la diversidad que intenta meterle a su obra han hecho que Yurika haya pasado por distintas técnicas pero también que las haya mezclado con fines experimentales. “Trato de hacer un poco de todo. Mezclar vinilos, aerosoles y tintas. Pinto con lo que pueda pero obviamente el aerosol es el ají de la empanada: es una herramienta con la que crecí, de la que aprendí y sigo aprendiendo porque es compleja. Pero no me limito. Creo que es el plus de mi trabajo, la mezcla de cosas”, dice.

50442620_2265364683482760_5397816113364992000_o.jpg

Ya en el 2009 Vértigo Graffiti nació como una iniciativa que trataba de vincular los mejores grafiteros del momento, algo así como un grupo cuyo fin era promover el grafiti de manera comercial. Para empezar, el proyecto contaba con nombres como Ospen, Dexs, Gris, Toxicómano, El Pez, los integrantes de MDC y Camilo Fidel López, que es quien desde entonces está al frente de los proyectos. Actualmente los artistas, creativos y ejecutores son los de MDC y El Pez de Barcelona.

04_el_beso_print_l.jpg

Junto a Vértigo, en el 2013, desarrollaron quizás unas de las producciones más importantes que tienen las calles de Bogotá: ‘El beso de los invisibles’, ubicada en la calle 26 con carrera 13, una un retrato de dos habitantes del Bronx congelada tras el lente del fotógrafo de El Tiempo Héctor Zamora. “En esa época nacía mi hija y yo estaba viviendo en el Centro, estaba lleno de felicidad y energía. El muro lo pintamos los MDC y un invitado extranjero, Jade, de Perú, todos cobijados bajo el nombre de Vértigo. Jamás imaginé lo que iba a pasar después, que esta obra se convirtiera casi en un patrimonio pictórico de los bogotanos. Me parece una chimba llegar con una obra y tocar el corazón de la gente de esa manera”.

 

carulla_medellin_final.jpgLa relación que este artista mantiene con la música es directa. Siempre ha sido un melómano apasionado por coleccionar y tener la música en físico. “Hace años hacía mixtapes con casetes de las cosas que me gustaban, siempre estuve vinculado con la música y en el colegio tocaba el bajo de un grupo de música andina. Tuve luego una pequeña banda de hardcore que no duro mucho tiempo y aún conservo el bajo que tocaba en aquellas épocas y he estado tentado por hacer algún curso para aprender a tocar bien el bajo ya que me gusta ese intrumento y las flautas. Hice servicio social en la emisora del colegio, programaba playlists y desde ahí el gusto por la selección y por tener música”.

za.jpg

xoxo.jpg

Tiene una posición clara y le da palo a las nuevas tecnologías, pues es consciente de cómo la llegada de Spotify y este tipo de plataformas han arrasado con las dinámicas clásicas en torno a la música. “Escuchas lo que Spotify quiere que escuches. Puede tener muchos artistas pero sigue siendo una herramienta limitada a conocer nuevas o viejas bandas. Hay una parte mística de salir, tomarte una pola, encontrarte con coleccionistas e ir a buscar música. Son cosas que se pierden en esas plataformas”, explica Yurika.

toquen-cumbia.jpg

El Circo de Maldita Vecindad fue el casete en el que invirtió el primer dinero que obtuvo en un empleo este grafitero que también le dio azote a casetes que compilaban clásicos de grandes bandas de la época, como Café Tacvba. “Coleccioné casetes, pasé al cd y luego mp3 y música en el computador con la llegada del internet, pero siempre sentí el vacío del mp3 porque había cosas difíciles de conseguir (...) Iba a las tiendas de la 19 y buscaba música para apoyar las bandas locales… ese era mi objetivo”. Los vinilos llegaron luego y sumergieron a Yurika en un universo más extenso. En su colección cuenta con grandes ejemplares, pero el enfoque de su curaduría está más encaminado a la cumbia, aunque también colecciona otros géneros. “Una buena cumbia no se debe escuchar solo en diciembre, es una creación hermosa”, añade este talentoso bogotano.

na.jpg

Frente a la discusión sobre legalidad y la ilegalidad del grafiti, considera que los artistas están en la posición de escoger de qué lado quieren estar sin temor a lo que piensen los demás creadores, aunque para él las mejores intervenciones son las ilegales y sobre todo las que están en zonas a las que aparentemente es imposible llegar. “Hago cosas comerciales y también otras independientes que en su mayoria son legales, otras muy pocas acciones ilegales con tags que es lo que más disfruto hacer. Yo califico mi trabajo como pintura cumbigenista, un término que se me ocurrió y que obviamente va atado al folclor, a la música colombiana y a transmutar toda esa energía alegre y ese legado cultural de los músicos. Colombia tiene mucha historia y bagaje en ese aspecto, gente que ha dejado un legado que vale la pena rescatar. Mi obra habla mejor de este aspecto que yo”, asegura.

adadad.jpg

Dentro de sus referentes locales, Yurika destaca a Knodelix, Guache, Perversa, StinkFish, Bastardilla, Saga, Shaday, Ospen, Skore, Load, Mamiwata, Somadifusa, Lik Mi, Mal Crew, Tonra, Gleo, Colorama, Chirrete, Nice y otro montón de grafiteros que desde hace años están metiéndole el diente a esta práctica para que, entre otras cosas, deje de ser estigmatizada. Su pintura ha llegado a diferentes partes del mundo como Ecuador, Perú, Miami (Wynwood), Francia, Bélgica y el último que viaje que hicieron fue a Jordania. “Los viajes lo llenan a uno de experiencias y de gente nueva, [lo ayudan a uno a] conocer cómo se desarrolla la gráfica del grafiti en otras partes”.

Si le tramó el trabajo de Yurika, no le pierda la pista y sígalo en Instagram y Facebook.

sello_cc_0_3.png

Comentar con facebook