El arte introspectivo y espiritual de Sako Asko
Como joven promesa del arte contemporáneo nacional, este artista no deja de sorprender con sus novedosas creaciones cargadas de intimidad y reflexión. Un viaje a la India, la música y sus memorias familiares son algunas de las fuentes de las que bebe este creador que le apuesta a un arte que vea más allá de la carne.
Foto de María Alejandra Velez González.
Alguna vez, en uno de sus juegos de infancia, Santiago Oliveros, mejor conocido como Sako Asko, anunció la muerte de dios. En una ópera protagonizada por títeres y peluches, y que tenía por único espectador a su primo, este artista bogotano construyó una obra que trataba de la muerte del dios católico. Hoy, mientras recuerda esto, Sako Asko ve las memorias de su infancia intervenidas por los mundos fantásticos en que se sumergía de niño para eludir las hostilidades que vaticinaba la vida adulta y lee estos recuerdos como una conexión con la espiritualidad que cultiva en la actualidad en una obra artística llena de reflexión e introspección.
Cercano al arte desde la niñez, este creador capitalino graduado de bellas artes de la Academia de Artes Fábula, dio sus primeros pasos en el arte influenciado por su hermana y su padre. “Mi papá siempre tuvo mucho interés por este tema de la poesía y del dibujo y yo me acuerdo que de chiquito revisaba sus cuadernos. Tenía unos dibujos muy cheveres, era un muy buen dibujante, entonces creo que eso fue lo que me inspiró mucho”, cuenta. La imitación de los trabajos manuales de su hermana, los juegos con muñecos de palo y la invención de historias, fueron el detonante artístico de este creador que empezó dibujando de manera empírica en sus primeros años.
Interesado por la introspección y el mundo interior de las personas, este artista gráfico y diseñador de 27 años, ha desarrollado una obra que aborda temas como las emociones, la memoria, el viaje y la meditación, entre otros más, producto de sus experiencias de vida. En 2012 expuso su serie ‘SADDASDADAS ADASJHKL’, que lo consolidó como una joven promesa del arte contemporáneo nacional a sus veinte años. La serie plagada de niños pájaro, juguetes pintados y rostros de desespero, muestran su inquietud por asuntos como la vida y la muerte y propone una crítica ácida a la sociedad de consumo.
Un viaje que realizó a India en 2016, lo llevó a la elaboración de ‘Huracán’, una serie de diez pinturas y cuatro dibujos en los que trabaja materiales como óleo, acrílico y tinta para construir las realidades oníricas fruto de este viaje espiritual. ‘Huracán muestra una exposición con poética, vinculada con la reflexión, la meditación y la serenidad en el caos y precisamente “el permanecer en el ojo del huracán”, cuenta. Acompañada de un poema propio, Sako buscó con esta obra encontrar la paz interior a partir de la introspección y el viaje.
Otra obra relacionada con su travesía por India es su cómic ‘El Viajero’, una ilustración que es también bitácora de sus viajes. Aunque llevaba realizando estas viñetas desde el 2014, fue hasta 2016 cuando, mientras descansaba en una playa durante su viaje, decidió publicar las piezas de este personaje que con su gorro naranja y su chaqueta azul y abultada, se pasea errante por diferentes paisajes.
La obra de este artista gráfico oscila siempre entre lo plástico y lo digital. Aunque le gusta trabajar materiales como el óleo o el lápiz, ha descubierto en las plataformas digitales un escenario y un público ideal para sus obras. Enfocado en el público joven, Sako Asko considera que es ahí donde puede sembrar la reflexión pues, a su juicio, las redes pueden llegar a ser más efectivas que la calle. “Ahí es donde puede empezar un cambio chévere. Por eso hago mucho uso de lo que son las redes sociales, ahí estamos todos y los jóvenes más aún en este sector. Este es un canal más asequible que la calle. Puede ser que tu vayas por la calle caminando físicamente pero tu quizás ni estás ahí, a pesar de que tu cuerpo esté ahí”, cuenta.
En ‘Deformado’, su último trabajo que se expone por estos días en la Galería Neebex, Sako Asko se enfocó en el ejercicio de la introspección y en la reflexión de eso que llama una ‘política interior’. “Se trata de volver a esa parte del mundo interior, de tu universo. En donde, los mundos o los países de cada persona tienen sus políticas, en cuanto a las creencias y leyes que rigen tu país mental”, dice. Rememorar y retornar la mirada a la inocencia de la infancia, son dos sensaciones que Sako Asko pretende generar en sus espectadores y lo que buscó al momento de realizar esta compilación de pinturas las cuales define como “viscerales” y que describe como las emociones de alguien que se pone a observar su jaula.
“Sentía mucha frustración hacia mis emociones. Llegó un punto en el que no me gustaba sentir y veía las emociones como si fueran un obstáculo, un error, como algo que estorba. Entonces eso llegó a un punto como de rigidez muy fuerte y pues imagínate a un artista que no quiera sentir, es como un músico que no quiere oir”. ‘Deformado’ fue ese grito de emociones en el que el creador desarrolló una introspección y deconstrucción personal a través de la imágen del niño, a quien ve como una esponja que aprende todo el tiempo y que es un personaje liberador.
Esta muestra le permitió a Sako reflexionar en torno a las prioridades que como personas damos a nuestra parte emocional y fue un proceso que le implicó enfrentarse con sus sentimientos. El resultado de su catarsis fue una muestra que él mismo describe como explosiva, emocional e instintiva. “A veces dejaba el cuadro seguir. Ese fue el proceso, los mismos cuadros me llevaron por ese camino de ‘usted está negando esto, esto y esto’. El mismo camino me fue enseñando y fue toda una experiencia, no solo es como “voy a pintar estos cuadros”, cuenta.
Influenciado por la música, un arte que no deja de estar presente en sus obras, Sako Asko desarrollo 14 piezas en las que abunda el color rojo y que beben de géneros como el metal. “Yo comparo mucho la creación de una exposición con un CD musical, como que cada cuadro es una canción. Creo que cada uno tiene su energía y su ritmo. Esta exposición yo la asociaba mucho con géneros como el death metal, metal core hardcore y estas tonalidades rápidas y yo lo llevaba mucho por este lado. Quería asociar el lienzo y los pinceles a la batería y las baquetas”, cuenta.
Su obra favorita de esta serie es ‘Cordón Umbilical’, una obra que resalta no solo por su valor estético, sino por las creaciones que vivió en el proceso de creación. Aunque la mayoría de sus obras manejan un un equilibrio entre lo estético y lo conceptual, para Sako ésta logró cumplir el reto en cuanto a su formato: “Este era rectangular y vertical, entonces el reto era lograr una composición interesante, lo cual se logró por medio de las diagonales, logrando que el ojo haga todo el recorrido y se quede. Piensa en el cordón umbilical como un punto limitante para ti, en donde tienes ciertas ideas de las que necesitas liberarte”, señala.
Entre sonrisas, Sako Asko recuerda una anécdota que ocurrió durante la producción de ‘Arderas’, cuando se encontraba pintando afuera de su casa a Mateo, su vecino, que le servía de modelo para el cuadro. Mientras Mateo miraba la pintura y posaba para el bosquejo, un grupo de adultos que pasaba le preguntaron al niño si sabía lo que se estaba pintando detrás de él. Sin tartamudear, el niño les dijo que el lienzo buscaba exponer el temor que tiene un niño frente a un Dios autoritario, dejando a Sako y a los transeúntes desconcertados. Eventos como éste le han mostrado al creador que la edad no ha sido un limitante para sus espectadores y es un impulso para seguir construyendo un arte que deconstruya las nociones más arraigadas de nuestra sociedad.
“Deformado” tendrá lugar desde el 31 de enero hasta el 28 de febrero en la Galería Neebex ubicada en la Calle 37 #15-78. Si quiere saber más ingrese a nuestra agenda cultural.