El papel necesita liberarse de varios mitos, entre ellos, el que asegura que para su fabricación se destruyen los bosques o que las comunicaciones electrónicas tienen menor impacto ambiental que las impresas. Para apoyar esto, en Colombia ya existen iniciativas que fomentan la producción alternativa de papel: usando los tallos de los claveles o la fibra de caña de azúcar.