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EL PASO DEL TIEMPO EN LAS MINIATURAS DE DYLAN QUINTERO

A este artista manizalita le trama el deterioro en las fachadas de las casas de ciudades como Bogotá, Pereira y Manizales.  Estos lugares hicieron parte de su cotidianidad en algún momento de su vida y por eso a través de su obra, pretende rescatar esos elementos del espacio urbano que a simple vista no resultan atractivos por el desgaste y acumulación de basuras que presentan.

Catalina Vanegas Maya

Los grafiteros de Manizales me odian. Esa es una de las razones por las que no me gusta rayar las calles”, dice Dylan Quintero. Esa “enemistad” empezó en mayo del año pasado, cuando lo invitaron a participar en una exposición de 1984, el libro de George Orwell. Nunca había leído una sola página de la obra, ni le interesaba. Su participación en esta exposición era para hacer unas piezas basadas en el libro de Orwell, pero en ese momento desconocía el mundo del grafiti.

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Serie hecha para "La poética del Espacio" en mayo del 2016.

Tras el evento, lo único que se le ocurrió fue intervenir 32 grafitis de la ciudad con pintura negra. En cada uno escribió esa fecha -1984-. “Casi me matan porque pensaron que les estaba buscando guerra y me metí en un problema grande”, explica Dylan.

A sus 22 años está terminando Artes Plásticas en la Universidad de Caldas, pero su historia arrancó mucho antes que sus estudios, cuando se interesó por ser policía. Después de la muerte de su papá, Dylan Quintero se apegó a su tío, un policía activo. “A veces íbamos a redadas, de ahí viene mi obra, de todo el deterioro y la cultura en la que crecí”, afirma.

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Pieza expuesta en La Poética del Espacio, en la galería CAFAM de Bellas Artes.

 

Las piezas en miniatura son una obsesión por los recuerdos que él guarda de las casas que diariamente visitaba; todas las fachadas representadas en sus obras hacen parte del espacio urbano de Pereira, Manizales o Bogotá. Les tomaba fotos y las dibujaba obsesivamente, y lo mismo empezó a hacer con los basureros aledaños. Para él, el hogar refleja el paso del tiempo y las huellas que uno va dejando, y por esa razón encuentra más detalles en una casa destrozada que en una lujosa.

“Me parece chévere separar las cosas feas que uno no quiere ver y volverlas lindas. Yo me encargo de mostrar desde otro ángulo lo que siempre rechazamos”, dice Dylan, que ve cómo el deterioro cuenta una parte de la historia de cada persona. Por eso, decidió hacer piezas a escala que representaran esos espacios abandonados.

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Miniatura seleccionada para La Feria del Millón 2015

 

Las tejas las hace con zinc; las puertas y las ventanas están talladas con madera delgada; los vidrios son de acrílico, y las basuras tienen desperdicios reales. Las viviendas las construye con cemento, y las decora con pintura y grafitis, con una dedicatoria especial para su novia Alejandra del Pilar: en cada casa dibuja una corona porque ella siempre lo motivó a seguir haciendo este trabajo.  

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Trabajo hecho con plástico, madera y caucho

 

Para su primera exposición individual, “De cómo imaginé historias a partir del deterioro”, contó con el apoyo de una amiga arquitecta, que le enseñó los principios de una estructura para darle firmeza a sus construcciones. En la Feria del Millón de 2015 elaboró tres casas, 16 dibujos, tres piezas pequeñas y una caseta de vigilante. Toda su obra fue vendida y, a partir de ese día, lo empezaron a llamar de otras galerías para que mostrara su trabajo.

Una de las casas es Motopartes, cuyos colores le atrajeron y además la eligió por un motivo muy personal: la edificación le recordó a su papá, que trabajó como mecánico en un concesionario y era un apasionado por los carros.

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Casa en Manizales, expuesta en la Feria del Millón 2015

 

En mayo de 2016 participó en “La Poética del Espacio”, una exposición organizada en el Teatro Galería Cafam de Bellas Artes en Bogotá, a la cual llevó tres casas hechas a escala en las cuales el objetivo, además de mostrar el paso del tiempo, era distorsionar la realidad. Ahora, y hasta el siete de agosto, su obra estará expuesta en PoliedroArts, un espacio de arte independiente en Tabio (Cundinamarca).

A pesar de estar empezando su vida artística, no se corta a la hora de lanzar críticas a la educación que ha recibido. Cree que su carrera está llena de profesores que desconocen el arte contemporáneo y no se preocupan por avanzar a nivel técnico. Pero eso no lo desmotiva para buscar nuevos horizontes educativos y su próximo objetivo es hacer una maestría en Bellas Artes en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York.

La inspiración para su obra no la encuentra en los grandes artistas o esculturas importantes, más bien admira artistas como él, de su ciudad, estudiantes que han logrado salir adelante con su trabajo como sus amigos Natalia Castañeda y Esteban Ocampo.

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Primera exposición individual "De cómo imaginé historias a partir del deterioro". Curaduría por Andrea Ospina S

 

“Aunque no lo parezca, quiero ser profesor de seminario de Arte Conceptual. Es necesario enseñar cosas realmente importantes, que aprendan que todas las obras nacen de las experiencias. Tristemente, a mi me enseñaron que lo único importante es saber dibujar”, explica Dylan, cuya intención es sensibilizar, a través de la educación, a la gente soñadora e irreverente que va más allá del simple discurso.

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