
Los animales extraños y la magia en los mundos imaginarios de Victo Ngai
Esta ilustradora nacida en Hong Kong recuerda una infancia muy solitaria, que sorteó a punta de ilustraciones que cambiaba por dulces. Hoy, a los 29 años, es reconocida por Forbes como una de las artistas menores de 30 más influyentes. Victo fue una de las invitadas estrella al FIG. 07 Congreso Internacional de Ilustración y aprovechamos para conocer más a fondo su obra, llena de color y composiciones arriesgadas.
A los nueve años, Victoria Ngai entregaba sus dibujos a cambio de pasabocas y dulces que le daban sus amigos de Hong Kong. Esos mundos imaginarios inspirados en lo que veía en su entorno evolucionaron y la llevaron a ser considerada, en 2014, como una de las artistas menores de 30 años más influyentes del mundo, según la revista Forbes.
‘‘Cuando era niña el mundo que plasmaba en papel era mucho más interesante y mejor que la realidad que estaba viviendo. Mi mundo era hacer las tareas y lidiar con algunos profesores duros; era difícil encontrar amigos porque mi familia era de inmigrantes en Hong Kong, entonces vivía en un mundo muy solitario. Pero en el que yo creaba había magia, animales extraños’’, cuenta Victo –como es conocida- durante su paso por Bogotá, en donde participó en el pasado Fig. 07 Congreso Internacional de Ilustración presentando su colección Dreamakers.
Consciente de su talento, espero a cumplir 18 años, hizo maletas y se embarcó a los Estados Unidos para matricularse en el Rhode Island School of Design. En este país también fue becada por la Sociedad de ilustración de Nueva York. En un principio pensó en especializarse en Diseño Gráfico, pero estando allí se dio cuenta que su lugar estaba en la ilustración.
Sus viajes son el gran insumo de su obra, como también la experiencia de vivir en China, Japón y Estados Undos en diferentes momentos de su vida. La fantasía que lleva al papel la alimenta con lecturas de Brandon Sanderson, autor de literatura fantástica, y de George R.R. Martin, creador de la saga de Juego de Tronos.
“Algunas personas escriben para contar historias, y yo la narración no la veo como algo tan lineal. En la escritura hay una sucesión de eventos y es secuencial, pero para mí el relato sucede más como en una escena, es más visual. Las historias las cuento en imágenes en vez de contarlas por medio de letras’’, explica Victo, de 29 años.
Su técnica artística, según ella, es un híbrido: todo arranca con tinta y papel, en el cual realiza el esquema de la ilustración; una vez termina ese proceso, escanea el dibujo y el color y textura los genera digitalmente. Su trabajo, entonces, es una mezcla entre lo análogo y lo digital. Aunque ha trabajado en blanco y negro, considera que el color es una herramienta necesaria para conectar con el público. ‘‘Al final, el color es capaz de transmitir las sensaciones de mejor manera y, aunque es más difícil, me gusta más el resultado’’, dice.
Hoy en día Victo vive en Los Ángeles y trabaja por encargo para proyectos editoriales y también cinematográficos. Ha ilustrado las portadas de libros como Vicious de Victoria Shwab o Forest of memory de Mary Robinette Kowal. Los encargos le llegan desde Irlanda, Alemania y Singapur, entre otros países, y sus ilustraciones han aparecido en The New York Times o The New Yorker, revista en la que colaboraba constantemente.
The New Yorker
The New York Times
Además de estos trabajos, Victo creó Old Time Favorites, una serie de ilustraciones recopiladas por ella a lo largo de los años en las que junta experiencias personales con referencias de películas y libros. Por ejemplo, su pieza Perdidos en Tokio, aunque está basada en la película, se refiere a una experiencia personal que tuvo cuando se fue a estudiar un verano a Japón, a los 20 años. En ese país no conocía a nadie ni manejaba el idioma; las personas con las que interactuaba no hablaban mandarín ni inglés, y adaptarse fue difícil.
Perdidos en Tokio
“Ese aislamiento y alienación me recordó lo que sentía cuando era más pequeña en Hong Kong, y cuando me mudé a Estados Unidos, entonces creo que he tenido diferentes etapas en mi vida como forastera. Eso era lo que quería transmitir en la pieza y también esa fue la sensación que me trasmitió la película. Por eso, en vez de dibujar una persona, ilustré un animal gigante estancado en la mitad. Cuando no conoces el idioma sientes que eres como un animal, te sientes torpe’’, comenta.
Bowlcut
Entre toda su obra, esta ilustradora escoge Bowlcut como su obra favorita, también por la historia que tiene detrás. En 2011, cuando estaba terminando la universidad, la invadió una incertidumbre sobre el futuro, y comenzó a extrañar su país natal y a su mamá. Entonces ilustró la forma en la que su madre le cortaba el pelo como algo metafórico y simbólico.
Actualmente está ilustradora, quien considera que cada ilustrador recorre un camino diferente, siendo el de ella el de una extranjera que ha recogido lo que su camino por diferentes países le ha dejado, se encuentra trabajando en historias online y un proyecto fílmico. Si quiere estar pendiente del trabajo de Victo, no deje de seguirla por aquí.