El viaje ancestral en el graffiti de Guache
La obra de este artista ha transitado por distintos formatos y técnicas durante los últimos doce años. Su rescate del pensamiento indígena a través del muralismo está en las calles de varias ciudades de Latinoamérica y Europa. Guache es uno de nuestros #CreadoresCriollos.
“Llevo toda la mañana pintando y haciendo bocetos; estoy esperando que acaben de arreglar los andamios para poder terminar de pintar hoy”, le dice Guache a uno de sus ayudantes en la azotea de un edificio ubicado en la carrera 13 con calle 13, en San Victorino. Este es el último día de trabajo en “La Palenquera”, una réplica que este artista hizo de la obra del bogotano Fernando Oramas, y que le tomó casi todo el mes de enero.
Autorretrato
Óscar González (Guache) dibuja desde niño y todo el tiempo está creando. En su pequeña libreta tiene un boceto de Bogotá con un humo negro que sale de la montaña.
Con su padre, un pintor aficionado, elaboró “El Tótem de Siempreviva”, un homenaje a Sandra Catalina Vásquez, la niña de nueve años que, en 1993, fue violada y asesinada por un oficial de policía en la estación de Germania, en el centro de Bogotá.
“Siempre me he considerado una persona llena de un pensamiento crítico. Desde el colegio ya me interesaban la música y las artes; para mí el arte es la búsqueda de la libertad”, dice Guache.
Su destreza para dibujar y el hambre de comics y novelas gráficas que tenía lo llevaron a crear sus propias historietas. Al entrar a estudiar Diseño Gráfico, primero en la Universidad Nacional y luego en la Tadeo, encontró gente con sus mismas ganas de editar fanzines y otras publicaciones independientes. Es entonces cuando se familiariza con la serigrafía, a la que siguieron sus otras dos pasiones: el esténcil y el graffiti.
“En nuestra cultura se le dice guache a una persona grosera y brusca, pero en verdad la etimología de esa palabra es muisca y significa ‘varón’ y ‘guerrero’”
En el 2004 comenzó a pintar sus primeros muros callejeros con el tag Mefisto. “Al inicio lo hacía más por hobby -dice-. Con el tiempo me fui metiendo con murales y proyectos que requerían más tiempo”. Mientras hacía graffiti en sus ratos libres, se ganaba la vida enseñando Diseño en la Tadeo, la Central y los Libertadores.
Tuvo la oportunidad de colaborar con comunidades indígenas del Amazonas y el suroccidente del país. Luego de esa experiencia comenzó a incorporar el pensamiento indígena en su trabajo, aportándole a este un estilo nuevo. Con sus murales y dibujos Guache busca alejarse del exotismo indigenista. La simbología animal también es parte fundamental de los aborígenes y por eso están en buena parte de su trabajo, representados como tótems sagrados.
Mural hecho en el Festival de Streetart Latidoamericano 2014, Lima
En el 2008 Mefisto desaparece y nace Guache. “En nuestra cultura se le dice guache a una persona grosera y brusca, pero en verdad la etimología de esa palabra es muisca y significa ‘varón’ y ‘guerrero’. Quise reivindicar ese significado que estaba sepultado”.
Para sus murales, grabados, dibujos, cuadros y acuarelas, Guache hace series con un contenido específico, basadas en los estudios de los elementos de algunas culturas indígenas. “Mis tópicos cambian cuando hago exploraciones de temas, según lo que veo en mis viajes o lo que aprendo con las tribus. Me enfoco en uno y de vez en cuando los combino. He trabajado con rostros indígenas y la serpiente amazónica. Ahora estoy con el maíz”.
Golondrina, Buenos Aires
Bajo el Concreto...La Selva, Berlín
Así como con “El Tótem de Siempreviva”, Guache quiere que sus trabajos no dejen de tener un trasfondo, no para contárselo al público sino para sentirse coherente como artista.
En sus proyectos de gran formato lo ayudan Jemay Cañon, Ricardo Torres y Sergio Cifuentes. “Oficialmente estamos trabajando los cuatro en estos proyectos grandes desde mayo del año pasado, pero antes ya habíamos colaborado en barrios y en otras cosas. No somos solo colaboradores, somos amigos”, dice Jemay. Este cuarteto ya está trabajando en otro proyecto: la instalación de un mosaico de cerámica en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, que estará listo a finales de febrero.
“Nosotros vamos a seguir pintando con o sin Peñalosa”
Luego de trabajar en una iniciativa de recuperación de espacios a través del arte urbano, en barrios como Las Cruces, Egipto y San Bernardo, estuvo a cargo de la curaduría y producción del Festival Revitalización. Además de la selección de artistas, Guache diseñó el cartel del evento: “Escogí el colibrí porque a pesar de ser un animal tan pequeño e indefenso está lleno de magia y belleza. Es una comparación con el arte urbano; aunque para mucha gente estos sean solo rayones en las paredes, en el fondo hay mucho contenido y simbolismo”.
A sus 35 años este boyacense no tiene planes de dejar de pintar en las paredes de Colombia o de cualquier otro país donde tenga la oportunidad hacerlo. Cree que el mural todavía tiene la misma naturaleza de sus inicios, en México. Sin embargo, admite que la atención de la gente se ha desviado por las tecnologías de la información y la comunicación.
Proyectos como “La Palenquera” y Revitalización contaron con el apoyo de la Alcaldía de Bogotá, sin embargo todavía no se sabe si la administración de Peñalosa continuará con iniciativas de este tipo. Al respecto Guache dice: “Hay una política neoliberal y privatizadora que está en contra de la perspectiva humanista del arte, pero nosotros vamos a seguir pintando con o sin Peñalosa”.