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Los colosos del muralismo bogotano

Reconocido como una de las grandes influencias artísticas contemporáneas, el muralismo ha alcanzado altísimos niveles gráficos y conceptuales en la capital del país. Este es el resultado de un recorrido en busca de los murales más grandes de Bogotá.

Andrés J. López / @vicclon

México le entregó al arte urbano una de las armas de expresión cultural más representativas de la actualidad: el muralismo. Después de la Revolución Mexicana, que comenzó en 1910, artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros se saltaron ciertos parámetros artísticos y cambiaron lienzos por paredes para contar a través de grandes brochazos la historia indígena y la situación por la que atravesaba Latinoamérica en aquella época.

Las grandes dimensiones de estas creaciones no pasaron desapercibidas entre artistas de todo el mundo, quienes empezaron a pintar paredes de casas, edificios, locales y universidades. Muchos muros se han pintado con un principio de transformación social, sin embargo, hay quienes conciben su trabajo como un asunto exclusivamente estético y de interpretación artística.

Algunos de los muralistas más conocidos en la actualidad son el argentino Martín Ron, el estadounidense Aryz, el inglés Banksy, el español Escif, el belga Roa y el brasileño Kobra, entre muchos otros.

Colombia no ha sido ajena a este movimiento; de hecho, Bogotá es considerada una ciudad influyente por su altísimo contenido de street art. Esta es una cacería visual, de sur a norte y de oriente a occidente, de algunos de los murales más grandes de la capital.

 

Dexs: Casa de la Cultura, Ciudad Bolívar (carrera 38 # 53B – 43 Sur)

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En el 2013, durante el XII Festival de Hip Hop de Ciudad Bolívar, Dexs participó en la Primera Intervención Artística de la Casa de la Cultura. Con esta iniciativa, K-No Delix quería intervenir la fachada, y por eso invitó a participar a artistas urbanos de la localidad y de otras partes del país. Entre ellos estuvieron Skore 999, Ospen, Joel, Perro y Vital.

Dexs se gastó unos 250 mil pesos en vinilos y aerosoles para hacer su parte del mural. La pintada duró dos días. “Quise dibujar un indio de la Amazonía porque me siento atraído por la cultura indígena. Ellos son muy importantes para nosotros y no los debemos olvidar. Aparte de eso, sentí que era adecuado para el lugar”.

Ceroker y Deimos: Centro (calle 25 con carrera 12)

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En marzo de este año, Idartes llamó al colectivo A Tr3s Manos para hacer un mural con el tema “Bogotá libre y diversa”. Los artistas que asistieron fueron Ceroker y Deimos.

Durante cinco días estos dos reconocidos personajes del street art nacional se ayudaron para completar el mural de 10 metros de largo por 15 metros de alto. Usaron una buena cantidad de latas de aerosol y alrededor de un galón de vinilo por cada color.

“Mientras estábamos arriba, pintando, algunos indigentes se nos acercaban y nos asustaban; nos decían que por esos lados robaban mucho y que en cualquier momento se nos llevarían la máquina. Obvio todo fue en broma y nada nos pasó”, comenta Ceroker.

Shaday: Centro (avenida Caracas con calle 24)

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Del 27 al 31 de diciembre del 2014, Shaday trabajó para Idartes en uno de los siete murales que se produjeron basados en temáticas relacionadas con diferentes expresiones del arte. Este artista escogió la música para el suyo: “El niño que se ve con los instrumentos musicales es mi sobrino. Siempre intento pintar a familiares en mis trabajos”.

Para hacer este mural, de 20 metros de ancho por 15 de alto, Shaday y sus dos colaboradores requirieron 10 galones de vinilo y alrededor de 150 latas de aerosol. Junto a ellos estaban una coordinadora de altura y dos camarógrafos.

Por esta zona de tolerancia transitan constantemente recicladores y habitantes de la calle. Durante los días de trabajo, Shaday y su equipo les regalaron pan y agua de panela a los personajes menos favorecidos que pasaron por el lugar.

Kav Crew: Centro (avenida Caracas con calle 25)​

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En el marco del festival Hip Hop al Parque 2015, Idartes realizó una convocatoria para hacer un grafiti de gran formato. Los seleccionados fueron los integrantes del colectivo Kav Crew, quienes propusieron un mural que contara, a modo de historieta, cómo es la vida de un grafitero común y corriente.

Este trabajo también le rinde un homenaje a Diego Felipe Becerra ‘Trípido’, quien como muchos saben fue asesinado en agosto de 2011 por un patrullero de la Policía Nacional.

El francés Mantra, Kabe y Tno necesitaron de tres días, 120 aerosoles y dos canecas de vinilo para completar este trabajo. El resultado pudo haber sido más grande, pero ya no había más espacio en el cual pintar, aun cuando intentaron convencer sin éxito a los dueños de un edificio que está al lado. El mural es de 500 metros cuadrados.

War Design: Centro (carrera 10 con calle 16)

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Este año, la convocatoria Memorias del Futuro de Idartes le brindó la oportunidad a este colectivo de hacer uno de los murales más divertidos e imponentes de esta lista. El muro, de 12 metros de ancho por 24 de alto, se pintó en 11 días con la ayuda de cuatro personas. No se usó ningún tipo de plantilla durante la ejecución.

SaintCat y Perversa fueron los artistas encargados de la inmensa obra. Hicieron uso de 10 canecas de vinilo y 100 aerosoles. “Nos tocó pintar en un andamio que solo bajaba. No era eléctrico y por eso lo hicimos de arriba hacia abajo. Teníamos que asomarnos por las ventanas para continuar”, cuenta Perversa.

12 pisos de mural:

Boa Mistura: Centro (carrera 4 con avenida Jiménez)​

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Los miembros de este colectivo español estuvieron el pasado mes de octubre pintando una de las paredes del edificio de Aviatur. Esto ocurrió gracias al DADEP (Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público) y su proyecto de humanización de espacios públicos.

Pintaron este mural (9 metros de ancho por 12 metros de alto) en semana y media, aunque originalmente el plan era lograrlo en cinco días. El proyecto se llama Bacatá y está inspirado en la cultura colombiana y sus tradiciones. El colectivo incorporó elementos de los wayúu, los emberá y de los arhuacos, pero también usó otra clase de símbolos, como el cóndor de los Andes, el lirio de mayo, la guadua y el nogal bogotano.

La propuesta fue enviada a Jean Claude Bessudo, dueño de Aviatur, quien aprobó este proyecto estimado en 28 millones de pesos.

Zokos: Teusaquillo (calle 46 con carrera 13)

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Este es el mural con mayor tiempo de producción de la lista. A Zokos le tomó 25 días (de 8 de la mañana a 6 de la tarde) terminar esta obra de 26 metros de ancho por 20 de alto. Este trabajo hizo parte de una convocatoria de Idartes de 2014 llamada Memorias del Futuro.

El artista se le midió al mural solo, con ayuda ocasional de algunos amigos. En total usó seis canecas de vinilo y 30 aerosoles. El objetivo de Arribo, nombre del mural, fue recrear cómo sería la vida después del posconflicto.

Sin embargo, pintar este muro fue muy desgastante para Zokos: “Un día la grúa con la que pintaba se varó cuando estaba arriba… me tocó esperar cinco horas y aguantar frío mientras llegaban los bomberos para bajarme”.

Shaday y Joemz: Engativá (carrera 103D # 86A–30)

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El año pasado la alcaldía de Engativá hizo lo que pocos esperaban: unir el arte urbano con la religión. Así fue como Shaday y Joemz terminaron pintando la iglesia Copacabana.

Se necesitaron tres días de trabajo duro y cinco personas para terminar este mural (25 metros de ancho por 12 metros de alto). En total se usaron 10 galones de vinilo y 200 aerosoles.

“Al cura le gustaba mucho el trabajo del pintor checo Alfons Mucha y nos pidió que pintáramos algunos de sus personajes. Los escogimos y los pintamos, pero también le metimos algo de letras”, recuerda Shaday.

Joemz, Shaday y Jorge Restrepo: Barrio La Granja (calle 80 con carrera 78)

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En 2013, Joemz y Shaday hicieron una colaboración con el artista plástico Jorge Restrepo para hacer, en palabras de Shaday, uno de los primeros murales de la ciudad. El resultado de esta iniciativa fue Platea.

Dibujar las esferas y bombas negras que componen este mural de 20 metros de ancho por 10 metros de alto les tomó ocho días. En total se gastaron dos millones de pesos, porque además de los cuatro galones de aceite y las 200 latas de aerosol empleadas, alquilaron una grúa.

“Sufrimos bastante durante la pintada porque una de las superficies sobre la que colocábamos la grúa era pasto. Se hundía y nos tocaba llamar a un montacargas para que la desenterrara”, recuerda Shaday.

Crudo y Ene Ene: La Calleja (calle 127 con carrera 18)

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Una de las colaboraciones que este año hizo el grafitero, tatuador e ilustrador Crudo junto al artista chileno Ene Ene fue trabajar en el lugar donde estaban unas letras que el mismo colombiano hizo junto a Mante y Sham.

Este trabajo, de aproximadamente 70 metros de largo por 2 metros de alto, se realizó durante cuatro días en el mes de abril. Ambos artistas se sienten atraídos por el blanco y el negro; usaron dos canecas de pintura por tono.

La pintada no tuvo ningún problema ya que, como el mismo Crudo asegura, los caños suelen ser lugares solitarios de los que nadie se preocupa. Nadie los molestó durante el trabajo. La idea de Hasta que la lluvia me borre y Hasta que el tiempo me olvide salió de unos versos de Crudo y una reflexión sobre lo efímero que es el grafiti.


¿Sabe cuál es el mural más grande del mundo? Según Guinness World Records está en Buenos Aires:

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