Miss metal
Entre las metaleras colombianas no sólo hay groupies enloquecidas. También hay guitarristas, cantantes y bateristas talentosas. Es impresionante escuchar el timbre gutural de Karina Ortega (Sacred Goat) o los solos de guitarra de Jeimmy Herrera (Highway). Encontramos a las ocho metaleras más representativas de la escena nacional y de paso les hicimos estas fotos que desvelarán a más de un mechudo.
Luisa Steffens, vocalista de Hack-Med
El apoyo al metal colombiano existe, pero muchas bandas no son serias con lo que hacen. He visto que varios grupos tocan solo por beber licor y para mover la cabeza. No se toman en serio el género. Tampoco se esfuerzan en sus producciones y las hacen con bajo presupuesto y mala calidad, y así es muy difícil que el metal colombiano se dé a conocer.
Ahora se aceptan más estilos con las cantantes; antes tenías que cantar de una forma lírica o no cantabas metal. Halestorm, Flyleaf y Baby Metal han podido sobresalir en la industria sin necesidad de caer en estos estereotipos.
Lina de la Parra, bajista de Kilcrops
La escena metalera del país ha mejorado, pero siento que le falta unión. En vez de unirse por escuchar metal la gente se separa porque unos escuchan black, otros death, thrash o heavy. Si no hubiera esa división sería mucho mejor.
Me gusta que ahora las bandas hacen presentaciones más profesionales. La puesta en escena y el sonido han mejorado bastante, muchas incluso tienen su propio ingeniero de sonido.
En este momento estoy haciendo trámites con Kilcrops para poder tocar el próximo año en el crucero 70.000 tons of metal. Tocar allí sería un sueño hecho realidad para mí.
Jeimmy Herrera, guitarrista de Highway
Comencé a tocar hace 12 años, cuando mi mamá me regaló mi primera guitarra. Al inicio lo vi más como un hobby, una terapia, por eso después decidí tomarlo de una manera más profesional; ahí fue cuando comencé a ensayar más, principalmente de un modo autodidacta.
A pesar de que todavía hay cierto rechazo radical hacia algunas propuestas y la gente ni siquiera se da la oportunidad de escucharlas, la mujer ha sabido darse su lugar dentro de la escena. Dejamos de ser la novia del baterista o del guitarrista y pasamos a mostrar que podemos hacer propuestas de un nivel profesional.
Ana María Cabrera, bajista y corista de Hostile
El mejor concierto que hemos dado fue en Villavicencio. Allá nos recibieron de una manera calurosa. Mientras estaba tocando una de las asistentes se levantó la camiseta y se puso a mostrarme las tetas. No me esperaba eso… Me impactó pero seguí tocando.
Colombia es un país con muchísimo talento, tenemos el festival de rock más grande de Latinoamérica y otros eventos en los que las nuevas bandas pueden mostrarse. Sin embargo, todavía nos falta.
Johanna Sevillano, vocalista de Full Knife Injection
Me di cuenta de que tenía talento para cantar gutural cuando tenía 16 años: estaba en medio de una izada de bandera en el colegio e hice un cover de una canción de Masacre.
A pesar de estar en una banda de metal, tengo el oído abierto a muchos sonidos. Escucho desde Slipknot, Deftones y Korn, hasta Missy Elliott, Jamiroquai y Julio Jaramillo.
En los años que llevo tocando me he dado cuenta de que cada vez hay más bandas y menos público. Por eso nos volvemos amigos y nos apoyamos entre todos; del metal no se puede vivir, pero nos hace sentir vivos.
March Morales, baterista de Ataque de Pánico
Estar en una tarima es algo adictivo. Soy muy nerviosa, pero me sorprendo al ver cómo me lleno de adrenalina y me transformo cuando toco y veo al público moverse al ritmo de mi música.
El mejor concierto al que he ido fue al de Metallica, en 2010; por ellos empecé a meterme en el mundo del metal, hace 13 años. Estuvo brutal, y quedé sorprendida con Mastodon, la banda que les abrió; su nivel y su virtuosismo hicieron que comenzara a escucharlos más.
Ahora me parece que hay muchas más bandas, eso es bueno porque hace que te exijas más con lo que haces y al final sólo las mejores son las que quedan.
Geidy Cano, vocalista de Desintegrated
Yo diría que el mejor concierto que he dado fue abriéndole a Deicide el año pasado. En esa ocasión ya me sentía más segura como cantante y el grupo también estaba más compacto; esto se refleja en lo que le entregas al público y ellos se dan cuenta. Si no haces tu mejor esfuerzo la respuesta no va a ser buena.
Ser mujer en el metal no es fácil, la gente se fija más en tus errores que en las cosas buenas, aunque hay que admitir que las cosas han cambiado para bien, el apoyo ahora es más notable.
Karina Ortega, vocalista de Sacred Goat
Desde que estaba en el colegio comencé a familiarizarme con el metal. A pesar de que escucho bandas importantísimas del género, como Cannibal Corpse, Slayer, Metallica, Ratos de Porão y Sepultura, siempre me interesé por conocer a fondo lo que se hace acá: Kilcrops, Masacre, La Pestilencia, Acutor, Fértil Miseria, entre otras.
No me gusta encasillarme en un género y por eso todo el tiempo estoy cambiando mi playlist, así puedo disfrutar más de la música y conocerla. Puedo pasar de escuchar Dying Fetus a Carlos Gardel, de Job for a Cowboy a Rubén Blades, y así con todos los géneros.