De sus 25 años ha dedicado diez al hip hop. Sus letras combaten el aún vigente colonialismo y abren un camino de retorno a lo indígena. Trabajando en procesos comunitarios de formación se convenció de que las expresiones artísticas que rodean al rap son herramientas efectivas de transformación social, pero también descubrió que existe un quinto elemento en la cultura hip hop que no ha sido estudiado con juicio en Colombia: el conocimiento.