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El kuduro angoleño es la danza del culo duro

Desde los barrios marginales de Luanda (Angola) llega el kuduro, un ritmo musical africano que es mucho más que el nombre de una canción de reggaetón. Este género ya conquistó Europa y ahora regresa a Latinoamérica de la mano de Buraka Som Sistema, con unos toques de drum & bass, techno y zoka.

Juan Andrés Rodríguez / @juandepapel

El grupo portugués Buraka Som Sistema llega este 5 de febrero a Bogotá para su presentación en el Teatro Royal Center. Esa noche el público podrá bailar al ritmo del kuduro progresivo, género del que son creadores. Pero, ¿qué es eso del kuduro, el baile del ‘culo duro’?

La respuesta la encontramos en Angola, el país africano colonizado por Portugal entre 1920 y 1975. Aunque los portugueses tenían presencia en la costa de este país desde el siglo XVI, sólo hasta el siglo XX pudieron someter a los nativos. Después de independizarse, los angoleños se enfrascaron en una guerra civil por el poder que terminó en 2002. Las secuelas de las guerras dejaron al país con graves problemas económicos y sociales, y pocas oportunidades para los jóvenes.

Luaty da Silva, director de videos musicales de kuduro, le contó a Disorder Magazine que este género se creó durante la década de los noventa en los barrios marginales de Luanda, la capital angoleña. Los jóvenes de estos barrios le sumaron música electrónica y versos de hip hop a la kizomba y la morna, ritmos típicos de Angola, alegrando la difícil realidad del país. Tiempo después, este género musical se convirtió en el grito de guerra de  las pandillas que transmitían así las dificultades de la vida callejera.

 

 

Estos mismos grupos empezaron a grabar sus canciones en estudios improvisados en los barrios y a distribuir sus singles en el transporte publico. A cada conductor del candongueiro –los taxis colectivos en Luanda– le daban una copia para escucharla durante sus viajes, y así llegar a más público. Si a la gente le gustaba la canción, iban a comprar el disco.

La cultura pacífica y musical ha crecido entre las nuevas generaciones de angoleños gracias al kuduro. Como ejemplo está el proyecto Os Kuduristas, que desde 2012 usa la música para formar un nuevo sentimiento de pertenencia por el país africano. Esta iniciativa es dirigida por Coreón Dú, hijo de Jose Eduardo dos Santos, el presidente de Angola desde 1975 hasta hoy.

 

 

Los sonidos del kuduro están en constante viaje entre Angola y Portugal: miles de angoleños huyendo de la violencia de pandillas y buscando futuro en el país europeo lo insertan en la cultura portuguesa. Y otros tantos portugueses, huyendo de la crisis y buscando nuevas opciones en Angola, lo mantienen vigente en su país de origen.

El kuduro se escucha en discotecas y fiestas de todo el mundo. Resulta contagioso gracias a su velocidad de 140 beats por segundo, además de sus bailes llenos de energía. Sus movimientos pueden resultar agresivos pero nunca trascienden a la violencia física. Para el Presidente Gasolina, integrante de Os Kuduristas, esta energía agresiva del kuduro es herencia de la guerra.

En los diez años de trayectoria que lleva Buraka Som Sistema haciendo música, le ha añadido al kuduro algo de techno y de zoka, que le dan un sonido único a sus temas. También le incluyen drum & bass, junto con otros ritmos americanos. La banda contó en una entrevista al medio mexicano 8106.tv que en una ocasión les preguntó un periodista por el nombre del género que ellos hacían y, ante la dificultad de nombrar su sonido, se les ocurrió responder “kuduro progresivo”. Lo dijeron en broma pero el público se lo tomó en serio y así se quedó. 

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