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La animación colombiana de Bogoshorts

El festival Bogoshorts presentará los mejores cortos animados colombianos, que usan desde la rotoscopia hasta la técnica del stop motion. Acá le presentamos cuatro de estas piezas que se exhibirán desde el 9 hasta el 15 diciembre en 12 salas de la ciudad.

Juan Andrés Rodríguez / @juandepapel

El campo de la animación es uno de los más inexplorados en Colombia. Sin embargo siempre ha habido algunos aventureros que le apuestan a producir sus piezas pese a las dificultades que se les presentan. En unas ocasiones es la falta del conocimiento formal lo que los hace aprender de la prueba y el error; en otras es la falta de apoyo financiero a este tipo de proyectos, que se soluciona a duras penas echando mano del bolsillo propio.

Hablamos con los creadores de cuatro proyectos de animación que formarán parte de la Competencia Nacional de Animación del 13º Festival de Cortos de Bogotá, Bogoshorts.

Zipacón, el reencuentro con la naturaleza

El rapto accidental de un espíritu guardián de la naturaleza y la búsqueda de este por parte de su enamorada son el eje de la historia de este corto que combina el stop motion de figuras bidimensionales con escenarios reales al aire libre. María Paulina Ponce, directora de Zipacón, siempre ha trabajado con figuras planas en sus animaciones, pero asegura que hacer animación en exteriores es un reto por los cambios frecuentes de luz, lo que la obligó a un arduo trabajo de postproducción.

La idea inicial del corto se le ocurrió a María Paulina cuando se encontró con algunos objetos que tenía olvidados, en los que se apreciaba el diseño de las culturas indígenas del departamento de Nariño. Desde ese momento se requirieron 15 meses de trabajo y un equipo de cinco personas para finalizar la animación.

María Paulina no es una novata en este tema, lleva 30 de sus 58 años produciendo piezas animadas. Haciendo sus propios experimentos y ejercicios aprendió y sacó adelante su primer corto animado, que se llamó Filemón y la Gorda. Ahora está trabajando en otro proyecto animado al aire libre.

Arena, un sueño hecho cine

Luisa López recreó en su corto un sueño que tuvo su hermana Isabel. Mientras avanzaba en la preproducción, buscó apoyo económico a través de las convocatorias de Proimágenes, la fundación que administra el Fondo Fílmico de Colombia, pero luego de dos negativas, Luisa y su equipo decidieron sacar el proyecto adelante por su cuenta.

Cuando Isabel se soñó atrapada dentro de una casa que se iba llenando de arena, pasaba por un momento difícil de su vida. Interpretó que era peor huir de sus problemas que afrontarlos. Esta misma idea es la que le da vida al corto en el que ella, su hermana, Germán –esposo de Luisa–, y el resto del equipo trabajaron durante un año y medio.

Luisa estudió Bellas Artes en España y vive en Colombia desde hace tres años. Aunque se dedica a la publicidad, desde los 20 años ha estado trabajando en animación.

Sinfonía del Viaje a la Luna, la canción de la abuela

Esta es la primera animación de Sandra Reyes, una joven de 26 años que estudió Cine y Televisión en la Universidad Nacional. Aunque antes había ejercido diferentes roles en la producción de cortos y piezas para cine, esta es su primera incursión como directora.

Su corto nace de una anécdota personal: la noche en que su abuela murió hubo luna llena y junto a su prima decidieron no cerrar la cortina, porque, como en el corto, sintieron que desde el satélite más antiguo de la Tierra estaría cuidándolas ahora.

Para hacer su corto, cuya producción duró dos años, Sandra pensó en los niños. Se dedicó a leer para buscar cómo podría acercarse a ellos y así escogió los materiales que usaría en su animación de stop motion

El Espacio Habitado, un documental animado

El trabajo de tesis que Camila Pérez Rojas presentó para graduarse de la carrera de Artes Visuales de la Universidad Javeriana logró entrar en la competencia de cortos animados de Bogoshorts. El equipo de trabajo eran ella y su hermana Liliana, que la asistió en la rotoscopia que usó en algunos momentos del corto.

El Espacio Habitado es un intento por recuperar la memoria colectiva a partir de las vivencias de una familia en una casa. Para esto, Camila habló con las mujeres de la familia García –madre e hijas– sobre cómo eran sus fiestas, sus celebraciones, sus navidades y sus tiempos de juego.

Camila, de 25 años, también se apoyó en las fotos familiares que lograron capturar aquellos momentos. Desde esos referentes buscó darles vida a los recuerdos con la animación. Ella siempre ha tenido un interés particular por la historia y el recuerdo, en parte porque busca combatir la “memoria de pollo” que dice tener.

Si quiere ver todos los cortos de la Competencia Nacional de Animación, tendrá cuatro posibilidades en cuatro espacios diferentes: jueves 10 de diciembre en Cine Tonalá a las 4pm; viernes 11 en el Planetario a las 6pm; sábado 12 en la Cinemateca Distrital a las 5pm, y lunes 14 en el Centro Ático de la Javeriana a las 4pm. 

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