Violencia de género en cuarentena: la doble amenaza a las mujeres
Las redes de apoyo feministas y la atención temprana de los medios de comunicación sirvió para que muchos pusieran la lupa en un problema que se agudiza a medida que avanza el confinamiento.
Por estos días son muchas las denuncias de violencia de género asociadas a las condiciones extraordinarias de aislamiento. Según cifras de la Fiscalía General, al 07 de abril iban 12 mujeres asesinadas dentro de su casa, en el que debería ser un lugar seguro, y por su pareja, quien debería ser la persona más confiable. Doce mujeres en catorce días de cuarentena. Sin embargo, no cabe duda de que los casos que se conocen son solo la punta del iceberg. Ocultas bajo el velo del miedo, la indiferencia y la revictimización mantienen en silencio las voces de infinidades de mujeres más.
Según comenta Susana Mejía, Directora de Proyectos de la Red Nacional de Mujeres, “los reportes que dan las líneas de orientación nacional (155) y de Bogotá (Línea Púrpura), evidencian un aumento de más del 50% en las denuncias y en la solicitud de información durante el periodo de cuarentena. Esto se debe a que las mujeres que son víctimas de violencias están en un riesgo mayor, pues están expuestas de manera permanente con su agresor. Es importante recordar que según Medicina Legal la casa es el lugar más inseguro para las mujeres –esto antes de la cuarentena–, o sea que en periodo de cuarentena esta violencia aumenta”. Así pues, para muchas se hace más cercana la posibilidad de la muerte en casa que por el mismo riesgo de contagio en la calle.
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“La violencia física se presenta con un agravante y es que las mujeres están en un alto riesgo de ser víctimas de feminicidio. Las otras violencias las mujeres “la aguantan” porque no tienen recursos para dejar su casa”, comenta Susana. Con el verdugo presente y vigilante día y noche, contactar a algún familiar, amiga o cualquier red de apoyo es una posibilidad que se vuelve inalcanzable para muchas.
Las labores domésticas son la punta de la lanza que el patriarcado en complicidad con el encierro está usando como arma letal contra las mujeres. Para nadie es un secreto que las mujeres a lo largo de la historia han sido relegadas por la cultura machista a hacerse cargo de las labores del hogar sin reconocimiento alguno, pues se ha naturalizado el pensamiento de que así debe ser. La mayoría no cuestiona esa normalidad que a fin de cuentas resulta bastante cómoda para algunos. Puede ser también que para muchas mujeres esta desigualdad no fuera tan clara o al menos tan evidente antes del aislamiento. Sin embargo, durante estos días en que conviven todos los miembros de la casa juntos es imposible no notar el desequilibrio.
“El que no haya una distribución equitativa de actividades del cuidado al interior de los hogares es perpetuar una visión patriarcal en la que las labores del cuidado, aparte de que no se les reconoce un valor, son responsabilidad en su totalidad de las mujeres”, explica Mejía.
Helena Calle y Nathalia Guerrero, periodistas y gestoras del observatorio de medios con perspectiva feminista Cacería Violeta, agregan que aunque la violencia de género siempre ha sido visible, la crisis que ha desatado el Coronavirus ha hecho más obvias las condiciones de desigualdad, pues las mujeres además de ser las primeras en perder sus trabajos, son quienes se ocupan de los trabajos de cuidado en la casa y del trabajo doméstico.
“La mujer a los ojos de la sociedad es un ser doméstico, según eso debería dedicarse a parir y a cuidar la casa. Muchas mujeres están haciendo en este momento labores de cuidado. La pandemia exige aumentar el ritmo de esas labores: cocinar más, lavar más la casa, desinfectar, lo animales, los niños, las clases virtuales. Que la expectativa sea que eso recaiga exclusivamente en hombros de las mujeres mientras los hombres teletrabajan es violencia. Las mujeres tienen doble o triple carga laboral: trabajar por un salario, trabajar para cuidar a su familia, trabajar por ser esposas, por ser novias, etc”, dicen las integrantes de Cacería Violeta y agregan que la división sexual del trabajo es violenta.
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La violencia que recae sobre las mujeres no se reduce a lo físico. La violencia psicológica y de otros tipos golpea con más fuerza en medio de la cuarentena. La Red Solidaria de Mujeres, una iniciativa que ha surgido con la coyuntura debido a la necesidad de canales de apoyo y respuesta para mujeres violentadas, expresa que están intensificados por el contexto los tipos de violencia relacionados con la convivencia, la familia, temas de dinero, salud y alimentación. También enfatizan en la violencia económica.
“La feminización de la pobreza hace que muchas mujeres dependan de sus parejas para subsistir, algo que se agrava con la actual crisis económica. Además, la mayoría de mujeres en Colombia trabajan en la informalidad, por lo que se ven castigadas con más fuerza por el actual aislamiento”, dicen.
Por su parte, Helena afirma que “además del Coronavirus y la violencia en casa, la violencia económica, la desigualdad salarial y el machismo institucional, también ponen a las mujeres en riesgo. La pandemia tiene y va a tener mayor impacto en la vida de las mujeres”. Según señala esta periodista, la cuarentena seguirá afectando la vida de las mujeres, no solo porque acciones como el cierre de colegios pueden obligar a aumentar el trabajo de cuidado no remunerado, sino también por circunstancias como que la mayoría de las trabajadoras de la salud en el mundo son mujeres.
Con todo, algunos salvavidas emergen desde el confinamiento ayudando a muchas mujeres a salir a flote gracias a la empatía y la solidaridad de género. Helena y Nathalia, a través de Cacería Violeta, publicaron un Manual para víctimas de violencia en el que se pueden encontrar todas las opciones que tiene una mujer frente a la violencia doméstica y sexual dentro de los hogares. “También creemos en el poder comunitario del apoyo entre vecinas y amigas, entre mujeres. La policía debería ayudar a la mujer a restablecerse en otro lugar o sacar al agresor y vigilar que no vuelva. Claramente eso no pasa, entonces las redes feministas son mucho más efectivas en ese sentido”, agregan.
Así, desde Cacería Violeta aportan divulgando la información de ayudas y asistencia para que pueda llegar al mayor número de mujeres. “Lo que podemos hacer como feministas es hacer de esto un debate público”, agrega Helena.
Susana, por su parte, entrega unas recomendaciones básicas que desde la Red se dan a las mujeres que son víctimas de violencias o están en riesgo de serlo. “Guardar su cédula, una copia de las llaves de su casa y algo de dinero para transporte en un lugar seguro al que el agresor no tenga acceso. Esto permitirá a la mujer salir de la casa en un momento de emergencia. Contarle su situación a una persona de confianza que pueda estar pendiente, ese tipo de acciones pueden salvar vidas”, dice.
La Red Nacional de Mujeres ha desarrollado una aplicación llamada ELLAS, que es una herramienta diseñada para poner en los teléfonos móviles de las colombianas las rutas de atención en casos de violencia contra las mujeres. La aplicación cuenta con un botón de pánico que permite enviar una alerta con nombre y ubicación a contactos de emergencia en casos de riesgo.
Por último, además de las recomendaciones, han sido creados o fortalecidos canales de asistencia y apoyo para mujeres que estén inmersas en situaciones de violencia doméstica. Por ejemplo, La Red Solidaria de Mujeres existe desde que comenzó la cuarentena y para atender específicamente las necesidades que las mujeres tienen en medio del aislamiento preventivo.
Si bien estas estrategias buscan mitigar el riesgo de las mujeres durante la cuarentena, aún existe mucho desconocimiento, sobre todo en los sectores sociales en los que las mujeres no tienen acceso a teléfonos móviles o internet. Por eso mismo, la recomendación de establecer redes de apoyo entre vecinas y personas del sector puede ayudar a salvar muchas vidas.
Ojalá al menos este ruido inusual que gracias al COVID-19 han hecho los medios y otras entidades alrededor del tema de la violencia de género, y la nueva visibilidad que está alcanzando esta problemática, saque del letargo a esta sociedad y traiga cambios estructurales para mejorar las condiciones de vida de las mujeres.
Si usted quiere comunicarse con La Red Solidaria de Mujeres puede hacerlo a través de WhatsApp al 322 332 8655. Así mismo, puede seguir a la Red Nacional de Mujeres y a Cacería Violeta en sus redes sociales.