El pueblo de Pambelé décadas después de sus victorias y donativos
La tierra de una de las glorias colombianas del boxeo ha cambiado poco con el paso del tiempo. Algunas construcciones aún se elaboran con latas, palos y plantas. Esta es la mirada de un fotógrafo extranjero que visitó el corregimiento de San Basilio de Palenque.
En 1972, los ganchos y jabs de Antonio Cervantes, conocido en los cuadriláteros como Kid Pambelé, lograron abrirle un campo a San Basilio de Palenque en el mapa del país. Pámbele no solo les llevó el primer título colombiano mundial de boxeo a los habitantes de este corregimiento de Bolívar, también, junto al ex presidente Misael Pastrana, les otorgó los servicios públicos del agua y la electricidad.
Los jóvenes deportistas aún se sienten inspirados por los logros del pugilista y quieren seguir sus pasos. Entrenan y hacen torneos en el gimnasio Kid Pambelé, en cuya entrada hay una estatua del campeón Cervantes. Aunque este palenquero les haya dado tanto a sus coterráneos, San Basilio continúa en una situación precaria. Sus casas aún se construyen con palmas y latas y otros objetos de esa misma línea.
Ahora hay gente y entidades interesada en la población. En octubre del año pasado la Universidad del Rosario, la Javeriana y el Instituto Caro y Cuervo, lanzaron en conjunto Kondalo pa bibí mejó (Contarlo para vivir mejor), un libro que recoge las tradiciones orales de los palenqueros.
Este año San Basilio de Palenque también ha estado involucrado en la agenda cultural del país. El pasado 14 de marzo hizo parte de la ruta del Cinebús de la inclusión, una iniciativa del Festival de Cine Internacional de Cartagena (FICCI) para llevar algo del séptimo arte a barrios y poblaciones de distintas partes del país.
Por otra parte, la poeta barranquillera de ascendencia palenquera, Mirian Díaz Pérez, está exponiendo su obra ‘Brisa barranquillera’ en la exposición itinerante Versos a Barranquilla, en donde participa junto a otros 24 poetas. Su poema fue escrito en español y en criollo palenquero.
Es decir, están pasando cosas en el corregimiento.
Y no solo los colombianos hablan sobre este lugar y lo visitan, la UNESCO asegura que los extranjeros también se sienten atraídos por este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Lo hizo, por ejemplo, el fotógrafo argentino Santiago Romero, responsable de las fotos que verán a continuación, quien en su plan de viajes por Latinoamérica incluyó a San Basilio de Palenque para retratar cómo es la vida de estos descendientes de esclavos africanos que hoy, cuatro siglos después, conservan el lenguaje y las tradiciones de sus antepasados.
Estos niños se divierten mientras caminan hacia el río para refrescarse. El lugar tiene una entrada para hombres y otra para mujeres.
Los hombres suelen trabajar en cultivos de maíz, yuca, ñame, entre otros. También crían animales y desempeñan actividades que ayuden al sostenimiento del corregimiento.
Muchos habitantes visitan esta esquina para hacerse cortes de pelo o diseños en la barba.
Brenda trenza a Leidys Paola, su hija, con la técnica que hace 400 años las esclavas negras usaron clandestinamente para trazar mapas de escape hacia los Montes de María. Esto fue fundamental para que San Basilio de Palenque se convirtiera en el primer pueblo emancipado de la Corona Española.
Mientras el calor azota y los trabajadores toman la siesta, los niños y jóvenes aprovechan para jugar fútbol.
Mientras tanto, algunas mujeres se esconden en la sombra para trenzarse.
Dos de los siete hermanos Pérez Reyes charlan, como de costumbre, frente al gimnasio donde hoy entrenan las promesas del boxeo de Palenque. En sus conversaciones recuerdan, como si fuera ayer, peleas épicas del boxeo mundial, en especial las de Pambelé.
Fotos de Graciela Salgado, fallecida en el 2013, y otros recuerdos familiares cuelgan en la pared de la casa de una de sus hijas. Graciela es un ícono dentro del folclor africano, se atrevió a irrumpir en la tradición de tocar tambores, oficio exclusivo de los hombres.
Brenda corta papaya para preparar uno de los dulces típicos de la región, el caballito.
La refresquería suele ser el lugar de encuentro de los palenqueros. Acá se reúnen para ver alguna serie o novela.
En las noches la plaza y sus alrededores son el centro de diversión infantil de San Basilio de Palenque.
El dominó es otro pasatiempo de jóvenes y adultos. A veces, los jugadores son los últimos en irse a dormir, cuando el silencio asoma en la madrugada.
Después de estas fotos se va a antojar de ver este fotoensayo sobre los isleñitos de San Andrés, una niñez que no se siente del todo colombiana.