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El cambuche hip hop de Kennedy

Barrios como Las Cruces y localidades como Ciudad Bolívar han presenciado durante décadas la expansión de la escena hip hop bogotana. Hoy, Kennedy ocupa el segundo puesto de la ciudad en cantidad de jóvenes adscritos a esta subcultura. Y allí surge Cambuche Records como sello discográfico, productora y casa cultural de la localidad.

Juan Camilo Vargas P.

TRACK 1: Del barrio, la movida y el festival

 

Al filo – Calle Oculta ft Conspiración Klle (Cambuche Records)

 

La fama y acogida del Festival Hip Hop de Kennedy solo es superada por Hip Hop al Parque; precisamente en esta localidad del suroccidente bogotano se están conformando más y más grupos de MCs, estudios y productoras. Pero existe un lugar especial, ubicado en el barrio Class, en el que se reúnen todos los oficios que se destilan de la movida hip hop: grafiti, breaking, turntablism, rap, entre otros, y juntos componen una amalgama alrededor de Cambuche Records.

En Kennedy los jóvenes se han apropiado de la localidad y le han dado un sentido especial al hip hop, convirtiendo beats y rimas en himnos. De esta manera, los relegados del barrio, quienes se habían venido manifestando desde sus casas, cuentan con un espacio para enfocar toda la energía: tienen el cambuche creativo que muchos pedían a gritos.

 

En el marco de la versión 2015 del festival, lograron reunir 14 artistas y más de 400 asistentes.

 

A este espacio llegan raperos cuyas características comunes son el gusto musical y la zona de residencia. Según la Encuesta Distrital de Juventud de 2014, Kennedy ocupa el segundo puesto en cantidad de jóvenes adscritos a esta subcultura en toda Bogotá. Muchos de los proyectos planteados a lo largo de los últimos años por la alcaldía local han incluido talleres gratuitos sobre hip hop. También se creó el Centro Juvenil ConspirAcción, en el que se focalizan iniciativas culturales, artísticas y deportivas.

La fundación Corporación Ciudad Empiria, organización que hace parte del Sistema Local de Juventud de Kennedy, les han tendido la mano a los muchachos de Cambuche Records en algunas ocasiones, incluso patrocinando un festival que el año pasado tuvo su tercera entrega: Cambuche Fest.

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En el marco de la versión 2015 del festival, lograron reunir 14 artistas y más de 400 asistentes, números nada despreciables para un toque que se organizó con las uñas, a punta de sudor y hasta con escombros encontrados en la zona.

“Cuando estábamos por empezar nos dimos cuenta de que nos faltaba una mesa para poner equipos —cuenta Joan Rodríguez, integrante de Cambuche Records—, y nos tocó correr a buscar qué podíamos usar. En una construcción cercana encontramos unos bloques de concreto, entre varios los alzamos y los llevamos a la tarima”.

(Conozca un proyecto parecido, en su versión paisa: Moebiuz: en la casa del rap no hay jefes)

 

TRACK 2: En el cambuche del hip hop

 

Vuela volar Ft BlacMentes Rapto

 

Para llegar a Cambuche Records lo más fácil es acercarse al CAI del barrio Roma y desde allí caminar una cuadra hacia el occidente. Han pasado casi 10 años desde su fundación, desde que estos pelados de Kennedy decidieron crear sus propias oportunidades en vez de esperarlas.

Desde el principio lo tenían claro: no se limitaría solo a rapear y disfrutar de los beats en sus reuniones, la idea era producir la música. Este parche es una mezcla de sello discográfico con productora y casa cultural.

Cambuche Records le hace honor a su nombre, pues al entrar se siente el polvorín que todas las casas en construcción tienen. Al subir las escaleras, después de un pasillo oscuro, el resplandor de las ventanas que dan hacia la calle anuncia la llegada a este cuartel de paredes anaranjadas y negras, con grafitis que validan una verdadera casa de rap.

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Los equipos que usan son un lujo para sus dueños, pues resulta difícil encontrar aparatos similares en el sector. Daniel Acosta Salamanca, productor del estudio, los cuenta con los dedos: “dos computadores Mac, una tornamesa (la consentida de Jeison, el Dj), una organeta y algunos micrófonos”.

Allí mismo, junto a sus instrumentos de trabajo, se encuentra en un rincón del cuarto un petaco, en el que en vez de polas hay una gran cantidad de vinilos de estilos musicales variados: van desde los 14 cañonazos hasta la sinfónica de Berlioz, que en este particular sitio llaman “música de terror”.

Daniel lleva años formándose a punta de tutoriales que encuentra en YouTube y consejos de sus colegas. Omar, otro de los miembros del estudio, compone a diario y en todo momento, prueba líricas y cambia palabras para mejorar sus rimas.

Entre ellos tejen una pequeña red de conocimiento colectivo. Y la finalidad de tan juicioso trabajo es lucirse en los escenarios, en el estudio de grabación y por supuesto en las producciones, las cuales siguen aumentando: el año pasado, por ejemplo, lanzaron dos álbumes en CD y uno virtual; desde que fundaron el sello, le han producido trabajos musicales a más de 20 artistas de la localidad.

 

“Uno pelea es por estar acá, porque toca camellar, conseguir plata para la comida y el resto del tiempo toca dárselo al cambuche, para que valga la pena el esfuerzo”.

 

Actualmente tienen tres discos en retoques finales. La tarea no es nada fácil: buscan los mejores arreglos y los hacen, no importa qué tan complicado sea ni el tiempo que les tome.

 

TRACK 3: Las voces

 

Mil noches, mil palabras – Rapto (Cambuche Records)

 

De la charla con estos pelados salieron frases que ponen en contexto sus acciones, lo que los inspira, lo que los frustra.

 

Del trabajo:

“El rap es contracultural, nosotros vamos en contra del sistema y transmitimos mensajes de revolución, de equidad, de superación”.

“Uno pelea es por estar acá, porque toca camellar, conseguir plata para la comida y el resto del tiempo toca dárselo al cambuche, para que valga la pena el esfuerzo”.

“En la zona se van armando bandas, acá hay varios estudios y todos quieren hacer cosas. Con los que nos conocemos trabajamos y con los que no la vamos, pues nada, allá ellos”.

“Una canción la podemos grabar en una tarde, pero depende del cantante. Después de eso sí tal vez una semana”.

 

Los proyectos:

“Queremos sacar un vinilo. Lo que nos gusta es eso, lo clásico, y son gustos que no son para todos. Ni siquiera pensamos en venderlo, lo queremos para nosotros, como un trofeo, como por aportar a la cultura, dejar algo bueno, bien hecho y que inspire”.

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“Cuando uno se pasa a un nivel en el que quiere hacer esto como proyecto de vida, hay que hacerle espacio, así no duerma, así no coma”.

“La energía y la constancia es más importante que el talento. Hay muchos talentosos que dejan las cosas a medias y otros que no son tan buenos pero que le meten más ganas y hacen cosas muy buenas”.

 

El hogar:

“A mi tía no le gustaba mi música y eso era un problema para mí. Me fui a vivir solo porque tampoco aguanta entrar a rayar con vainas de la casa, y pues mi mamá se ponía de parte de ella entonces todo era muy tenso”.

“Ese es el problema de todos: queremos un lugar donde nadie nos señale. Por eso estamos acá, en nuestro cambuche”.

“Ya mucha gente entrando y saliendo generaba problema con los vecinos. Donde estábamos antes decían que esto era una discoteca, que un burdel, que venden drogas y no sé qué. Así empiezan los chismes, luego venía la policía a ver qué, y eso es un lío, eso incomoda a los papás”.

(Lea —o mejor escuche— también N.Hardem o el perro de ataque: una entrevista rapeada)

“Hay varios que tienen hijos y es bacano ver cómo les enseñan a los niños que esto no es como lo pintan”.

 

El entorno:

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“Acá entra gente que no es normal, por como se ve. La gente señala pero no se miran ellos. Como si la ropa les fuera a decir lo que hace uno”.

“El rechazo es incómodo, pero se siente bien, así nadie se mete con uno, lo dejan a uno tranquilo, así este apartado. Ser rechazado también es un modo de defensa”

“Nosotros no vamos con eso de los duelos, creemos que se puede hacer freestyle sin groserías, sin humillar; no hace falta hacer eso, enemigos no somos”.

 

TRACK 4: Lo que viene

 

Solo rap – Calle Oculta (Cambuche Records)

 

Mientras tanto, esperando que las vacas gordas se crucen en el camino, este Cambuche permanece en calma, de la misma manera como cerraron su Festival, con botellas vacías decorando los rincones, cajas de licor abandonadas y la serenidad que produce estar haciendo las cosas bien.

Para este año se proyectan completando un disco por cada miembro de la productora. Quieren seguir avanzando, no solo en la construcción de su lugar, sino en la formación propia, para que cada uno de ellos pueda considerarse un artista integral, con resultados por mostrar, con tareas cumplidas.

El Cambuche Fest IV será la nueva prueba.

 


 

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