
Una huella del arte colombiano en Alemania
Tomás Espinosa convierte el vidrio, la cerámica y los espejos en obras de arte. En esta entrevista, habla de sus inicios, de su proyecto más destacado hasta el momento y de sus referentes. Este colombiano representó a Berlín en el Startpoint Prize y ha expuesto en Sao Paulo, Addis Ababa, Lisboa, Guangzhou y Praga.
Su primera cámara fue una Nikon N55 análoga, un regalo de su padre cuando iba a entrar a la universidad. Aún la sigue usando, además de una digital y otra de medio formato. En julio de 2015 fue seleccionado para participar por el Startpoint Prize, un premio que reúne los mejores trabajos de diferentes universidades de artes de Europa en una exposición en la National Gallery de Praga.
¿De dónde viene, para dónde va? Cuéntenos un poco de usted.
Nací en Bogotá en el 85. Estudié artes visuales con énfasis en expresión gráfica en la Javeriana. Hace siete años decidí irme a vivir a Berlín, ciudad donde estoy terminando artes plásticas en la Universidad de Artes (UdK). Aquí empezó mi proceso de aprender y desaprender. Durante esta experiencia, pude participar en el Institüt für Raumexperimente, donde fui alumno por tres años de Olafur Eliasson, un artista danés reconocido por sus instalaciones y esculturas a gran escala. Él cambió mi perspectiva, fui seducido por la plástica, empecé a hacer escultura, y descubrí el vidrio y el espejo, que se volvieron materiales muy recurrentes en mi obra.
¿Cómo empezó el arte a formar parte de su vida?
Empecé a descubrir el mundo del arte a través de la fotografía. En Bogotá retrataba la intimidad y fragilidad de las relaciones. Me interesaba una imagen sutil y ambigua. En Berlín redescubrí materiales como la cerámica, mi material favorito desde niño, y pienso que habla mucho de lo que soy y de donde vengo.
En sus intervenciones o performances involucra al público como herramienta de la obra. ¿Cómo es esto?
Me interesa la relación e interacción entre elemento y persona, o entre situación e individuo. Los objetos que son sólo para ver me parecen aburridos. Mi trabajo son situaciones que me gusta generar: poner elementos y esperar a ver cómo éstos son utilizados. Me cautiva observar el comportamiento de las personas en diferentes situaciones. Este análisis es mi fuente de inspiración para otros trabajos. Y como la mayoría de estos desencadenan acciones y sólo en ese momento están completos, me apoyo en la fotografía como documentación, pero siendo esta, a su vez, una obra también.
¿Algún proyecto en particular que haya disfrutado mucho haciendo?
Mi proyecto para la Neu National Galerie en Berlín. Fue la primera vez que me atreví a hacer una intervención en un Museo. Escogí el jardín de las esculturas porque pertenece al Museo y es privado, pero a su vez puede ser accesible. Los transeúntes pueden verlo desde una terraza ya que es de cielo abierto. El performance consistió en crear un evento VIP en donde sólo 50 personas estaban invitadas y nadie más podía entrar. El jardín tenía luces, lasers, niebla, dj, sonido y proyecciones. Los que no podían entrar por ser una fiesta exclusiva, se iban un poco frustrados a la terraza a observar lo que sucedía y a preguntarse por qué no podían entrar. Allí veían una increíble fiesta con un grupo reducido de personas. La idea del trabajo era generar esta frustración. Hacer visible esa barrera entre los que pertenecen y los que no pertenecen. Algo que es muy común en el mundo del arte, pero también en cualquier sociedad. Mientras más gente miraba lo que sucedía, los que estaban en el jardín se sentían más exclusivos. Y, a la vez, los otros se sentían más excluidos. El performance duro dos horas y se llamó Geschlossene Geselschaft, algo así como sociedad privada.
En uno de sus proyectos las casas son de espejo. ¿Por qué casas y por qué espejos?
Es una buena pregunta, yo también me la he hecho varias veces y la respuesta es: ¿por qué no?, y por eso las hice. El concepto de casa, lo que significa, es algo que empezó a rondar mi cabeza una vez que me fui de Colombia. ¿Dónde está mi casa? o ¿qué es mi casa?, me empecé a preguntar. ¿Es un lugar? o ¿se limita solo a una arquitectura? ¿Es algo transportable o fijo? ¿o simplemente está en mí y yo puedo ser mi propia casa?
La idea de una casa movible, transportable y que se adaptara o se camuflara en su entorno fue el punto de partida para “La casa que no es mi casa”. La decisión de usar espejos como material fue porque éste refleja el exterior y no muestra el interior, lo que está detrás. Pero por su poder de reflexión se camufla en cualquier entorno. Es la misma casa pero se ve distinta. La casa de espejo es una casa que no es habitable, que se desvanece, que se borra, se traslada y recorre. Así como lo hacemos los migrantes o los que llevamos la casa a cuestas.
¿Cuáles son sus referentes, aquellos creadores que lo inspiran?
Uno de mis artistas favoritos es Felix Gonzáles Torres. Sus fotografías son una fuente de inspiración clave para mi trabajo. Adoro la obra que hizo en 1991, Untitle (bildboard of an empty bed), que consistía en fotografías en blanco y negro de camas en las que se veían las almohadas y el colchón donde se suponía que una pareja había dormido, pero se sentía la ausencia y la presencia de esta al mismo tiempo. Estaban exhibidas en vallas publicitarias. Una obra bellísima que muestra lo íntimo en público. Una obra poética y contundente, que deja preguntas de genero, sexualidad e intimidad.
También la obra del dúo Elmgreen and Dragset, artistas que trabajan con el objeto y su fetiche. Toman elementos cotidianos como sillas, camas o una manguera, y a través de pequeños cambios en estos, los convierten en algo erótico que a su vez cuenta otra historia diferente de la que podría contar ese objeto normalmente.
Vea más de la obra de este artista en www.tomasespinosa.com