Ud se encuentra aquí INICIO Opinion Cuando La Musica Te Dice Que Tanto Has Cambiado

La canción como unidad de medida

Con canciones se puede medir un recorrido en bus. Incluso hay quienes organizan el pasado a punta de temas musicales. Es un hecho: una canción puede decirnos exactamente cuánto hemos cambiado.

Diego Santamaría / 22-44*

El tiempo que necesita para leer el artículo es el mismo que dura esta canción:

De mi casa a la universidad hay seis canciones. Son siete si cuento la que escucho mientras camino hacia la estación de Transmilenio. En la ducha me demoro tres canciones. La tercera, por lo general, la canto como si estuviera frente al Campín lleno. Hasta escribo algunas de sus palabras en el vidrio empañado.

La canción es, entonces, una unidad de medida que colorea el tiempo vacío, que le da contexto. Claro, no todas las canciones duran lo mismo en términos de tiempo. Por ejemplo, todos sabemos que tres canciones de metal progresivo juntas pueden durar una hora.

Pero no es solo un asunto de minutos o segundos: una canción, con todos sus arreglos, puede medir lo que, imaginemos, mide una eternidad. Una canción puede medir la distancia entre lugares o corazones. Una canción puede medir la magnitud de un suceso, puede medir el espacio que hay entre lo que eres y lo que desconoces.

Una canción puede decirte exactamente cuánto has cambiado.

Estamos ante un comodín interminable. La canción es la manera en la que hemos fraccionado el universo, infinito, en dosis precisas: alimento de almas, victoria contra el silencio, transporte y reflejo. Es la madera del carpintero musical y sigue ese camino hasta llegar al bailador y sin falta al crítico. Muchos momentos de nuestras vidas están marcados por canciones.

La música tiene su taxonomía y ha sido dividida en géneros. Los géneros son grupos de canciones que responden a características rítmicas, geográficas, de época, o a peticiones de la industria. Existe un manto recurrente sobre todos los géneros, uno determinante pues da razón de ser al oficio: la necesidad de aceptación, la popularización, porque todo género musical tiene su corriente popular.

En nuestros tiempos la pureza se agota y todas las exploraciones artísticas terminan incluyendo un mestizaje, todas traen algo de fusión cultural. Además, la globalización nos ha entregado un historial de influencias y variopintas. Los canales comunicativos modernos nos han empoderado del universo musical, y el fenómeno de popularización que necesitan todos los géneros hace que la canción los exceda.

La canción como gran obra, como medida del artista, como himno de un país: un sentimiento cuasi universal que termina rebosando los limites de los géneros y permeando otros grupos fuera de su target. En otras palabras: una canción buena se mueve por sí sola, y es para siempre. La canción todo  lo exige y a todo tiene derecho.

Ahora, lo genuino que puede llegar a ser un compositor depende de su inquietud, y tiene las herramientas musicales para ponerlas a disposición de eso. La canción es un género en sí mismo. Así lo ve el compositor genuino, que además de tener que combinar de manera precisa el ritmo con la armonía —para poner en ellas una melodía que flote plácidamente—, tiene que asumir el texto de su canción como género literario y expresar, con majestuosidad, la idea primaria.

El compositor debe exigirse en la interpretación instrumental y exigirse como escritor, debe cuestionarse, debe herirse y debe curarse. Pero ese proceso se le va dando. El compositor siente cómo la canción le pide que salga a empaparse en el aguacero, para que ubique algunos ingredientes en el orden que va sintiendo. Así le va dando forma a la idea que lo hizo saltar hacia su instrumento.

La sensación que deja el resultado de esa búsqueda en el compositor es potente y sirve para desear nuevas búsquedas. Por otro lado, las sensaciones que generan las canciones en nosotros, los terceros, exceden a su creador, no le pertenecen.

Por eso las canciones se convierten en el tiempo necesario que uno necesita para darse una ducha.

canciones-tiempo-icono.gif

* 22-44 es colectivo abierto de jóvenes escritores pertenecientes a la facultad de Creación Literaria de la Universidad Central. La apropiación y ficción de las circunstancias comunes sustentan nuestra razón de ser y estamos convencidos del papel transformador de la literatura. Visítenos en Facebook.


Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Cartel Media S.A.S.

 

Comentar con facebook

contenido relacionado